CINE › OTRAS MIRADAS, UNA MUESTRA DE DOCUMENTALES SOCIALES Y POLíTICOS
Desde hoy y hasta el miércoles podrán verse en la Biblioteca Nacional once films de diversos países latinoamericanos, seleccionados a través de un concurso organizado por Clacso. La exposición tiene entrada libre y gratuita.
› Por Oscar Ranzani
Con el objetivo de promover y difundir cine documental y político latinoamericano que carece de espacios de exhibición, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales organizó la muestra Otras miradas, que se desarrollará entre hoy y el miércoles en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502), con entrada gratuita. A lo largo de la muestra, podrán verse once documentales de diversos países de la región que fueron seleccionados en un concurso organizado por el Programa de Comunicación Audiovisual de Clacso, al cual se presentaron 276 trabajos. Luego la muestra recorrerá buena parte de Latinoamérica.
“Es un concurso orientado a películas ya concluidas que sean documentales políticos y sociales que enfocan luchas, experiencias de autoorganización, movimientos sociales, con formas novedosas de relacionarse con lo público y con lo político”, señala el coordinador del Programa de Comunicación Audiovisual de Clacso, Pablo Martínez, quien agrega que tiene dos objetivos simultáneos: “Por un lado, estamos pensando en darle visibilidad a este tipo de experiencias que comúnmente no la tienen o que, en otras casos, tienen una visibilidad totalmente retorcida por la lógica de los medios de comunicación hegemónicos”, destaca Martínez, que luego explica el otro objetivo: “Estamos pensando a estos documentales como una herramienta de investigación para las ciencias sociales que es, en definitiva, el mundo de donde este concurso nace”.
Las dos ganadoras del concurso son Corazón de fábrica, dirigida por Virna Molina y Ernesto Ardito, y Hartos Evos aquí hay. Los cocaleros del Chapare, de Manuel Ruiz Montealegre y Héctor Ulloque Franco. El primero es un documental argentino que aborda el tema de las fábricas recuperadas, a partir de la experiencia de autogestión de los obreros de Zanon. Hartos Evos..., filmada en Bolivia, describe el rol protagónico que tuvieron los cocaleros del Trópico de Cochabamba (más conocido como Chapare) en el apoyo popular que permitió que Evo Morales ganara las elecciones presidenciales de su país en 2005, hecho que lo convirtió en el primer referente indígena en acceder al poder. El film repasa, entre otros aspectos, la organización de los cocaleros del Chapare, donde Evo se formó como dirigente.
Otro de los documentales argentinos es Cielo abierto, de Carlos Ruiz, que reconstruye el incansable proceso de resistencia de las comunidades de Chilecito y Famatina (La Rioja) ante la inminente instalación de una minera canadiense que buscaba extraer oro y amenazaba el equilibrio ecológico de la región. Otra argentina es Jurua. Hombres de hierro, dirigida por Rodolfo Cesatti, quien plantea el problema de la comunidad Mbya Guaraní por recuperar tierras que les pertenecen en Misiones y que la empresa Celulosa Argentina donó a la Universidad Nacional de La Plata.
La fuerza de la organización es un documental colombiano, dirigido por Pilar Cecilia Mejía y Juan Carlos Orrego, que cuenta la historia de la Asociación de Mujeres Afrocolombianas Vamos Mujeres del Departamento de Chocó en Colombia: ellas cuentan cómo es su modelo de organización, su producción de miel de caña que venden en los mercados y cómo cultivan la tierra en huertas caseras o colectivas. La rebelión pingüina, de Carlos Pronzato, no hace referencia a la resistencia de militantes kirchneristas sino que, en este caso, los pingüinos son estudiantes secundarios chilenos quienes gracias a la consolidación de su movimiento de lucha, lograron mejoras sustanciales en la educación de su país.
De Paraguay llega Soberanía violada, un film de Malu Vázquez que denuncia cómo los intereses económicos de terratenientes y multinacionales están borrando del mapa a distintas comunidades locales con consecuencias ecológicas desastrosas, producto de la deforestación y contaminación de arroyos, situación que obliga a estas comunidades a abandonar sus tierras y, en consecuencia, su cultura. De Perú, la opción es Tambogrande. Mangos, muerte, minería, dirigida por Ernesto Cabellos Damián y Stephanie Boyd, que relata la transformación de un desierto en un rico valle de mangos y limones y cómo un lugar tranquilo se convierte en peligroso a partir del descubrimiento de un yacimiento de oro.
Si bien los campesinos de la comunidad de San José, Colombia, nunca colaboraron con el Estado, ni con los paramilitares, ni con la guerrilla, el 21 de febrero de 2005 un grupo del ejército colombiano ingresó en dos viviendas de esa región y asesinó a seis miembros de la Comunidad de Paz San José de Apartadó. En este hecho trágico se detiene Territorio pacificado, realizado por el Colectivo KanalB. Los campamentos del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) del Brasil y su proyecto de transformación social son el foco de Vou plantar minha terra, del Colectivo Mutirâo que también analiza el conflicto agrario brasileño a través de distintas voces involucradas: los propios campesinos, el gobierno, los grandes propietarios y la Iglesia Católica. Para conocer el contenido de Zé Pureza, dirigida por Marcelo Ernández, hay que recordar que en el Brasil de los ’50 y ’60 surgió el mayor líder del movimiento campesino de Río de Janeiro: Zé Pureza. El film sigue durante cuatro años a un grupo de familias movilizadas para ocupar tierras en el norte de ese Estado y que bautizaron al campamento “Zé Pureza” en homenaje al líder de la región muerto en 1983.
* La programación completa del ciclo puede verse en www.clacso.org
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