Mar 21.04.2015
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CINE › BAFICI > JORGE GONZáLEZ PERRíN Y EL DOCUMENTAL WALSH ENTRE TODOS, DE CARMEN GUARINI

“Creo que el arte siempre es político”

El artista plástico habla de la experiencia de filmar las acciones de Arte-Memoria Colectivo, una agrupación que tiene el objetivo de “que se haga memoria de todas las maneras posibles”. El film integra la Competencia de Derechos Humanos del Bafici.

› Por Oscar Ranzani

Jorge González Perrín es mucho más que un artista plástico: es un hombre comprometido con la necesidad de honrar la memoria por las víctimas del terrorismo de Estado. Y busca canalizarlo a través del arte. Es el fundador de Arte–Memoria Colectivo: a través de este proyecto, se convoca a familiares y amigos de desaparecidos, pero también a personas que quieran homenajear a los perseguidos, torturados y asesinados por la dictadura militar a través del arte pictórico. No hace falta ser pintor para participar. Lo que se precisa son las ganas de comprometerse con la historia. Todo surgió cuando Hijos Bahía Blanca los invitó a participar del Juicio al V Cuerpo del Ejército en Bahía Blanca. Entonces, Arte-Memoria Colectivo invitó a que cada persona aportara un cuadradito de 5 x 5 centímetros que referenciara a un desaparecido de manera libre para luego unir a todos esos retazos de memoria con la idea de crear una obra colectiva. Cuando se cumplieron 35 años del golpe cívico-militar, realizaron intervenciones con la construcción colectiva del retrato de Rodolfo Walsh, de grandes dimensiones. Se concentraron en Avenida de Mayo y 9 de Julio para concretarlo bajo el título Walsh entre todos. Y ése es también el título del documental de Carmen Guarini, que refleja cómo funciona Arte-Memoria Colectivo, su manera de entender la relación entre arte y política y sobre todo el sentido de trabajar en espacios abiertos. Ganar la calle es una de las premisas de esta iniciativa artística y popular que aborda Guarini en su documental Walsh entre todos. El film integra la Competencia de Derechos Humanos del 17º Bafici y podrá verse a partir de hoy.

“Sentí que me excedía todo lo que pasaba con Arte-Memoria Colectivo y me sigue excediendo hoy mismo, porque las condiciones para que surgiera se dieron junto con las condiciones del país”, comenta González Perrín en diálogo con Página/12. “Todas las técnicas que utilizamos eran conocidas, pero nunca había surgido esa necesidad. ¿Por qué no había surgido antes? Y coincide con la sustanciación de los juicios. Cuando empiezan los juicios, se empieza a decir: ‘Estos son delitos y hay que juzgarlos’. Ahí se abren las condiciones para que se empiece a conocer más la verdad. Y, a partir de ahí, empieza a conocerse más la realidad de todos aquellos desaparecidos y cuál era su proyecto. Surge la necesidad de darles más entidad; es decir, que tengan rostros, historias, colores. Es una actualización de la memoria que es complemento de todo lo que se venía haciendo hasta ese momento, pero que particularmente era de denuncia. En este caso, ya no es tanto la denuncia porque las cosas se sabían bastante y, entonces, la denuncia pasa a otro plano y empezamos a ver sobre las realidades de los militantes, de los proyectos y de los anhelos”, agrega González Perrín.

El film de Guarini lo muestra debatiendo con el grupo, pero también hace pública su manera de pensar, con fragmentos que la directora presenta en la pantalla como intertítulos en letra blanca y con fondo negro. El documental no tiene voz en off, mucho menos entrevistas: la cámara se mete tanto en la intimidad del grupo como en la calle trabajando colectivamente. Porque ésa es su esencia. “Al ver después algunas imágenes, me sorprendí porque no sabía que me estaban filmando, aunque tenía conciencia”, admite González Perrín. “Tenía conciencia de que estaba el equipo y, además, yo tenía un micrófono. Pero la necesidad de que esas acciones salieran bien me hacían perder de vista totalmente que me estaban filmando.”

–El trabajo que ustedes realizan propone la participación de las personas. ¿No creen en una relación del tipo artista-espectador pasivo?

–Lo que tenemos que ver es que no hay divisiones muy taxativas en ese sentido. Puede existir una relación artista-espectador pasivo en un caso, y en otro puede ser activo. De hecho, también hay mucha gente que está pintando y mucha que está mirando. Y mucha gente que fue a ver exposiciones y no participó, pero vio la idea. Lo que más me interesa es que esa idea se difunda porque es una herramienta para todos aquellos que quieren hacer algo, que lo pueden hacer.

–¿Cómo eligen los dibujos que finalmente se realizan en forma colectiva?

–En principio, los Juicios nombraban gente. Entonces, la operación simbólica es que el momento en que hay justicia es el momento de la nueva aparición. Esa es la operación simbólica. En general los nombres salían de los que estaban nombrados en los juicios.

–¿Hay alguno que resulte más significativo o todos tienen la misma carga simbólica?

–Hay otros. Por ejemplo, está la cara del bebé que dice: “Devuelvan a los chicos”. Y con ése se hicieron muchas acciones. Por ejemplo, cuando se dio la sentencia de ESMA, se repartieron 400 caras de bebés diciendo: “Devuelvan a los chicos”. Y la gente las tomó y las asumió como propias. Como también repartimos cuatrocientos imágenes de Walsh en el momento de la sentencia. Y la gente las tomó.

–¿Cómo se combina la estética del arte con el sentido político de las obras?

–Yo considero que el arte siempre es político. Ahora, en este caso es un tipo de acción artística que es asumida por algunos no artistas. Es algo mixto. No son las categorías arte, artista, espectador, sino todos en otra cosa. Todos involucrados, todos hacedores. Digamos todos artistas. Y todos con un fin político que es mantener la memoria. En la película se dice y no importa la categoría de qué es. Me interesa más que sea.

–¿El objetivo de Arte-Memoria Colectivo es que pueda mostrarse en la calle?

–Básicamente, el objetivo es que se haga memoria de todas las maneras posibles: en la calle, en los sindicatos, en las escuelas. De hecho, hemos ido también a las escuelas. Y esas pinturas son propiedad de todos. No son producto del mercado. Entonces, no hay propiedad de nadie ni siquiera del colectivo.

* Walsh entre todos podrá verse hoy a las 21.30 en el Village Recoleta (Sala 3); el viernes 24 a las 19.20 y el sábado 25 a las 22 en El Cultural San Martín (Sala 2).

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