Desde Jujuy

Dice el refrán –un refrán que sólo circula entre críticos, realizadores y habitués del circuito festivalero– que todos los días del año hay un festival de cine comenzando en algún lugar del mundo. Los jujeños tuvieron la oportunidad de comprobarlo ayer, día en el que público, autoridades, invitados y periodistas asistieron a las primeras proyecciones de la primera edición de Ventana Andina, festival de cine internacional con enfoque regional en su programación y alcance provincial en varias sedes. Una de las características más interesantes de este nuevo evento –cuyos organizadores no se cansan de destacar– es el hecho de contar con un staff de programadores de la zona, contraponiéndose a la lógica imperante del equipo porteño con cierta experiencia que se traslada temporalmente a la zona del festival. Si ese detalle que los organizadores refieren con orgullo ha aportado una mirada diferente o más rica al festival es algo que podrá confirmarse cuando llegue la hora del balance, luego de que caigan las cortinas el próximo sábado.

Organizado por la Secretaría de Cultura de Jujuy con apoyo del Incaa, el Ministerio de Cultura y la Secretaría de Turismo de la provincia, el festival se propone como “un espacio de encuentro donde se manifieste la multiculturalidad característica de esta región de los Andes, que integra el norte de la Argentina, Chile, Bolivia y Perú”, y entre sus objetivos se encuentran, siempre según el texto enviado a la prensa días antes del comienzo del festival, “difundir y promocionar las producciones cinematográficas andinas y afianzar los lazos entre los países para el desarrollo audiovisual de la región”. Precisamente, el núcleo de la programación de Ventana Andina descansa en el despliegue de cuatro competencias: una internacional, otra nacional, una tercera provincial y, finalmente, una cuarta, cuyo énfasis está puesto en la producción de la región, con jurados para cada una de las categorías que incluyen a los realizadores Eduardo Raspo, Lorena Muñoz y Andrés Habegger, al productor Pablo Rovito, al actor Nicolás Pauls y a las periodistas y críticas de cine Marcela Gamberini y Julia Montesoro.

La Competencia Internacional está integrada por catorce largometrajes, de los cuales once son de nacionalidad argentina, uno es chileno y los dos restantes llegan de Bolivia y Perú (notorio dese-quilibrio que debería tenerse en cuenta para futuras ediciones). La gran mayoría de esos films han sido exhibidos previamente en festivales nacionales e internacionales, pero es aquí donde debería imponerse una mirada menos aporteñada: estos títulos difícilmente llegarían a proyectarse en las salas jujeñas sin la existencia de un evento cinematográfico que les sirva de contexto. Entre ellos, cabe destacar el tercer largometraje de Celina Murga, La tercera orilla, estrenado comercialmente hace algunos meses luego de su paso por el Festival de Berlín; la notable ópera prima de Daniela Seggiaro, Nosilatiaj, la belleza; el documental Ramón Ayala, de Marcos López, y la última película del boliviano Marcos Loayza, Las bellas durmientes. El único estreno internacional en esta competencia es el documental La ceremonia, del realizador Darío Arcella, centrado en el rito iniciático que deben afrontar todos los niños del pueblo Yshyr (también conocidos como chamacocos), habitantes del Chaco boreal paraguayo y brasileño.

Las otras tres competencias incluyen cortos y mediometrajes que, en muchos casos, nunca han sido exhibidos con anterioridad. Los ganadores en las cuatro categorías se harán acreedores de una estatuilla y de un premio en metálico que se propone como incentivo a la producción, tanto a nivel nacional como regional, uno de los temas que más parecen preocupar a los organizadores del evento: sentar las bases para un posible eje de producción audiovisual regional. Así lo hicieron saber durante una conferencia de prensa en el centenario edificio de la Gobernación, acompañados por Graciela Borges y Víctor Laplace, que además de ser invitados especiales oficiaron como hada madrina y padrino, respectivamente.

Con epicentro en la ciudad de San Salvador de Jujuy, Ventana Andina también se abre al resto de la provincia, con proyecciones en salas de las ciudades de La Quiaca, San Pedro, Tilcara y en los Altos Hornos Zapla de Palpalá. Allí llegarán, además de algunos de los films mencionados, un foco dedicado al documentalista y etnógrafo Jorge Preloran y un puñado de películas argentinas de reciente estreno comercial. Por otro lado, como suele ocurrir en la mayoría de los festivales de cine, la agenda incluye charlas y seminarios, entre ellos un encuentro con el cineasta Adrián Caetano, una charla con el veterano director de fotografía Félix Monti y un homenaje a la productora y realizadora Lita Stantic.