LITERATURA › MIGUEL REP PRESENTó SU NUEVO LIBRO ¡AUXILIO, VAMOS A NACER!
A través de Auxilio, un personaje que hace acordar a Mafalda, el dibujante bosquejó su mirada sobre la educación sexual.
› Por Facundo García
Esta vez Miguel Rep llega con una historieta sobre educación sexual bajo el brazo. Decir que es “para chicos” sería acotarla, porque ¡Auxilio, vamos a nacer! (Sudamericana) va más allá. Es una muestra de cómo un artista atípico se anima a mostrar cosas nunca vistas en el género, con un resultado disfrutable por padres e hijos, en lecturas solitarias o compartidas. Durante la presentación en la Feria del Libro, el dibujante confesó que esta vez había decidido “no hacerse tanto el lírico” para ponerse al servicio de un tema tan controvertido como importante. “Pasa que yo siento que la represión sigue en muchísimos ámbitos. Hay que estar atentos. Lo que hicieron en el país no se arregla sólo con un par de añitos de democracia”, explicó.
Se refería al hecho de que, en la Argentina, el debate sobre lo que significa la llegada de una persona al mundo no ha sido abierto como debería y eso trae consecuencias políticas y sociales de largo alcance. Contra esos molinos acomete el creador de Niño Azul: esta vez lo acompaña Auxilio. Ese es el nombre de la nena que en la segunda viñeta decide meterles presión a sus viejos. “¡Quiero un hermanito! Así que manos a la obra, papá y mamá”, clama. En las páginas siguientes, Rep se dedica –con la supervisión en el guión y el color que aporta Laura Vaccari– a meterse en la vida de una familia progre de clase media que considera la posibilidad de encargar su segundo loco bajito. “Lo que pasa es que da miedo traer un ser humano a este mundo lleno de injusticias e incertidumbres...”, dudan Gaspar y Adriana, los padres. Los diálogos recuerdan a Mafalda aunque, más que una cita, lo que hay es una continuación. Como dijo alguien en el encuentro: “Auxilio se refiere a mucho de lo que, por distintas circunstancias, Mafalda no pudo decir”.
Para el cineasta y director del Canal Encuentro, Tristán Bauer, una de las cualidades de Rep que se evidencia en el libro es su capacidad de “dejar espacio para que el lector termine de completar el sentido”. “Miguel no da el mensaje servido. Deja que los chicos y los adultos jueguen, hagan su propia interpretación; siempre sin descuidar los datos ‘científicos’ que tienen que ver con la gestación, el nacimiento y la convivencia”, describió. Según Bauer, el plus que aporta Rep tiene que ver con su sensibilidad: “Es una de las pocas personas que yo me atrevería a llamar genio –subrayó–. Sería muy raro que un pedagogo o médico por sí solos pudieran alcanzar esa mirada, esa capacidad de contar no solamente lo que pasa a nivel físico sino todo el universo de pensamientos y contradicciones en el que están inmersos los personajes”.
En efecto, Auxilio, sus papás y hasta los hermanitos Luis y Abril –sí, porque al final vienen mellizos– están atravesados por las tensiones del país. Aparecen en situaciones inéditas en las historietas para chicos, donde el sexo surge como un reborde natural de lo cotidiano. No sólo porque queda claro que la pareja sigue teniendo erotismo, incluso cuando la mamá está embarazada, sino porque el tema no se elude a la hora de reflejar la intimidad de una casa de familia. Así, cuando los padres se despiertan en medio de la madrugada respondiendo al llanto de los bebés, la mujer está en tetas, con una desesperación, un sueño y un enojo que no se contrapone con el afecto.
Rep recordó que el lanzamiento es una versión mejorada de una edición de 1993, con la cual estaba un poco disconforme. “Tenía algunas imprecisiones, por lo que esta vez tengo que aclarar que no soy el único responsable. Me acompañó Laura Vaccari, que reguionó el trabajo, chequeó la información y pintó. Si lo hubiera pintado yo, hubiera caído en esos tonos melanco que me caracterizan. ¡Laura me salvó de caer en ese color ‘argentino maldito’”, bromeó. “Nos quedó un libro de servicios, que puede ir a las escuelas, en el que he renunciado un poco a hacerme el artista para aportar mi granito en un tema clave.”
En la sala estaba la mamá del autor, hecho que dio pie para reflexionar sobre el desquicio que los tabúes han impuesto a lo largo de décadas. “Les voy a decir la verdad: hice esto por el misterio que era para mí la concepción cuando era chico”, confesó Rep. “Y está acá mi madre, que nunca me explicó nada, porque me imagino que tampoco sabía. Ahora lo va a entender... ¿se dan cuenta? ¡Hice el libro para que mi mamá supiera cómo fue concebirme!”
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