Christopher Nolan, director de la renovada franquicia sobre Batman, se despide de ella con El caballero de la noche asciende, una de las películas más esperadas del año, capítulo final de la saga a la que se dedicó durante una década y que se estrena en la Argentina el jueves 26. “Llegar hasta aquí es satisfactorio desde el punto de vista de que terminamos lo que queríamos hacer, pero es muy triste decir adiós. No me refiero a los actores y al equipo de producción, con quienes espero seguir trabajando, sino a los personajes. Tuvimos una buena relación y me inspiraron: es triste decir adiós a Batman”, dice el realizador británico a la agencia EFE.

Nolan, autor de Memento y El origen, abrió las nuevas aventuras del Hombre Murciélago en 2005 con Batman inicia, donde renovó el universo del personaje que conoció adaptaciones muy populares de la mano de Tim Burton y Michael Keaton. Ese tandem rodó Batman (1989) y Batman vuelve (1992), antes de que Joel Schumacher desvirtuara la serie con Batman eternamente (1995, con Val Kilmer) y Batman & Robin (1997, con George Clooney). Con Christian Bale bajo el traje negro, Nolan dedicó dos años a la puesta a punto del guión y apostó por un tono reflexivo e hiperrealista, con personajes profundos y sin perder de vista la espectacularidad de las grandes producciones. Su debut se saldó con una recaudación de más de 370 millones de dólares, pero fue la siguiente entrega, El caballero de la noche, la que dejó una profunda huella. “Nunca esperé ese éxito abrumador”, admite Nolan. “Se convirtió en un verdadero fenómeno, algo que uno nunca debe aspirar a lograr. Simplemente ocurrió. En la primera quisimos contar los orígenes del personaje y confiamos en que la gente creyera la historia de Bruce Wayne y su viaje como Batman. Es algo que podría ocurrir en la vida real”, agrega. La segunda entrega de la saga es actualmente la cuarta película de mayor recaudación en la historia, con más de mil millones de dólares. Ganó dos Oscar, uno de ellos póstumo al mejor actor de reparto para Heath Ledger, por su inquietante e inolvidable retrato del Joker.

El caballero de la noche asciende comienza ocho años después de los hechos que cierran el anterior film. La paz parece instalada en Gotham y las autoridades ya no necesitan al superhéroe enmascarado, hasta que una nueva amenaza acecha a la ciudad de la mano de Bane (Tom Hardy), un terrorista con planes para destruir la megalópolis, con escenas que traen a la memoria del espectador momentos del 11-S o las recientes revueltas en Wall Street. Su aparición obligará a Batman a regresar a escena justo cuando otro personaje peculiar se cruza en su vida: la peligrosa y atractiva Gatúbela (Anne Hathaway). “Pensé en ella porque sabía que podría aportar dos cosas fundamentales aparte de su talento: su capacidad para meterse en la psicología de un personaje real y su tremenda presencia, capaz de cautivar al espectador con su energía. A la gente la maravillará ver lo que hizo Anne con el personaje”, afirma Nolan.

En estos años el realizador se caracterizó por un gran secretismo en los rodajes para evitar filtraciones, algo que, según admite, cada vez es más difícil de conseguir. “El proceso de rodar una película de forma privada es un reto. Me gusta hablar más de privacidad que de secretismo. Intento hacerla en privado para dar sorpresas al público. En un truco de magia se respeta esa privacidad. Pero todo el mundo tiene una cámara en el móvil y sabíamos que algunas cosas iban a salir”, dice. Al borde de los 42 años, al director se le abre ahora todo un horizonte de posibilidades en cuanto a su próximo proyecto, pero por el momento sólo piensa en sus vacaciones.