CINE › EL JUEZ FERNANDO JUAN LIMA EXPLICA LA NECESIDAD DE RESISTIRSE AL DOBLAJE MASIVO DE PELICULAS
Crítico de cine y juez en el fuero civil de la Ciudad, el abogado inició una campaña contra el creciente doblaje de películas extranjeras, que afecta en especial al conurbano. “Hoy no tenemos opción, pero en verdad tenemos derecho a ello”, dice.
› Por Horacio Bernades
“Como consumidores podemos reclamar que al menos un determinado porcentaje de las copias de estreno sea subtitulado”, dice Fernando E. Juan Lima, que sabe de lo que habla cuando habla de derechos: además de crítico de cine es abogado y juez en el foro civil de la Ciudad. “Hoy no tenemos opción y lo cierto es que tenemos derecho a ello”, remata. Crítico de cine en la revista El Amante y coconductor del programa radial dedicado al cine La autopista del sur (que se emite los sábados de 16 a 18 en la AM 750), Juan Lima no se queda en las intenciones. Hace meses que viene llevando acciones encaminadas a que el Estado regule la cantidad de copias dobladas de cada film de estreno.
Juan Lima se puso en acción cuando comenzó a recibir llamados de oyentes a su programa de radio, protestando por la creciente dificultad para dar con copias originales en las salas de estreno. Junto a Sergio Napoli, coconductor de La autopista del sur, emprendieron una investigación, descubriendo que en zonas del conurbano y el interior cada vez son más las películas que sólo se estrenan en versión doblada. Lo siguiente fue la acción civil, juntando firmas en la campaña No al Doblaje, que cuenta con su propia página de Face-book (www.facebook.com/noal doblaje) y una entrada en el sitio www.change.org. Con más de dos mil firmas reunidas hasta la fecha y creciente número de adhesiones, Juan Lima repasa el estado de situación de un tema que hace no sólo al consumo, sino a la calidad cultural de la nación.
–¿Hay películas para adultos que sólo se estrenan dobladas?
–La tendencia se manifiesta sobre todo en películas para niños y las que se supone que son para adolescentes. En este punto hay que tener en cuenta que, desde hace un par de décadas, muchas “películas para niños” son también de interés para el público adulto. El caso de la serie Toy Story y otras películas del sello Pixar, sobre todo: Los increíbles, WALL-E, Ratatouille, Up o tantas otras. Esto se hace aun más acusado en el caso de las películas consideradas “para público adolescente”, como suelen ser las de superhéroes, que desde ya que son también de interés para el público adulto. En zonas del conurbano o en el interior del país muchas de esas películas se estrenan sólo en versión doblada.
–¿Puede dar ejemplos?
–En Moreno, Quilmes y Temperley –por nombrar sólo unas pocas localidades–, Guardianes de la galaxia se estrenó sólo en copias dobladas. Otro tanto sucedió con Tortugas ninja en Florencio Varela, Avellaneda, San Justo, Moreno y Morón.
–Todas las salas que menciona son del oeste y sur del conurbano.
–Es sobre todo en esas zonas donde está ocurriendo esto. En zona norte no tanto.
–¿A qué lo atribuye?
–A una idea totalmente parcial, prejuiciosa y discriminatoria, de que la gente de zona norte es más cultivada y entonces prefiere las películas con subtítulos.
–¿Cuál es la situación en Capital?
–Del total de copias, cada vez se estrenan más dobladas y menos subtituladas. De Guardianes de la galaxia, en Capital se estrenaron 70 copias. Cincuenta y nueve dobladas, once subtituladas. La penúltima de los Mu-ppets se estrenó sólo en versión doblada y recién en la segunda semana se agregaron algunas copias con subtítulos. ¿En qué horarios? Ultima función de la noche y trasnoche. O sea que si un adulto quiere ver la versión original un día a las ocho de la noche, no puede. De la última de los Muppets se estrenó una sola copia doblada en una única sala: la del DOT, que está en Núñez, junto a la General Paz. Hasta allí tenía que ir quien quisiera escuchar las voces de los actores originales.
–Ese es un tema no menor: las voces originales son siempre mejores que las dobladas, por la sencilla razón de que son las voces de los actores.
–Desde ya. Pero aparte, la cuestión es que, a diferencia de otros países, la Argentina tiene una tradición de respeto por las voces originales. Acá, hasta los años ’80 y ’90 era inconcebible que una película que no fuera para niños se estrenara doblada. En los años ’30, las compañías estadounidenses lo intentaron, pero tuvieron que echarse atrás. Disney hizo un tanteo en los ’90 y tampoco pudo. Recién a partir de 2000 las majors empezaron a imponerlo de a poquito, como para que pasara inadvertido.
–¿Hay algún otro caso flagrante aparte de los que mencionó?
–La tendencia es creciente. De las Batman de Christopher Nolan y Titanes del Pacífico también se estrenaron pocas copias subtituladas. Acaba de suceder lo mismo con Lucy, de Luc Besson, ¡Perdida, de David Fincher! y algunas películas de terror, como El remanente y Líbranos del mal.
–¿Pero las últimas que mencionó no salieron calificadas sólo aptas para mayores de 16 años?
–¡Exacto! Eso echa por tierra el argumento de las películas para niños y adolescentes e inaugura la práctica del doblaje en películas para adultos.
–¿Hay gente o grupos etarios que prefieran las películas dobladas?
–Dejando de lado a los chicos de menos de seis o siete años, que todavía no aprendieron la lectoescritura, y adultos sin escolarización, que en la Argentina representan un porcentaje muy bajo sobre el total de la población (poco más del 2 por ciento), puede haber gente que por pereza prefiera no leer subtítulos. Pero no es que no estén en condiciones de hacerlo. Es una cuestión ligada al retroceso de la lectura y la progresiva dificultad para la comprensión de textos por parte de niños y adolescentes.
–Igual siempre sigue habiendo mucha gente que quiere ver la versión original.
–Exacto. Y a esa gente se le niega el derecho a elegir: es doblada o nada.
–¿En qué beneficia a las grandes compañías estrenar copias dobladas?
–Les permite tratar a toda Latinoamérica como mercado único, no perder tiempo y esfuerzo haciendo diferenciaciones.
–Se sabe que en algunos países fueron las dictaduras las que impusieron la práctica del doblaje, con la soterrada intención de tergiversar los contenidos originales.
–Claro, los casos de España e Italia. Fueron los regímenes de Franco y Mussolini los que impusieron esa norma, y la costumbre perduró hasta el día de hoy. Se tergiversaban los diálogos y hasta los argumentos de las películas. Hay un caso famoso de una película de Hollywood en la que, para disimular la cuestión sexual, a la amante del protagonista la convirtieron en su hermana. Con lo cual, por supuesto, lograron lo contrario: la trama adquirió un morbo que en la versión original no tenía.
–A veces el subtitulado también tergiversa. Pero al menos en ese caso el espectador que más o menos chapucee un poco el idioma original puede darse cuenta. Cosa que en una película doblada no es posible.
–Claro. Se dirá que es una minoría la que sabe idiomas. Si así fuera, ¿por ser minoría no tiene derecho a ver la película en idioma original?
–El problema es que hasta ahora, en los países donde entró, el doblaje generalizado llegó para quedarse.
–Por supuesto, ése es el mayor problema, es un proceso de hegemonización a largo plazo. Es justamente ese futuro el que intentamos prevenir con esta acción.
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