El “perro mestizo” –con ascendencias francesa, alemana, irlandesa y cheroqui– cumple un “auténtico sueño”: el oficio anfibio de editar libros. Johnny Depp ahora sueña despierto otra realidad que va de la vida a la ficción. Lectura y vida, aunque algunos infieran un supuesto divorcio, se combinan en la hacienda de afinidades del célebre actor hollywoodense. A través de la editorial Harper –subsidiaria del grupo HarperCollins–, cerró un acuerdo para dirigir un sello, Infinitum Nihil –el mismo nombre de su compañía productora–, término en latín que se podría traducir como “nada es para siempre”. En esta nueva travesía que emprende a los 49 años, en un momento en que tanto se habla de la crisis del libro –¿será una más de las muertes profetizadas innumerables veces, como la del cine y la música, de esas que parece que nunca ocurren?–, el intérprete de Willy Wonka orientará su colección hacia textos que “merezcan el tiempo de las personas, de sus preocupaciones; publicaciones que habitualmente nunca habrían roto el muro”, dijo Depp en un comunicado. Una de las novedades será The Unraveled Tales of Bob Dylan, de Douglas Brinkley, que al parecer ofrecerá nuevas perspectivas sobre la vida y la obra del músico norteamericano. Eso sí: habrá que esperar hasta 2015. Antes, el año que viene, se lanzará el primer título: una novela inédita del cantante de folk Woody Guthrie, House of Earth.

Si los tiempos editoriales de Infinitum Nihil no conspiran, en enero estará en las librerías la novela de Guthrie (1912-1967), gran maestro de Dylan –quien lo definió como su “último héroe”–, una leyenda de la canción popular norteamericana. El autor de “This Land Is Your Land” terminó de escribir la novela en 1947. Como nunca intentó publicarla, el manuscrito permaneció en sus archivos, guardado durante años por sus herederos. Ambientada en el norte de Texas en la década del ‘30, la trama de House of Earth oscila en medio de una lucha entre particulares, bancos e intereses corporativos. Depp y Brinkley escribirán a cuatro manos un ensayo que incluirán en la edición de esta novela. No es la primera vez que trabajarán juntos. Ya lo hicieron cuando coescribieron las notas del documental Gonzo: The Life and Work of Dr. Hunter S. Thompson, nominado a un premio Grammy. “Johnny y yo pensamos que el libro de Dylan era la forma ideal para inaugurar la serie Infinitum Nihil”, afirmó Brinkley durante el lanzamiento del sello. Como aperitivo de la espera, anticipó que este libro, que recién se publicará en 2015, promete aclarar muchas inexactitudes sobre Dylan. “Bob ha sido muy cálido con nosotros. Su música nos inspiró profundamente a ambos desde que éramos adolescentes”, agregó Brinkley, quien recientemente publicó una nota sobre Dylan en la revista Rolling Stone.

No debería extrañar que la incursión de Depp en el terreno editorial tenga un preludio tan musical. Si se busca un “culpable”, habría que dirigir la mirada hacia la madre del actor, que le compró una guitarra eléctrica. A los 12 años, empezaría a cumplir el papel de un guión estipulado por los usos y costumbres de la adolescencia: tocar en varias bandas de garaje. Pronto abandonó la escuela para intentar ser músico de rock. La actuación, por entonces, no se postulaba en su horizonte inmediato. Pero en la década del ’80 conoció a Nicolas Cage, el principal promotor para que se animara a inmiscuirse en la arena de la interpretación. Luego de una extensa filmografía, se detecta un itinerario donde cine y literatura se asocian en un par de oportunidades, más allá de las tensiones. Amigo íntimo de Hunter Thompson durante los últimos años de la vida del escritor, Depp protagonizó la adaptación de dos de sus libros: Miedo y asco en Las Vegas –estrenada como Pánico y locura en Las Vegas–, que dirigió Terry Gilliam; y Diarios del ron –novela que aquí se publicó como Días de r–, bajo el estrambótico título de Diario de un seductor. Otras películas en las que actuó, en esta delicada línea literaria, son La leyenda del jinete sin cabeza (Washington Irving), Charlie y la fábrica de chocolate (Roald Dahl) y Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll).

Depp subrayó que ser editor supone la concreción de un “auténtico sueño”. ¿Habrán sido apócrifos otros sueños, como ser músico? No. Los adjetivos que enfatizan el entusiasmo de tan categóricos que suenan tienden un manto de sospecha sobre el pasado. En el campo de las expectativas, el actor, productor y editor desea que la relación con HaperCollins sea “larga y fructífera”. En un universo saturado de títulos impresos, donde el fantasma que recorre la época es la paradójica certidumbre de que todo está escrito, el “perro mestizo”, lector omnívoro, apuesta por la persistencia de un proyecto: libros que trasciendan la coyuntura y que intervengan y amplíen, articulando lo imaginario y lo real, el campo de lecturas del mañana.