LITERATURA › SEMINARIO SOBRE PROMOCIóN DE LA LECTURA, DESDE HOY EN EL TEATRO LA MáSCARA
Especialistas argentinos e internacionales reflexionarán acerca de la lectura en el encuentro Basta de Anécdotas, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación. El eje estará puesto en las políticas públicas orientadas al desarrollo cultural.
› Por Silvina Friera
Basta de anécdotas podría ser una protesta que destila cierto hartazgo ante la compleja trama de experiencias lectoras. O que revela el desacuerdo, presuntamente insalvable, entre los dichos y los hechos. Pero es el título aglutinante de un seminario sobre políticas públicas de promoción de la lectura –organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, a través de su programa Libros y Casas–, que empieza hoy en el Teatro La Máscara. Especialistas internacionales como Michel Peroni (Francia), Beatriz Helena Robledo (Colombia), Lorenzo Gómez Morín (México), Eloy Martos Núñez (España) y Eliana Yunes (Brasil), junto a colegas locales, Sandra Comino, Martina López Casanova, Natalia Porta López, Susana Itzcovich y Vicente Muleiro, entre otros, reflexionarán acerca de la lectura. A tono con el leitmotiv de la convocatoria prometen dirigirse hacia el grano de la cuestión: despejar los ripios de lo anecdótico para que las políticas públicas de lectura sean tan liberadoras como integradoras. “La lectura –ha declarado más de una vez Yunes– debe ser una celebración de nuestra participación en el discurso, en el lenguaje vivo que da sentido al mundo.”
Jorge Coscia, secretario de Cultura de la Nación, inaugurará el seminario junto a Rodolfo Hamawi, Eduardo Rinesi y Daniela Allerbon. “Este es un proceso político que ha hecho de la recuperación del Estado un valor fundamental de su programa –pondera Coscia–. Entendemos que la lectura es uno de los primeros contactos que tenemos con el mundo de la cultura, razón por la cual creemos que es un deber fundamental del Estado y de sus políticas públicas fomentarla y promoverla en todos los niveles y en todas sus formas.” Aunque resulta arisco a las taxonomías, el tópico convocante admite tantas miradas como sujetos que intervienen en el complejo engranaje que va de la página de un texto a los ojos de los lectores. Si la lectura constituye un objetivo de política pública en sí misma, pero también es una herramienta sumamente potente para operar sobre diferentes problemáticas de un modo integral, los especialistas analizarán las distintas dimensiones de esas políticas, como la salud, la cultura, la educación, la crianza durante los primeros años, la integración comunitaria, la participación ciudadana, la reinserción social y la construcción de la subjetividad, especialmente en contextos de vulnerabilidad socioeconómica.
Coordinadora del programa de Promoción del Libro y la Lectura, Allerbon cuenta que Basta de anécdotas surge de la necesidad de “trascender” las anécdotas y aportar a la sistematización de lo que se está haciendo para promover la lectura desde las políticas públicas. “Muchos seminarios y congresos de promoción de la lectura se limitan al intercambio de experiencias, que es necesario, pero sólo si realmente hay algo replicable. En este tipo de encuentros donde la emoción del relato, de la experiencia personal, es el centro, se pierde de vista, muchas veces, la posibilidad de pensar, por ejemplo: ¿qué se quiere promover cuando se promueve la lectura? ¿De qué tipo de lectura hablamos? Y ¿para qué lo hacemos?” Yunes arriesga una respuesta. “Hablamos de muchas cosas, pues depende de quienes hablan –plantea la especialista brasileña a Página/12–. Si se trata de un maestro en un aula, si es la bibliotecaria en la comunidad o un secretario de Estado, tenemos cosas distintas bajo la idea de promoción de la lectura: vamos de proyectos a programas, planes y políticas. De todas maneras, promover la lectura es garantizar que este derecho, con sus beneficios extraordinarios, esté disponible para todos los individuos, si los queremos apoyar a ser ciudadanos. Por la lectura, en todos sus soportes y lenguajes, va la información y se crean las condiciones de formación personal y actitud crítica frente a los discursos del mundo. La lectura del mundo y de la letra es lo que hizo posible la civilización, porque sólo leyendo pensamos sin la ilusión de que todo es natural y no hay nada que hacer, sino vegetar.” Especialista en literatura infantil, promotora de políticas públicas, diseño y difusión de programas de lectura y consultora de organismos internacionales, Yunes reconoce que la lectura “no es la solución para los males de la vida social”. Pero no duda en afirmar que “es el instrumento que favorece el pensamiento, que nos hace humanos de hecho”.
Los promotores de la lectura –empeñados como pocos en trenzar la praxis con lo simbólico y lo imaginario– enfrentan una muralla de obstáculos. Aún muchos sectores de la población manifiestan que “no tienen interés en leer”. La indiferencia, el rechazo o la hostilidad no es un asunto menor en el inventario de las cuentas pendientes. “Los desafíos son muchos, pero no los superaremos sin la complicidad de los que deseamos involucrar en el proceso, de los que queremos alcanzar con nuestras iniciativas”, subraya Yunes. “Ellos no pueden imaginar que su situación es frágil porque no participan de la vida pública –con expectativas, voz y voto– sin la lectura. Esto hace la diferencia; hay que sensibilizarlos para que descubran las ventajas desde su experiencia con la palabra, con los sentidos, con los afectos y con la razón. Necesitamos seducirlos con el sabor del verbo, que les dará el pensamiento más amplio, y con una visión que supere la apariencia de las cosas. Hay que reconocer el tesoro para desearlo. Sin esto, toda política pública no será factible más que un par de años.”
Ex secretario de Educación mexicano, Lorenzo Gómez Morín advierte que la promoción de la lectura tiene diversos fines y supuestos, dependiendo de dónde provenga esa promoción. “Las autoridades educativas generalmente promueven la lectura para mejorar los niveles de comprensión lectora de los estudiantes y los resultados de las evaluaciones, particularmente las internacionales; las autoridades culturales, en cambio, promueven la lectura para mejorar asistencia a bibliotecas y para lograr ciudadanos ‘cultos’”, repasa el especialista mexicano. “La lectura no es solamente un asunto educativo o cultural –aclara–. Las capacidades y los hábitos lectores tienen repercusión en todos los ámbitos de la vida de una persona, y están asociados con el desarrollo y bienestar de una nación. Hablar de promoción de la lectura debería ser hablar de desarrollo y futuro de las personas.”
Lectura, ciudadanía e integración comunitaria. Esta especie de médula ósea será uno de los puntos neurálgicos de los debates. Allerbon recuerda que el programa Libros y Casas –que entrega una biblioteca básica de 18 libros, que incluye tanto manuales de derecho como literatura y la realización de talleres de lectura– ha tenido un impacto en el ejercicio concreto de los derechos de las personas que los recibieron. “Entre los libros preferidos, según una encuesta que elaboramos, se encuentra el Manual de las Mujeres, que impulsó a muchas mujeres a poner fin a situaciones de violencia familiar”, precisa Allerbon. “Desde los talleres de lectura en los barrios destacamos el lazo que se arma entre las personas cuando se permiten a sí mismos ponerse en contacto con la ficción, que es, también, recuperar la capacidad de jugar y de pensarse. Se trata de un vínculo afectivo, desprejuiciado, que impulsa nuevas solidaridades y encuentros y que habilita la integración.”
* Basta de Anécdotas se desarrollará en el teatro La Máscara (Piedras 736) hasta el viernes próximo, con entrada libre y gratuita. Para más información: [email protected]
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