Mar 16.06.2009
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CINE › EL GUIONISTA LARS ANDERSEN HABLA DE LA ACTUALIDAD FíLMICA DE SU PAíS

¿Hay cine danés después del Dogma?

El guionista de Flame y Citron, la película que abre hoy el “Encuentro con el nuevo cine danés” en la Sala Leopoldo Lugones, revela el origen del interés de su sociedad por la Segunda Guerra Mundial. “Es la parte más violenta de nuestra historia”, señala.

› Por Oscar Ranzani

La historia cuenta que cuando los nazis invadieron Dinamarca, en abril de 1940, hubo escasa resistencia del pueblo danés frente al avasallamiento de Hitler. Pero hubo dos personas, Bent Faurschou-Hviid y Jorgen Haagen Schmith, más conocidos por sus apodos de Flame y Citron, quienes durante la Segunda Guerra Mundial decidieron dar batalla y formaron parte de un grupo de la resistencia que ejecutaba a los colaboracionistas daneses de los alemanes. El realizador danés Ole Christian Madsen se inspiró en estos hechos reales para adaptar en versión libre una ficción que los tiene como protagonistas en la Copenhague de 1944. El cineasta escribió el guión de Flame y Citron junto al danés Lars Andersen, quien vive en la Argentina y que en diálogo con Página/12 señala que estos dos personajes históricos “son leyendas en Dinamarca, pero también son muy controversiales porque eran asesinos”. Flame y Citron abrirá hoy el ciclo “Encuentro con el nuevo cine danés” (ver recuadro), a lo largo del cual se exhibirán en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Corrientes 1530) ocho films inéditos en la Argentina. En el marco del encuentro también habrá una proyección especial de Justicia ciega (1916), dirigida por Benjamin Christensen, en copia restaurada por la Cinemateca Danesa, que contará con acompañamiento musical en vivo del grupo Sueño de Bandoneón.

Organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina, en colaboración con la Cámara Argentino-Danesa de Industria y Comercio y el Palais de Glace, el ciclo será una oportunidad especial para conocer la actualidad del cine de Dinamarca, país en donde a mediados de los ’90 surgió aquel movimiento cinematográfico conocido como Dogma 95 y que tuvo a Lars von Trier y Thomas Vinterberg como sus principales impulsores. “Pero del Dogma hoy no queda nada”, dice Andersen, co-guionista de Flame y Citron, la película más costosa en la historia del cine danés. Cerca de 6 millones de euros fueron necesarios para concretar este proyecto. Pero Andersen asegura que, a pesar de la cifra, pudieron trabajar con absoluta libertad creativa y no tuvieron que hacer concesiones.

–Teniendo en cuenta que es una adaptación libre de hechos reales, ¿hay tradición en Dinamarca para este tipo de películas?

–No, absolutamente, porque es un trabajo muy difícil, de años y años. Y al tener una trama histórica, es una película muy costosa. Es difícil conseguir el dinero para una película como ésta. Es más fácil hacer un film chiquito sobre un divorcio.

–¿Qué tanto interesa la historia de Flame y Citron a las nuevas generaciones?

–Hay mucho interés por el tema de la Segunda Guerra Mundial en Dinamarca porque es la parte más violenta de la historia de nuestro país. Fue una época en que la vida era muy difícil, mala. Es posible decir que los alemanes eran bestias, pero al mismo tiempo hubo un país como Dinamarca que fue colaborador. Esto la convierte en una época muy fascinante para abordar en el cine o para escribir un libro, porque hay un montón de mentiras y cosas oscuras.

–¿Cómo se documentó para elaborar el guión?

–Recurrí a archivos para tener material y consulté a personas que participaron de la resistencia. Me aportaron sus historias en la guerra y su amistad con Flame y Citron. También contaron su experiencia en los asesinatos. Antes de escribir junto a Ole Christian Madsen estuvimos discutiendo mucho para armar una estructura. La investigación duró entre seis y siete años. Insumió mucho tiempo porque la historia de Flame y Citron es en parte secreta, si bien se conoce un aspecto público y es considerada un mito.

–¿Qué aspectos diferencian a Flame y Citron de otras películas que se hicieron sobre la Segunda Guerra Mundial?

–Flame y Citron es quizás una película revisionista y, a la vez, enfoca la psicología de nuestros héroes.

–¿Cómo recuerda el surgimiento y el apogeo del Dogma en la década del ’90?

–La del Dogma fue una época muy importante en Dinamarca, porque de repente era posible hacer películas muy baratas. Y con la cámara en movimiento comenzamos a tener mejores actores. La cámara moviéndose todo el tiempo era una especie de regalo para ellos, porque les resultaba posible actuar con mayor libertad.

–¿Qué permanece de los postulados del Dogma en las películas que se realizan en la actualidad?

–Nada.

–¿Por qué?

–Porque el Dogma tenía su tiempo y su época. Ahora, yo creo que la gente en Dinamarca está un poco cansada del estilo del Dogma. Antes, las películas del Dogma tenían quizá 200 mil espectadores y ahora largometrajes como esos llegan a tener 5 mil, a lo sumo 20 mil. Pero nada más.

–¿El Dogma formó directores de cine con algún tipo de temática y estética en común?

–En realidad, en el Dogma el genio era Lars von Trier y los otros eran sus alumnos.

–¿Cómo es la actualidad del cine danés después del Dogma?

–Teniendo esta crisis mundial, es muy difícil hacer grandes películas. También los directores del Dogma ahora tienen entre 40 y 50 años, tienen su carrera y no son tan jóvenes. Hay un montón de buenas películas y muy diferentes actualmente. Pero los años del Dogma fueron una revolución cultural.

- El “Encuentro con el nuevo cine” danés tiene una programación complementaria en el Palais de Glace (Posadas 1725).

Más información en www.palaisdeglace.org

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