Sáb 01.08.2009
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CINE › ENTREVISTA A IVAN MASSOW, DIRECTOR DE BANKSY’S COMING FOR DINNER

El gran enigma del street art

La película que se verá hoy en el Auditorio Buenos Aires intenta saber algo más sobre la misteriosa figura del grafitero de renombre mundial. “Me intrigaba su conjunción de anonimato y celebridad, me obsesioné con la idea de tenerlo”, dice el realizador.

› Por Leonardo Ferri

“¿Saben quién viene a comer hoy?” La voz de la siempre elegante Joan Collins interrogó al resto de los comensales, diversas celebridades de la farándula inglesa. Y cuando llegó la respuesta y el nombre fue revelado, los invitados, ansiosos y sorprendidos, sintieron que el momento había llegado y podrían conocer la cara del artista callejero más misterioso y famoso de los últimos tiempos: Banksy. El multimillonario empresario, político, escritor e inventor Ivan Massow no dudó en ayudar a Collins cuando ésta le reveló sus ganas de volver al cine. “Para tranquilizarla le dije que iba a contratar a un director, un productor y un guionista, sólo para no tener que decirle que ella iba a ser parte de una película dirigida, producida y escrita por un novato como yo”, cuenta Massow a Página/12. “Cuando nos volvimos a ver, ambos dedujimos que yo iba a ser el director y ella la actriz”, agrega.

Banksy’s coming for dinner, la película que se verá hoy en el marco del Puma Urban Art (ver aparte) conjuga el glamour de una cena de celebrities en una mansión de lujo con el mundo del street art, asociado generalmente –aunque cada vez menos– con lo marginal. Massow opina que “la influencia de las calles se expandió rápidamente, y el arte conceptual ha perdido su capacidad de sorprender o inspirar, como lo hizo cuando surgió”. La pintura en aerosol y las paredes libres le dieron a Banksy la posibilidad de hacerse popular entre aquellos que admiraban su arte, plagado de mensajes contra el capitalismo, las guerras y la discriminación, y de ganarse la antipatía de las autoridades, que nunca pudieron atraparlo en acción. Lo cierto es que a pesar que la película genera la expectativa de poder ver, finalmente, la cara del artista misterioso, sólo aparece en cámara pixelado y con la voz distorsionada. Y no faltan aquellos que afirman que el film es otra de sus obras, cargadas de su anónima provocación. Y aún más: muchos otros sostienen que el Banksy filmado no es el Banksy que recorre las calles del mundo.

“Para ser honesto, no puedo decir con absoluta certeza que él sea Banksy, ya que nadie nunca lo vio, entonces ¿cómo puedo saberlo? Yo siento con bastante certeza que es él, por más que nos hayamos conocido de una forma extraña y que el que me haya contactado haya sido él”, admite el director. El primer contacto se dio a través del representante del artista, que buscaba montar una instalación en Barcelona. Y Massow, que en ese entonces vivía en esa ciudad, había dirigido el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres. “Le pedí alguna de sus obras a cambio e intercambiamos algunas llamadas, pero al final todo quedó en la nada y nunca nos vimos, salvo hasta un día antes de la filmación, dos años después”, recuerda. Al contrario de lo que pensaba, Massow admite que no fue difícil convencer a Banksy de participar en el film. “Parecía más interesado en contribuir en acciones políticas o en hablar de su propio arte, pero aceptó filmar, con la condición de que se hiciera todo en un solo día y de trasladarse hacia el set por sus propios medios”, revela.

Si bien el gancho de la película es conocer más sobre el eterno fugitivo del stencil, Massow es todo un personaje en sí mismo. Este inglés de 42 años tuvo tantos oficios y ocupaciones que es casi imposible de encasillar en una categoría. “Soy un emprendedor –sintetiza–, por eso siempre empecé los más diversos negocios: desde los seguros a las comunidades online, pasando por los eventos y shampoo para niños.” Fue con la industria aseguradora con la que Massow hizo la diferencia, a principios de los noventa. Harto de experimentar la homofobia de las compañías, que no aseguraban a los homosexuales por ser de “alto riesgo”, decidió fundar la propia, que brindaba pólizas a gays y a personas HIV positivo.

El salto económico le facilitó la entrada en los medios, en publicaciones como FHM y Esquire, hasta que llegó a la televisión con el programa Make me a million, a partir del cual colaboró en la creación de Halos N’Horns, un shampoo para niños libre de químicos nocivos, que aún hoy es un éxito de ventas. En tiempos donde la política y los medios de comunicación se complementan, utilizan y necesitan mutuamente, el salto fue inevitable. Además de militar por los derechos de los gays, Massow formó parte del Partido Conservador durante varios años, hasta que en el 2000 pasó a las filas del Partido Laborista. Fue candidato a alcalde de Londres en 2004 con su propio movimiento independiente, pero dejó la política para recluirse en España.

Al cine

“Banksy estuvo manteniendo un perfil bastante alto en los últimos años, siempre se las arregló para llegar a los titulares y se hizo cargo de ser el más importante de todos los jóvenes artistas británicos”, sentencia Massow. “Me intrigaba su conjunción de anonimato y celebridad, y me obsesioné con la idea de tenerlo en la cena”, agrega. El resto del elenco fue seleccionado por él, con el visto bueno de Collins. Además de la actriz de Dinastía, actúan, entre otros, su marido Percy Gibson, su hija Tara Newley y la presentadora de TV Tamara Beckwith, quien acompañó a Banksy en su recorrido hacia el set. “Me pareció natural que Percy y su hija estuvieran en la película también, como si fuera una verdadera cena. Además Percy es actor y Tara es actriz, tenía sentido”, explica Massow.

Banksy’s coming for dinner es una película incorrecta, con cámaras que se mueven, gente que fuma, iluminaciones precarias y datos imprecisos. Aunque claro, esto último forma parte de la mística que rodea al film y a su protagonista, y le agrega el atractivo y la vitalidad necesarias para darse a conocer, como en su momento lo hicieron The Blair Witch Project y REC. Una vez más, la realidad se mezcla con la ficción. “Fue una pesadilla”, “fue un éxito”, “estuvo bastante bien”, “fue diferente”, dijeron los protagonistas hacia el final de la película. Habrá que verla para ver quién dice qué. Otro misterio.

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