LITERATURA › LA FERIA DEL LIBRO INDEPENDIENTE Y ALTERNATIVO (FLIA) CUMPLE 10 AÑOS
Será una fiesta de la resistencia, con entrada libre y gratuita, en la que confluirán colectivos editoriales diversos, como Milena Caserola, Derrames Editoras, Tierra del sur, Tinta Limón, De la placita, Sudestada y Eloísa Cartonera, entre muchos otros sellos autogestionados.
› Por Silvina Friera
La Feria del Libro Independiente y Alternativo (FLIA) cumple 10 años y lo festeja, hoy y mañana desde las 12, volviendo a la fábrica recuperada IMPA en el barrio de Almagro (Querandíes y Rawson), uno de los lugares que han marcado la historia de la FLIA. Será una fiesta de la resistencia, con entrada libre y gratuita, en la que confluirán colectivos editoriales diversos, como Milena Caserola, Derrames Editoras, Tierra del sur, Capuchas Ediciones, Tinta Limón, Hekht, SudaKuir, El Asunto, De la placita, Sudestada, Eloísa Cartonera, La Cebra, Las Desenladrilladores, Tren en movimiento, Nulú Bonsai, Soquete Terrorista, La mariposa y la iguana, Elemento Disruptivo, El Encuentro Editorial, Merodeo Ediciones, Proletario Ediciones, Oasis cuentos para niñxs, Michaux Editorial, El Rucu Editor, Alcohol y fotocopias, Puntos Suspensivos y Editorial Artexto. Difusión Alterna presentará música en vivo –Los días de la primavera, Gabi Balcarce, La Comunacha, Camiones en la casa y Sudor Marika– con talleres de publicación, proyecciones de documentales, muestras de arte y una charla a cargo de Fernando Bogado y Florencia del Castillo, por mencionar un puñado de actividades que se realizarán en distintos espacios de la fábrica.
Matías Reck, agitador cultural y editor de Milena Caserola, traza un panorama de la realidad política y editorial a diez años de la creación de la FLIA. “Hacer esta feria en IMPA en este momento es muy importante por la desocupación que vuelve a crecer. La FLIA no tiene su origen en el 2001, pero sí reconocemos el espíritu de autorganización que se dio en las asambleas barriales y en las fábricas recuperadas en esos años de crisis económica. Hoy el contexto no es el mismo, pero empiezan a aparecer algunos signos parecidos. En cuanto a lo editorial y lo literario, el contexto es bien diferente al 2001 porque en estos últimos años se han creado innumerables editoriales independientes que han ampliado un montón la capacidad de publicar textos y de hacer circular libros; también han surgido librerías nuevas y un montón de ferias que fortalecen a la FLIA, que fue casi la pionera en esto de hacer ferias alternativas por todo el país”.
Dos colombianos de Bucamaranga que viven en Buenos Aires, Juan Fernando Moreno (Juanfer, como lo llaman) y María Lucía Ovalle, están iniciando el camino de la publicación de libros con Derrames Editoras. Han editado la novela Malabardo y su circo errante de cambalaches, del payaso Menzo Menjunjes; y una plaqueta de poesía, Lacustre, de Juan Manuel Corbera. “Volvemos a IMPA porque fue un punto de inflexión muy fuerte para la FLIA estar en una empresa recuperada por sus trabajadores; es una manera de recordar la fuerza que han tenido la autogestión y la lucha por la libertad”, explica Juanfer a Página/12. “A veces nos encontramos con cosas que no sabemos si podemos llamar o no editorial, pero publican libros y la realidad es que la diversidad es el pilar fundamental de la FLIA, una feria en la que se exponen productos de economías alternativas, no solamente los libros de las editoriales independientes”, aclara el editor y agitador colombiano. “Hay editoriales que se han animado a reconocerse como editoriales gracias a estos años de ferias”, dice Ovalle y menciona el caso de SudaKuir, “un colectivo que reflexiona sobre las identidades de género y las disidencias y que luego en su trabajo de militancia utilizan las herramientas editoriales para difundir su pensamiento, pero inicialmente no se concebían como un colectivo editorial”.
La marca en el orillo de la FLIA es, como comenta Reck, que cada editorial puede ser el propio escritor que se autoedita, como sucede con Guillermo De Postfáy, Diego Arbit, Pablo Strucchi, Ezequiel Abalos, Anahí Ferreyra y Dafne Mociulsky, entre muchos otros. “No hay que pensar la FLIA como un espacio de editoriales tradicionales, sino como un lugar en que lo alternativo y la diversidad se vienen cruzando todo el tiempo en estos diez años –advierte el editor de Milena Caserola–. A pesar de que se llama Feria del Libro Independiente no se arma un fetiche del libro como objeto sagrado, sino que se puede mezclar con otras producciones como discos, remeras, revistas, fanzines o la producción de comida, de alimentos saludables. El libro no es sólo un bien comercial que simplemente se compra o se vende y el dinero te permite tener acceso. Hay una potencia de lo que es el libro como espacio alternativo para pensar la cultura”.
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