Con la satisfacción que otorga haber conseguido el Oscar, los hermanos Joel y Ethan Coen inauguran hoy con Burn After Reading el Festival de Venecia, un certamen que cumple 65 años rodeándose de las mejores estrellas del momento. Los hermanos de Minneapolis cambian de tono, dejando atrás el desasosiego de Sin lugar para los débiles y recuperando a George Clooney y a una de sus actrices fetiche, Frances McDormand, para rodar una comedia sobre espías en la que John Malkovich y Brad Pitt se incorporan a la nómina de escogidos actores que han trabajado con la que definitivamente es la pareja artística más consolidada dentro y fuera de Hollywood. En la gala inaugural también se rendirá homenaje al casi centenario cineasta portugués Manoel de Oliveira, con su corto Do Visível ao Invisível, que se proyectará antes de la película de los Coen.

A pesar de la pujanza del cine latinoamericano en los festivales internacionales, la Mostra de Venecia ha reservado pocas invitaciones para él en su 65 cumpleaños y lo ha relegado a las secciones no competitivas. Argentina estará representada en la sección paralela “Giornate degli autori”, fuera de la programación oficial, con Una semana solos, de Celina Murga, pero vivirá un día destacado el 2 de septiembre cuando Daniel Burman, realizador de Derecho de familia (2006) y El nido vacío (2008), reciba el premio Robert Bresson que entrega el Vaticano. A su vez, Lucrecia Martel, relajada después del estreno porteño de La mujer sin cabeza, integrará el jurado oficial, que preside el alemán Wim Wenders.

Brasil, aunque coproduce una de las películas de la competición, Dangkou (Plastic City), del hongkonés Yu Likwai, tiene en Fuera de Concurso Encarnaçao do Demónio, una película de terror precedida por el éxito en su país y que está dirigida por el veterano José Mojica Marins.

Además, en la paralela Orizzonti estará uno de los cineastas clave del cine marginal brasileño, Julio Bre-ssane, quien junto a Rosa Dias dirige A erva do rato, que adapta dos relatos de Machado de Assis.

Las estrellas de la meca del cine tienen este año una amplia presencia. El mexicano Guillermo Arriaga, después de su sonada “separación” de Alejandro González Iñárritu, debuta como director de largos con The Burning Plain, acompañado de Kim Basinger y Charlize Theron, dos bellezas que interpretan a madre e hija y que, independientemente del resultado del film, darán que hablar con su trabajo en equipo. El estadounidense Jonathan Demme regalará una de las escasas apariciones de Debra Winger, quien hará de hermana de Anne Hathaway en Rachel Ge-tting Married, un drama escrito por Jenny Lumet, la hija de Sidney Lumet. Su compatriota Darren Aronofsky ha recuperado a Mickey Rourke en un drama sobre un deportista en busca de su última oportunidad con la ayuda de Marisa Tomei. Expectación mediática generará el paseo por el Lido, la isla junto a Venecia donde se desarrolla el certamen, de Natalie Portman, que debuta como directora de cortometrajes. La “reina Amidala” (por su personaje de La guerra de las galaxias) inaugurará la sección Corto Cortissimo con Eve, una oportunidad de pasar 17 minutos con el talento de Lauren Bacall y Ben Gazzara, sus protagonistas.

La guerra de Irak es el tema de la estadounidense Kathryn Bigelow, con un thriller de tintes dramáticos que Ralph Fiennes y Guy Pierce protagonizan y que ha sido escrito por Mark Boal, la pluma de la apreciada La confesión. Con cinco títulos, la bandera de las barras y las estrellas es la más representada en el certamen italiano, que cuenta con platos fuertes como el japonés Takeshi Kitano (Akires to came), el italiano Pupi Avati (Il papà di Giovanna), su compatriota Ferzan Özpetek (Un giorno perfetto) o el francés Barbet Schroeder (Inju, la Bête dans lombre). Y fuera de competición figuran Abbas Kiarostami, quien dirige a Juliette Binoche en Shirin, y las realizadoras francesas Agnés Varda, que mostrará el documental Les Plages d’Agnès, y Claire Denis, con su nueva ficción, 35 Rhums.

De entre las 21 películas que compiten por el León de Oro, el cine de habla hispana está representado de forma tangencial con Arriaga y con el ítaloargentino (nacido en Chile) Marco Bechis (Garage Olimpo), que concurre con una producción entre Italia y Brasil titulada Bird Watchers, y que cuenta con actores brasileños como Matheus Nachtergaele y Leonardo Medeiros, entre otros.

Suele coincidir en los grandes certámenes una menor presencia latinoamericana con una mayor afluencia de cine asiático, y en Venecia se podrá ver al maestro del cine de animación japonés Hayao Miyazaki (Gake no ue no Ponyo), quien rivalizará por conseguir el León de Oro con otro compatriota, Momoru Oshiii, que también concurre con otra película de animación: The Sky Crawlers. Entre las producciones más remotas figuran dos africanas: la argelina Gabbla, de Tariq Teguia, y la etíope Teza, de Haile Gerima.

Hasta el sábado 6 de septiembre, el jurado que preside Wenders y en el que lo acompañarán Martel, el estadounidense John Landis y el hongkonés Johnnie To, entre otros, tendrá que decidir el reparto de los premios. Hasta la fecha sólo se conoce uno: el León de Oro honorífico por toda una carrera para el italiano Ermano Olmi, quien ayer se reunió con el público en Venecia para ver al aire libre uno de sus títulos más famosos, La leggenda del santo bevitore.