CINE › CIENTíFICOS ANALIZARON MáS DE QUINCE MIL PELíCULAS
Un estudio realizado en Illinois reveló que el parámetro para convertir un film en “clásico” es la cantidad de referencias generadas en películas siguientes hechas por otros directores.
› Por Steve Connor *
Olvídense de los críticos, las cifras de taquilla y los Oscar: lo que realmente hace que una película se convierta en obra maestra es la cantidad de referencias al pasar que genera en películas siguientes hechas por otros directores. Así lo descubrieron no los analistas del cine sino los científicos: un análisis de cerca de 15.500 películas reveló que es posible prever cuáles son considerados entre los más grandes de la historia revisando cuán a menudo sus temas, imágenes o mensajes generales son “levantados” por otros realizadores años después.
Los investigadores dijeron que el “método automatizado” para determinar la significación cultural, artística o histórica de las películas puede incluso aplicarse a otras esferas de la creatividad artística o científica, de la literatura a la física. “La razón por la que decimos que es un sistema automatizado es porque, desde el momento en que uno tiene la información en formato digital, ya no se necesita contestar preguntas de nadie, simplemente se carga el código en la computadora para obtener la respuesta”, dice el profesor Luis Amaral, de la Universidad del Noroeste de Evanston, Illinois. Así, según este estudio los métodos típicos para medir el “impacto” de una película, como las ventas, descargas digitales o atención de los medios, no son tan buenos para predecir el éxito a largo plazo como su influencia en otros directores, que parecen ser árbitros sumamente útiles de la calidad a largo alcance del cine.
“Los directores siguen volviendo a las películas que tienen significado. Si uno muestra una pequeña parte de Psicosis, como cualquier referencia a la escena de la ducha, en términos prácticos está poniendo toda la película frente al espectador de la nueva película”, dice el profesor Amaral. “Hay algo sobre una película que está escondido para nosotros, pero hay cosas que son posibles de medir, como los puntajes de los críticos, los premios o las referencias de otros directores, que dan pistas sobre ese elemento oculto; la significación de una película”, detalla. “Pero hemos descubierto que en última instancia son los creadores, los directores mismos, los que determinan qué películas son importantes, no los críticos de cine..., los críticos de cine pueden tener un exceso de importancia a la hora de revelar trabajos importantes, y tienen cierta parcialidad. Nuestro método es lo más objetivo que se puede conseguir”, agrega.
Los realizadores del estudio sugieren que cuanto más largo es el salto entre el estreno de un film y sus subsiguientes referencias en otra película, más peso específico tiene a la hora de considerar su éxito a largo plazo. En el trabajo sólo incluyeron referencias realizadas 25 años después del lanzamiento de una película, para asegurarse de relevar influencias de largo término. De acuerdo con ese método, los títulos que produjeron influencias más duraderas en los años siguientes a su estreno son El mago de Oz, La guerra de las galaxias, Psicosis, Casablanca y Lo que el viento se llevó. El estudio analizó en la base de datos 42.794 citas que conectan una película con otra, como el diálogo sobre no querer estar con un hombre que maneja un bar en Casablanca referido en la película de 1989 Cuando Harry conoció a Sally, que alude directamente a Casablanca (1942), protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
El trabajo, publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias, analiza las 15.425 películas producidas en Estados Unidos y listadas en la Internet Movie Database, como un modo de establecer marcadores para predecir si una película puede ingresar en el prestigioso Registro Nacional de Películas o la Librería del Congreso de Estados Unidos. El Registro es como un hall de la fama del cine, y actualmente incluye sólo 625 títulos “de duradera importancia para la cultura americana”, tal como juzgan los expertos de la US National Film Preservation Board.
Los científicos que realizaron el estudio, que usualmente trabajan en la esfera de las matemáticas, ingeniería y física, buscaron un rango de variables que incluye las entradas vendidas y reseñas de los críticos cinematográficos, para ver si existe una correlación significativa entre la inclusión en el National Film Registry y otros factores relacionados con el aparente éxito de la película. Y descubrieron que las cifras de taquilla no son un oráculo particularmente bueno, citando –por ejemplo– el absoluto fracaso comercial de películas que se convirtieron en clásicos como Sopa de ganso (1933), la película considerada como la mejor de todas las realizadas por los hermanos Marx. Los premios Oscar, por ejemplo, fueron a menudo un reflejo de la popularidad inmediata y el monto de tiempo y dinero que los estudios invirtieron en su promoción, pero no terminaron reflejando su perdurabilidad en el tiempo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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