CINE › ESPEJOS SINIESTROS, CON KIEFER SUTHERLAND Y PAULA PATTON
› Por Horacio Bernades
Dirigida por el francés Alexandre Aja, Espejos siniestros encarna, de modo ejemplar, la clase de tratamiento con que Hollywood suele versionar películas de terror asiáticas. En este caso, la coreana Into the Mirror, que unos años atrás pudo verse en la sección Cerca de lo Oscuro del Festival de Mar del Plata. Mientras que aquélla se desentendía de explicaciones racionales, ocupándose de construir climas y usar su tema (la malignidad de los espejos, en plan conspirativo) como plataforma de despliegue para una serie de imaginativas soluciones visuales, su émula hollywoodense se ve en la obligación de explicar e inflar todo, multiplicando tramas y subtramas, psicologizando personajes, manipulando emociones de la audiencia, distribuyendo aquí y allá escenas de shock y rematando con el show de efectos especiales con que, se supone, toda película de terror debe culminar.
Los primeros compases de Tubular Bells (la suite que Mike Olfield compuso para El exorcista), seguidos de Cuadros de una exposición, avisan, de entrada, no sólo sobre la posesión satánica a la que llevará una de las varias subtramas de Espejos siniestros, sino también del espíritu multiderivativo con que Aja (París, 1978) y su compadre Grégory Levasseur encararon la película. Como en mil thrillers, el protagonista, Ben (Kiefer Sutherland, siempre confiable) es un ex detective neoyorquino, que combate con whisky el trauma de haber asesinado a alguien y de haber sido luego exonerado de la fuerza. Desde ya que está separado de esposa e hijos y que aquélla (Paula Patton, la espectacular morocha de Déjà Vu) no lo quiere tener a menos de 200 metros de distancia. Desde ya que Ben es borracho, pero bueno. Y, sobre todo, que está dispuesto a todo con tal de reconquistar a los suyos, que son lo que más le importa en el mundo.
Que esa recomposición familiar se opere mediante el combate a la legión demoníaca que se esconde detrás de los espejos de la gigantesca tienda siniestrada que el ex detective debe cuidar por las noches es uno de esos milagros que sólo un guión de Hollywood es capaz de consumar. Exportado a la Meca del Cine gracias a una única película, Alta tensión (2003), como allí acá Aja (con perdón por la serie de aliteraciones) acumula un tiempo fuerte tras otro, siempre en busca del sacudón. Animización de los espejos, apariciones fantasmales, cadáveres de quemados que gritan y se arrastran por el piso y un buen par de crímenes bestiales para darle gusto al público más joven (incluyendo lo que podría llamarse “muerte por autodesmandibulización”) son las armas a las que acude el director, siempre subrayadas por violentos mazazos sonoros.
Con la moral y buenas costumbres garantizadas por la inevitable redención familiar, ya habrá tiempo para que una pobre monjita se ponga a combatir con el Demonio, que se la quiere llevar del otro lado del espejo.
5-ESPEJOS SINIESTROS
Mirrors, EE.UU., 2008.
Dirección: Alexandre Aja.
Guión: A. Aja y Grégory Levasseur.
Intérpretes: Kiefer Sutherland, Paula Patton, Jason Flemyng, Amy Smart y John Shrapnel.
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