CINE › LA FAMILLE BéLIER, LA GRAN APUESTA EN TAQUILLA DEL CINE FRANCéS PARA 2015
La película se estrenó en Francia en Navidad, y tiene la cuota de risas y lágrimas que suele garantizar una buena performance en boleterías. La comunidad francesa con problemas de audición critica que se hayan elegido actores que no dominan el lenguaje de signos.
› Por John Lichfield *
Si había un país que necesitaba una película amable para estas Fiestas, era el enojado, luchador Francia. Si hay una industria cinematográfica que necesita un triunfo en taquilla es la francesa, que viene de dos años más bien flojos. El ruido previo al estreno de La famille Bélier, que se estrenó en territorio francés en Navidad, fue extraordinario. “Aquí hay un film que te hace reír, que te hace pensar y ocasionalmente te hace llorar”, publicó el diario Le Parisien. Aun antes del estreno, y basándose en funciones de première y proyecciones de prueba en las provincias, todos predicen que esta película puede ser el próximo gran éxito francés, la película que siga los pasos de El artista (2011), Amigos intocables (2011) y Amélie (2001). Utilizando sólo el trailer, la película fue vendida a 85 países, y ya hay planes para una remake de Hollywood.
La película cuenta la historia de una familia de granjeros sordomudos que tienen una hija de 17 años que no sólo puede hablar y escuchar sino también cantar, y maravillosamente. La decisión de Paula Bélier de dejar el hogar para convertirse en cantante profesional produce un momento de calamidad para sus padres: su hija representa sus bocas y oídos. Quieren que ella triunfe, pero no pueden comprender su talento. De todos modos, los elogios anticipados que recibió la película cayeron en oídos sordos para un grupo humano del país: los cinco millones de franceses que tienen dificultades de escucha, y los 500 mil que no escuchan nada. Algunos activistas –aunque no todos– están enojados porque dos conocidos actores con audición perfecta fueron convocados para interpretar a los padres de Paula, que utilizan el lenguaje de señas. Y protestan porque los personajes sordos son la principal fuente de comedia en el film.
Karin Viard (que interpreta a Gigi Bélier, la madre de Paula) y François Damiens (el padre, Rodolphe Bélier) recibieron un curso rápido de lenguaje de señas. Para aquellos que tienen un manejo fluido de las señas, el resultado es absurdo, como si James Bond pidiera su martini shaken not stirred con un profundo acento ruso. “Los actores hacen señas como cerdos”, dijo Emmanuelle Laborit, actriz sorda que dirige el International Visual Theatre. “Es como si fueran extranjeros que no pueden hablar francés con propiedad. ¿Permitiríamos que unos actores se pintaran la cara para interpretar a un personaje negro?” Algunas figuras relevantes en la comunidad sordomuda francesa decidieron boicotear la película. Hélène Champroux, quien suele realizar campañas por el subtitulado en los cines franceses, se sintió perturbada por lo que vio en una proyección de adelanto. “Todos los personajes sordos están sobreactuados. Los personajes que escuchan son más normales. ¿Por qué?”, preguntó.
Otros sordos se muestran en vehemente desacuerdo. Dicen que el cómico lenguaje corporal de los actores representa con exactitud el modo en que a veces las personas con problemas de audición deben exagerar sus movimientos para ser comprendidos. Viguen Shirvanian, una crítica de cine sorda, dice: “Para mí, François Damiens es asombrosamente creíble en sus gestos. No hay nada shockeante en elegir a actores que no son sordos. ¿Alguien se quejó cuando François Cluzet interpretó a un parapléjico en Amigos intocables?”
Karin Viard es una actriz popular de comedia en Francia, y a menudo interpreta personajes nerviosos, muy directos. Su retrato de Gigi, la madre de Paula –una madre agresiva, graciosa, emocional, con un corazón de oro– es una de sus típicas performances. Y no pide disculpas a sus críticos sordos. “La gente sorda no se distingue por su cortesía o diplomacia”, dice. “Son como clowns energéticos, que usan sus cuerpos para expresarse. Exactamente como yo.” Tanto Viard como el belga Damiens recibieron grandes elogios de parte de críticos y espectadores sin problemas de audición. Lo mismo sucedió con Louane Emera, la joven de 18 años que interpreta a Paula Bélier. Eric Lartigan, el director, tuvo muchas dificultades para encontrar a una joven actriz francesa que también pudiera cantar. Un amigo le recomendó que viera tapes de la versión francesa del concurso televisivo La voz: allí quedó impactado por Emera, que proviene de una familia trabajadora del norte de Francia y que quedó eliminada en la semifinal del programa en 2013. Lartigan fue a verla al día siguiente y le dijo que iba a ser la protagonista de su próximo film. Ella aceptó con entusiasmo.
La otra estrella de La famille Bélier ni siquiera aparece en pantalla: Michel Sardou, un crooner francés en su tercera edad que es apenas conocido fuera del mundo francófono. El profesor de música que reconoce el talento de Paula (interpretado por Eric Elmosnino) es un fan incondicional de Sardou. Y le dice a su clase, que no parece muy convencida: “Michel Sardou es para la canción francesa lo que Mozart fue para la música clásica”. Todas las canciones que canta Paula –en una voz cruda, pero hermosa– son del repertorio clásico de Sardou. La más movilizante, “Je vole” (“Estoy volando”) es sobre una persona joven que abandona el hogar y sigue adelante, tal como le sucede a Paula Bélier.
Sean quienes fueran los espectadores del resto del mundo que vean este año la película, seguramente recurrirán a los pañuelos cuando Emera, como Paula, recibe el pedido de su barbado padre de encontrar alguna manera de mostrarle su amor por el canto. Ella canta “Je vole” directamente en su boca mientras lo abraza, de modo que pueda sentir algo del ritmo de su voz a través del contacto entre sus cuerpos.
Los espectadores franceses, en tanto, son algo perversos. Películas que son señaladas como grandes tanques a menudo fracasan; algunos de los más grandes sucesos en la boleterías de los últimos años, como Amélie, no recibieron mucha atención en la previa, ni –mucho menos– fueron vistos como posibles multinominadas al Oscar: la película protagonizada por Audrey Tatou no ganó en ninguno de los cinco rubros en que estaba mencionada, pero sí se llevó el premio a Mejor Película en los European Film Awards, cuatro premios César en Francia (incluyendo Mejor Película y Mejor Director a Jean-Pierre Jeunet) y dos Bafta ingleses. La famille Bélier, como muchas otras películas francesas de comedia, carece de cierta sutileza y un mejor pulido del guión. Aun así, tal como dijo Shakespeare –“¿Han visto cómo puede llover mientras brilla el sol?”–, las risas y las lágrimas terminan conformando un doble programa irresistible.
* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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