Sáb 29.10.2005
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LITERATURA › GELMAN Y EL REINA SOFIA

El premio a la obra de un poeta

Juan Gelman recibió ayer el prestigioso galardón de manos de la reina de España.

Juan Gelman recibió ayer en Madrid el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. En el acto de entrega, el escritor dijo que en tiempos “tan mezquinos” como los actuales, en los que “la voluntad de justicia cuesta caro” en tantos países, la poesía “sigue viva, es un tirar contra la muerte; su mera existencia resiste el envilecimiento de lo humano”, afirmó Gelman en sus palabras de agradecimiento del galardón, que recibió de manos de la reina Sofía en el palacio real.
El escenario de la entrega conmovió al autor de forma especial porque, dijo, “representa a la España de hoy, la que no acepta una aventura bélica que trae al mundo zozobra”. Una España, continuó el autor de Velorio del solo y Carta a mi madre, que “rompe clausuras sociales que lastiman la intimidad de las personas, que abriga a la cultura y abre puertas a la belleza posible de cada ser humano, y que se esfuerza por recuperar su memoria cívica porque sabe que sin pasado claro no hay futuro claro. El espíritu de un país que olvida su verdad no puede agrandar sus horizontes”, subrayó Gelman.
Era de esperar que su discurso contuviera alusiones al sufrimiento y al dolor que causan el terrorismo de Estado y las dictaduras, ya que él los padeció en carne propia. En 1976 los militares fueron a buscarlo a su casa y, al no encontrarlo, se llevaron a su hijo y su nuera embarazada. Su hijo fue torturado y asesinado por los militares y, tras 23 años de intensa búsqueda, Gelman encontró a su nieta en Uruguay. El poeta se refirió al “azote brutal del terrorismo” que ha sufrido España, para destacar a continuación que América latina “sabe de la muerte temprana e injusta causada por otro terrorismo, el de Estado”, que ha provocado decenas de miles de muertos y desaparecidos en países como El Salvador, Guatemala, Argentina, Chile y Uruguay. Ese elevado número deja claro que “la voluntad de justicia cuesta caro en nuestros suelos” porque en estos países “nunca fueron livianos esos tiempos mezquinos de los que Hölderlin habló. Y menos ahora, cuando el neoliberalismo imperante ensancha impune la brecha entre ricos y pobres y la miseria es el único plato que a millones de latinoamericanos se les sirve cada día”.
Juan Gelman señaló que la poesía “habla al ser humano no como ser hecho, sino por hacer. Va a la realidad y la devuelve otra. Espera el milagro, pero sobre todo busca la materia que lo hace. Nombra lo que le esperaba oculto en el fondo de los tiempos y es memoria de lo no sucedido todavía. Ella acepta el espesor de la tragedia humana”. El premio que recibió consta de 42.100 euros y los fundamentos del jurado tuvieron que ver con el reconocimiento de una obra “profundamente original, rigurosa, emocionante y emotiva a la vez, siendo una dicha grande que su lengua sea la castellana”. El escritor subrayó, al respecto, que “la lengua es la patria de muchas patrias, la infancia, el hogar, una manera de ver el mundo, de hablar con él”. También dijo que premiar poesía era heroico y estaba en contra de estos tiempos y a favor de la historia. Y agregó: “La poesía viene del fondo de los siglos y ninguna catástrofe natural o de mano de hombres ha podido cortar su hilo poderoso. Es un hilo que nos une a todos y sólo se acabará cuando se acabe el mundo”.
Entre los asistentes, que ovacionaron al poeta, estuvo el escritor español José Manuel Caballero Bonald, galardonado en la anterior edición del premio. En coincidencia con la entrega del Reina Sofía, Gelman anunció la publicación de una antología de su obra titulada Oficio ardiente (porque así considera el autor a la poesía). El libro es editado por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional. “Es la mejor antología de mis obras, incluyendo las antologías personales”, afirmó el escritor, que en 2006 cumplirá 50 años de periodismo y de poesía. Oficio ardiente incluye una introducción de la poeta María Angeles Pérez López, profesora de Literatura Española de la Universidad de Salamanca, quien ha seleccionado los poemas junto con el autor. La antología incluye textos de una veintena de títulos, desde De violín y otras cuestiones (1956) hasta País que fue será (2004), junto a cuatro poemas inéditos de los dos últimos años, que forman parte de un próximo libro, cuyo título podría ser Líneas. Oficio ardiente tiene un itinerario completo del proceso de creación de Gelman, con una selección amplia y representativa de la palabra poética y del tiempo vivido, según la antóloga, que destaca el uso de palabras como amor, miedo, revolución y muerte. “Son obsesiones que me han acompañado desde que comencé a escribir”, señaló Gelman.

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