Sáb 18.11.2006
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LITERATURA › ALEJANDRO FABBRI Y “EL NACIMIENTO DE UNA PASION”

“Las historias oficiales son como una creación fantástica”

En su libro, el periodista prioriza la realidad sobre la construcción mitológica, echando luz sobre los orígenes y el desarrollo de los clubes del fútbol local... y revelando más de una sorpresa.

› Por Emanuel Respighi

La creación de los clubes de fútbol argentinos, el establecimiento de su fecha de nacimiento y la elección de sus colores están directamente emparentadas con la historia argentina. Es que, por lo general, todos se fundaron a partir del anhelo de un grupo de entusiastas jóvenes con la única finalidad de jugar al fútbol (o a la pelota), pero sin planificación organizativa alguna. La dinámica de lo impensado, esa frase lamentablemente cada vez menos fudamentada ante tanto tacticismo de pizarrón, signó también la fundación de clubes y el posterior desarrollo de la actividad profesional hasta estos días. Al menos así lo refleja El nacimiento de una pasión, el libro acerca de la historia de los clubes de fútbol escrito por el periodista Alejandro Fabbri y que, editado por Capital Intelectual, se puede conseguir en kioscos de diarios y revistas.

¿Cuánto hay de realidad documentada y cuánto de leyenda en relación al nacimiento de los clubes de fútbol? ¿Es verdad que hay clubes que modificaron su fecha de fundación? ¿Qué hay de cierto acerca de la leyenda que dice que a la cancha de Tigre se la conoce como la del “lechero ahogado”, porque un repartidor de leche murió ahogado en su rectángulo? ¿Huracán debe su nombre al globo piloteado por Jorge Newbery o a una marca de lápices de colores? Esos son algunos de los tantos mitos e interrogantes que encierran al fútbol argentino y que el libro de Fabbri intenta revelar, a la búsqueda de describir identidades que hoy parecen haberse olvidado... casi en paralelo a la manera en que el fútbol fue cediendo ante los millones del negocio mediático.

De valor documental e histórico, y de lectura obligada para el futbolero independientemente de los colores que se alientan cada domingo (o viernes, o sábado, o cuando el calendario lo permite), El nacimiento... forma parte de la colección “Celeste y Blanca” dirigida por el periodista Ezequiel Fernández Moores. Un libro que surgió ante la imposibilidad de escribir la historia negra del fútbol argentino, que era la idea original. “Me pareció que un libro sobre los oscuros manejos del fútbol local, si bien es interesantísimo, era muy complicado de hacer en este momento de tantos silencios”, explica el conductor de Estudio fútbol (lunes a viernes, de 13 a 15, por TyC Sports), uno de los pocos ciclos que habla de fútbol en tanto deporte. “En los ’80, en Goles match escribimos tres notas contando casos de soborno, incentivación y arreglos, pero en el fútbol se llega a un punto que no se puede traspasar, que es la palabra de los protagonistas: no cuentan lo que pasa actualmente, sino lo que pasó hace cincuenta años. Es un silencio casi mafioso. Ni los jugadores ni los técnicos ni los árbitros ni los dirigentes se hacen cargo. Entonces, antes de hacer un libro plagado de potencialidades, preferí hacer uno que cuente el origen de los clubes”, detalla a Página/12.

–En el libro se percibe cómo la mayoría de los clubes nacieron casi como una necesidad social de un grupo de chicos, más que de adultos.

–Los clubes del fútbol argentino nacieron bajo el ala de chicos que querían jugar al fútbol. Inclusive, muchos clubes fueron escisiones de otros en los que no los dejaban jugar al fútbol: Estudiantes de La Plata nació como una división de Gimnasia; Argentino de Quilmes como una división de Quilmes porque a los argentinos no los dejaban jugar, ya que el cervecero fue fundado por ingleses. En realidad, el fútbol era una actividad medio elitista, de ingleses. Si hasta muchos clubes nacieron con nombre inglés: el atletic fotball club se fue castellanizando con el tiempo.

