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RETRATO DE FAMILIA

Il pranzo della domenica.

Italia, 2002.

Dirección: Carlo Vanzina.

Guión: Carlos y Enrico Vanzina.

Intérpretes: Massimo Ghini, Rocco Papaleo, Barbara De Rossi, Elena Sofia Ricci, Giovanna Ralli, Franca Malorni, Maurizio Mattioli,Galatea Ranzi.

El disparador de esta pequeña comedia dramática italiana es “il pranzo della domenica”, el almuerzo del domingo al que alude el título original del film. Alrededor de la mesa familiar, organizada por Franca (Giovanna Ralli), una señora perteneciente a la burguesía acomodada de Roma, llegan sus tres hijas con sus respectivos maridos e hijos. Ansiosa y mandona, Franca les reprocha a todos la falta de puntualidad y en su atropellada diatriba cae al piso, se rompe un fémur y va a parar al hospital (para colmo el hospital público, que no es de su agrado, como asumida votante de Berlusconi que es). Esta circunstancia fortuita logra que toda la familia –acostumbrada a llevar sus vidas por separado– empiece a convivir desordenadamente en los pasillos del sanatorio y vayan saltando paulatinamente a la luz sus distintos conflictos emocionales y problemas económicos.
Una de las hijas está crónicamente deprimida, porque no ha tenido hijos; otra, porque descubre que su esposo, un abogado especialista en divorcios, la engaña sistemáticamente, y la tercera, después de cuatro hijos, siente que llevar toda la responsabilidad de la casa la agobia y añora sus años de libertad como estudiante de filosofía. Sus respectivos maridos también tienen sus historias –de polleras, de política, de dinero– y el film irá contando un poco la de todos, en una estructura episódica tributaria de la estética televisiva.
“Esto parece un teleteatro”, se asombra una paciente que asiste desde una cama vecina a los sinsabores y alegrías de la familia. Y no se puede sino darle completamente la razón, como si en esa línea ocasional de diálogo la película hiciera explícito su verdadero proyecto. Dirigido por el prolífico Carlo Vanzina (Roma, 1951), realizador, guionista y productor de más de 50 películas, hijo a su vez de Steno, uno de los más populares libretistas de la comedia a la italiana, este Retrato de familia se apoya demasiado en los estereotipos antes que en los arquetipos. Lo suyo es más bien el lugar común, el carácter inmutable de los personajes.
La excepción quizá sea Nicola (Rocco Papaleo), un periodista deportivo proveniente del PCI, que siempre termina echado de las redacciones por anteponer sus convicciones políticas a su necesidad de trabajo y que, asfixiado económicamente, termina escribiendo discursos para un diputado del Cavaliere (aunque el film luego lo redimirá, a través de su mujer). Hay algo en este personaje que evoca al legendario Sordi de Una vida difícil, pero ese recuerdo en todo caso no hace sino acentuar la notoria diferencia de calidad del cine italiano de hoy con el de su época dorada.