CINE › MARIA LAURA VASQUEZ Y CUANDO LA BRUJULA MARCO EL SUR
La realizadora argentina se fue al país caribeño en 2000 con algunas reservas, pero ver de cerca el proceso chavista la llevó a intentar un retrato que va más allá del presidente, y ensaya una lectura histórica de un país surcado por desigualdades.
› Por Oscar Ranzani
Por un amor se fue a vivir a Venezuela y allí se radicó hace diez años. Antes de partir, la argentina María Laura Vásquez ya tenía una formación cinematográfica: había estudiado Realización en la Escuela de Cine de Avellaneda, una Licenciatura en Artes Combinadas en la Universidad de Buenos Aires, y luego complementó sus conocimientos en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba). Cuando llegó a Venezuela en 2000, se enamoró nuevamente. Pero esta vez fue del proceso político que se estaba desarrollando. “Vine con mucho recelo porque para un argentino el tema de un militar golpista era difícil de asumir, pero después me encontré con un proceso totalmente diferente al que los argentinos conocemos, y también con un estilo de militar totalmente distinto al nuestro”, dice Vásquez, desde el otro lado del teléfono. Su primer trabajo que se conocerá en Buenos Aires es el documental Cuando la brújula marcó el sur, que se exhibirá hoy a las 19 en el Espacio Incaa Km 0 Gaumont (Rivadavia 1635). Este audiovisual integra la programación de la Segunda Semana de Cine Venezolano en Argentina, organizada por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), que se desarrollará hasta el 4 de agosto.
El film cuenta la historia de Venezuela desde la época de la colonia hasta la Revolución Bolivariana, a través de un relato ameno y didáctico que se sustenta con testimonios de importantes historiadores del país caribeño y con animaciones pensadas no sólo para el público adulto, sino también para que el material sea difundido en escuelas. En principio, la Villa del Cine –una gran productora estatal– le propuso a Vásquez elaborar un documental sobre Hugo Chávez y el proceso político en su país. “Después, cuando empezamos el período de investigación, nos dimos cuenta de que más allá de que la historia de Chávez era interesante, los antecedentes históricos fundamentaban y le daban nacimiento al proceso político que hoy está viviendo Venezuela”, detalla la cineasta.
Vásquez y su equipo comenzaron a rastrear los orígenes de la lucha de clases. “Y nos dimos cuenta de que no podíamos hablar seriamente de lo que se estaba viviendo en Venezuela si no hablábamos desde la llegada de los españoles”, relata la directora. En consecuencia, comenzaron un riguroso trabajo de investigación que duró aproximadamente un año y que incluyó cincuenta horas de material de archivo y otras 105 de grabación. Su tarea fue ardua, condensar en tan sólo noventa minutos diversos ejes narrativos: la colonia, la independencia, la aparición del petróleo, la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, la guerrilla, la década del ’80 y la cultura de la miamización, el Caracazo y las luchas populares y, por supuesto, la Revolución Bolivariana y la necesidad de un proyecto socialista. “A partir de eso, se comenzaron a elaborar los guiones que tuvieron la curaduría de todos los historiadores que están haciendo en estos momentos el revisionismo histórico de Venezuela”, relata Vásquez.
El comienzo de Cuando la brújula marcó el sur parte, entonces, de la época de las sociedades indígenas y la posterior colonización española. “No todas las sociedades indígenas eran igualitarias, por supuesto, pero específicamente en Venezuela, trabajaban mucho el tema de lo comunitario y de lo igualitario. No tenían grandes estructuras estratificadas, como podía ser el caso de México o algunas partes del Caribe. La estratificación por clase social vinculada con lo racial fue impuesta por el modelo europeo de la época de la colonia”, asegura Vásquez.
–¿Cree, entonces, que los pueblos originarios practicaban una especie de socialismo?
–Sí, por supuesto. Un socialismo originario que tenía que ver con los valores y con los formatos de ellos. Ahora, se está tratando de incorporar algunos elementos de nuestros pueblos indígenas. Había una búsqueda de igualitarismo social dentro de esos pueblos que además tenían quince mil años de trayectoria. No era poco tiempo.
–¿Cómo analiza el sentido de la resistencia desde la época de la colonia hasta la Revolución Bolivariana?
–Ha sido un continuo histórico y creo que para todos los pueblos, porque las desigualdades nunca se superaron. Y creo que todavía en este momento, después de once años de revolución, se pueden haber aminorado un poco, pero siguen existiendo. Además, siguen existiendo con una gran carga racial. Si usted va a las partes pobres, la mayoría de la población excluida es negra o indígena.
–¿Y cuál es el legado de Simón Bolívar?
–Tiene que ver con la búsqueda de independencia política. Pero sobre todo se dio cuenta de que si la búsqueda de la independencia no estaba vinculada con una búsqueda de una independencia social, no iba a poder dar resultados. Se puede decir que la independencia en este país comenzó el 19 de abril de 1810, pero no logró ser efectiva hasta que él se dio cuenta de que tenía que incorporar las reivindicaciones populares al proyecto de la independencia. Y él fue el líder que las incorporó. Fue uno de los pocos que, en ese momento, tuvo la lucidez de darse cuenta de que era una guerra social, además de una guerra política.
–Saltemos bastante en el tiempo: hay quienes caratulan las acciones militares de Hugo Chávez en febrero de 1992 como un golpe de Estado. ¿Usted cómo lo describiría?
–Como dice el documental, yo creo que acá, a diferencia de Argentina, los militares son parte del pueblo. O sea, la gente que estudia las carreras militares en Venezuela es de extractos populares y tiene un gran espíritu libertario. No tienen nada que ver con el espíritu de las Fuerzas Armadas que nosotros conocemos en Argentina. En 1989 la gente salió a la calle a reclamar por sus derechos (N. de la R: el Caracazo) y en 1992 una parte de ese pueblo que tenía armas también salió en busca de sus derechos, y de la manera que podían, que sabían que era a través de las armas. Pero es parte de un mismo pueblo pidiendo lo mismo.
–Cuando Chávez llegó a ser presidente, ¿hubo un cambio de conciencia social?
–Yo creo que no. El puso en escena y explicitó las reivindicaciones históricas del pueblo venezolano. Hasta entonces, no había surgido un líder que pudiera darles cauce y que pudiera concientizar en términos de discurso y de plasmar las reivindicaciones concretas como fue Chávez en el ’98.
–Usted ya vivía en Venezuela cuando se produjo el golpe contra Chávez en abril de 2002. ¿Cómo lo recuerda?
–Eso básicamente estuvo muy vinculado con el tema de las leyes de hidrocarburos y de tierras que precedieron al golpe. En esa búsqueda de un capitalismo más humano y social, empezaron a sancionarse leyes que, dentro de ese mismo marco, trataban, de alguna manera, de que las riquezas del país pudieran tener una distribución más igualitaria de la renta petrolera. Eso tocó intereses que nunca se habían tocado hasta el momento. Y por supuesto, despertó las contradicciones tanto internas como externas que también dependían de eso. Y ahí, por supuesto, todo el aparato comunicacional privado tuvo un rol fundamental. Yo lo tildaría como un golpe mediático; por supuesto, apoyado por la burguesía interna y por el gobierno norteamericano de ese momento.
* La programación completa del ciclo y horarios en www.incaa.gob.ar
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