–¿O sea que muchos clubes, hoy en quiebra, nacieron adinerados?

–Hubo clubes que nacieron elitistas y se convirtieron con el tiempo en exponentes de lo popular: Racing, Quilmes, Unión, Gimnasia, son equipos de gente adinerada. Muchos clubes fueron fundados por gente tan joven que necesitaron de tipos más grandes. Independiente surgió de un grupo de cadetes, empaquetadores y repartidores de una tienda que, como no los dejaban jugar el torneo interno porque eran menores, fundaron un club bajo el nombre de Independiente. Estudiantes también tuvo que convocar una persona mayor para que el club pudiera funcionar como tal. Lo mismo pasó en Platense, único club fundado en un hipódromo: sus fundadores tuvieron que contar con la ayuda de un adulto para poder jugar unos pesos al caballo, que finalmente ganó. Con el dinero fundaron el club.

–¿Fue complicada la investigación? Es de imaginar que son más los mitos y leyendas que los datos certeros...

–Ya no hay sobrevivientes de fundaciones, y muchos libros toman tradiciones orales y leyendas, muchas incomprobables. Colón, por ejemplo, dicen que se fundó en 1905, pero no hay datos de que haya jugado al fútbol hasta 1912; hay un vacío de siete años. De hecho, Unión se fundó en 1907, pero se inscribió en la liga rosarina porque en Santa Fe no había equipos para jugar. Quilmes, por ejemplo, no se fundó en 1887 como siempre se dijo, sino en 1897.

–¿O sea que el fútbol es un ejemplo más de la poca veracidad de las historias oficiales?

–Las historias oficiales de los clubes no son más que una creación fantástica, que no se condice con la realidad. En River cuentan que era una camiseta blanca y que en un carnaval encontraron unas bandas rojas y las cruzaron, pero está probado que los colores responden al mandil de la logia masónica Excelsior 617 de la zona. Incluso, no se fundó en 1901 sino en 1904. Huracán no era un globo, sino una marca de lápices de colores: el globo vino después en homenaje a Jorge Newbery.

–¿Y los colores de las camisetas?

–Hay colores de camisetas que, en realidad, no se sabe por qué son. Incluso, muchos cambiaron sus colores según los resultados que obtenían, como Ferro, que heredó el verde por un delegado del club que estaba harto de perder partidos con otros colores. En otros clubes, diría que la mayoría, los colores representativos no responden a una decisión pensada, sino a la donación de camisetas de algún oligarca de la época o a la tela de oferta del momento.

–¿Qué clubes surgieron bajo la tutela de algún partido político?

–Racing fue fundando por lo más granado de la sociedad de Avellaneda, vinculada al Partido Conservador. Hay otros equipos que se fundaron con mayoría de gente socialista o anarquista: el rojo de Argentinos Juniors es por sus integrantes socialistas, lo mismo que el de Chacarita y el de Independiente, que lejos está de heredarlo del Notingham Forrest. Leopoldo Bard, el primer presidente de River, era un ferviente dirigente radical. Newell’s era un equipo elitista, fundado en el Colegio Angloargentino de Rosario, mientras que Central era ferroviario. Con el paso de los años y el desarrollo del fútbol, los clubes cambiaron su composición social. De hecho, Boca era un club de italianos muy popular y hoy sigue siéndolo, pero con hinchas de la clase acomodada, antes más cercanos a River.

–¿Cuánto influyeron en su desarrollo posterior las mudanzas de sedes de los clubes de fútbol?

–Las mudanzas de los clubes o su pertenencia a un barrio significaban aumentar de gente o no. Chacarita se mudó a San Martín en 1945 y triplicó su gente; River tomó gran parte de la zona norte tras su mudanza de La Boca; Independiente se mudó de Flores a Avellaneda, donde consolidó a buena parte de su gente y le peleó a Racing la del lugar. De hecho, cuando Independiente llegó a Avellaneda, los socios de Racing que no eran de la oligarquía se cambiaron de club. Las mudanzas y la masificación del fútbol hicieron que se perdieran las rivalidades barriales.

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