La sucesión de domingos con elecciones municipales y provinciales que culminarán en octubre con la gran contienda nacional, el interés por los asuntos públicos trascendiendo las altas esferas del palacio para afincarse en los ámbitos más cotidianos y comunes de la calle, la discusión alejándose de su acepción intelectual hasta devenir en rutina civil. La política y su tratamiento se tuercen, se doblan, se difuminan y se reconvierten. El cine, siempre atento al entorno que lo produce, responde ampliando –y amplificando– las herramientas para comprender las coordenadas de un presente en estado de ebullición. Con esa idea como norte tácito, el Festival Internacional de Cine Político (Ficip) continuará afirmándose como uno de los must del mapa audiovisual porteño al iniciar hoy su quinta edición, que culminará el próximo miércoles después de proyectar 130 películas, entre cortos, medios y largos, provenientes de 34 países de todo el globo.

Con el estreno nacional de El capital, de Costa Gavras, como apertura, y el debut de una competencia online de videos sobre Energía Renovable y Nuevas Tecnologías, el Ficip tendrá una programación que, como suele ocurrir en estos eventos, se divide en apartados competitivos (Internacional de cortos, medios y largos; series y largos argentinos), muestras paralelas y una serie de encuentros y conferencias, todo con entrada libre y gratuita. El epicentro de las proyecciones estará en el Espacio Incaa Km 0 Gaumont (Rivadavia 1635), secundado por los auditorios del Hotel Bauen (Callao 360) y de la Cámara de Diputados de la Nación (Rivadavia 1865), el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, el Espacio Cultural Nuestros Hijos ECuNHi (ambos en la ex ESMA, Av. del Libertador 8151) y el Centro Cultural Juan José Hernández Arregui (Independencia 2880).

La atención mayoritaria recaerá sobre las competencias de largos, con la Internacional y Nacional compuestas por diez y nueve films, respectivamente, sin distinción entre ficciones y documentales. En la primera se destaca La muerte de Jaime Roldós, que recupera la historia detrás del supuesto accidente del avión de mayo de 1981 en el que viajaba el mandatario ecuatoriano del título y que les causó la muerte a él, a su esposa, a uno de sus funcionarios más cercanos y al resto de la tripulación. Con una cantidad de documentos oficiales dignos de una de Michael Moore, aunque exhibidos aquí con más humildad y menos efectismo, el film de Manolo Sarmiento y Lisandra Rivera es, entre otras cosas, una masterclass de periodismo de dos horas, una investigación rigurosa, atrapante y profunda, y un thriller político digno de la paranoia de los ’70. Por su parte, la ficción brasileña Getúlio también se centra en hechos históricos recientes, en este caso los ocurridos con el presidente Getúlio Vargas en 1954, cuando el atentado a un periodista crítico lo puso contra las cuerdas a través de una serie de presiones ejercidas por los líderes militares y la oposición para que renuncie.

Si el par previo dialoga con el presente desde una serie de sucesos pasados aunque de consecuencias imperecederas, la española Amurallados y la francesa Narco finance, les impunis lo hacen mediante la disección de dos fenómenos que no serán novedosos, pero que actualmente gozan de una atención mediática inédita. Allí están Richard Mateos y Javi Valdezate poniendo la cámara al servicio del análisis del negocio detrás de las fronteras euroafricanas de Ceuta y Melilla, construyendo así un fresco sociopolítico sobre uno de los temas más candentes de la Eurozona como es la inmigración ilegal intercontinental. Y también el ojo atento de la también actriz Agnès Gattegno focalizando en el dinero sucio del narcotráfico mexicano y en las complicidades multinacionales que lo permiten.

Por su parte, el apartado competitivo argento tendrá a varias conocidas para los habitúes de la cartelera comercial (El patrón, radiografía de un crimen, el muy buen documental Invasión, Las enfermeras de Evita) y otras tantas con poco recorrido más allá del circuito festivalero pero que se prestan con soltura a vincularse con la coyuntura. Vista en el Festival de La Habana, Arriba los que luchan, Jorge Masetti y la batalla en la comunicación, realizada colectivamente por el Grupo Cine MalDito, recupera la figura de uno de los emblemas de la descentralización mediática como el primer director de la agencia de noticias cubana Prensa Latina. Otro que recupera, en este caso recuerdos y experiencias, es Fernando Raúl Alvarez, quien en Campo de batalla, cuerpo de mujer habla con dieciocho presas y detenidas sobrevivientes de la última dictadura militar. Sobre ese mismo período se centra Imprescriptible. Estrenado en el Festival de Mar del Plata de 2013, el film de Alejandro Ester muestra la segunda parte de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en la ESMA. Por su parte, El prisionero irlandés, de Carlos M. Jaureguialzo y Marcela Silva y Nasute, se sitúa después tras las primeras invasiones inglesas para imaginar una historia de amores contrariados e imposibilitados por el contexto entre el joven del título y una viuda local. La gran victoria del Chacho, de Alfredo Narváez, narra el amor del caudillo riojano y Victoria Romero. La propuesta local se completa con el ciclo “El cine de Jorge Cedrón”, todos los sábados de este mes a las 18 en el Centro Haroldo Conti y tendrá cinco films del realizador, entre ellos la emblemática Operación Masacre.

* Programación completa, sedes y horarios de las proyecciones y charlas en www.ficip.com.ar