CINE › “GRACIAS POR FUMAR”, DEL ESTADOUNIDENSE JASON REITMAN
Gracias por fumar revela a un gran escritor de diálogos.
› Por H. B.
Gracias por fumar representa el nacimiento cinematográfico de un brillante autor de comedias. Se llama Jason Reitman, tiene apenas 29 años y es hijo del canadiense Ivan Reitman (realizador de Los cazafantasmas, Dave y Junior). Corrección: de acuerdo con lo que su opera prima deja ver (y sobre todo oír), habría que hablar, más precisamente, del nacimiento de un brillante autor de diálogos de comedias. Diálogos veloces, torrenciales, sumamente inteligentes, llenos de hallazgos cómicos y satíricos. Claro que, para llegar a ser un autor de comedias del todo brillante, Reitman Jr. debería aprender a refrenar lo que se le da tan fácil, para que las virtudes no terminen volviéndose defecto. Que con lo que sucede en Gracias por fumar.
Basada en el best-seller homónimo de Christopher Buckley, Gracias por fumar es la historia de un hipervillano, llamado Nick Naylor. ¿Un dictador, un vendedor de armas, un mayorista de pasta base, un abusador infantil? No, mucho peor: un lobbista de empresas tabacaleras. No cualquier lobbista: Nick es un verdadero campeón de la labia. “Soy como uno de esos tipos que se levantan a todas las minas, pero en crack”, se define Naylor (un arrollador Aaron Eckhart) desde el off. Un off absolutamente sobrecargado, de una punta a otra de la película. Se justifica, teniendo en cuenta que la lengua es el arma con que Nick aplasta a sus adversarios. Adversarios como los de la escena introductoria, que tiene lugar durante la grabación de un talk show: un chico con un cáncer terminal, culpa del tabaco, y media docena de intachables adversarios de semejante mal. Frente a ellos y gracias a su brillantez para tergiversar y manipular, en cuestión de segundos Nick revierte abucheos en aplausos y termina convertido en héroe de la noche.
Premiado por sus superiores, entre ellos J. K. Simmons (genial jefe de redacción de El hombre araña) y Robert Duvall (encarnando a un coronel facho, Sumo Sacerdote de las tabacaleras), Nick acaba de tener una idea que permitirá reconvertir a la población mundial en esclavos de la nicotina. La idea consiste en que las estrellas se pongan a fumar otra vez como escuerzos, como en aquellos dorados tiempos de Lauren Bacall, Bette Davis y Humphrey Bogart. Para ello, Nick logra que un siniestro lobbista de Hollywood (el reaparecido Rob Lowe) comprometa a Brad Pitt y Catherine Zeta Jones para prender sus cigarrillos, tras consumar un polvo sideral a bordo de una nave espacial, en cierta superproducción de ciencia-ficción. Pero al mismo tiempo Nick deberá resistir los embates del senador Ortolan Finistirre, enemigo jurado del humo y los atados (William H. Macy). Y taparle la boca al ex modelo de Marlboro (Sam Elliott), que está a punto de difundir a los cuatro vientos el cáncer de pulmón que la campaña le legó.
Divertida, ingeniosa, satíricamente brillante, con un cast admirable y varios de los mejores momentos cómicos del año. Pero también sobrecargada hasta el hartazgo de one liners, dispersa, excesivamente confiada en sí misma, inconclusa y, a la larga, frustrante: así es Gracias por fumar. La primera parte de la ecuación llama a aguardar con expectativas lo próximo de este brillante pichón de comediógrafo que es, por el momento, Jason Reitman.
6-GRACIAS POR FUMAR
Thank You For Smoking, EE.UU., 2006.
Dirección y guión: Jason Reitman, sobre novela de Christopher Buckley.
Intérpretes: Aaron Eckhart, María Bello, Katie Holmes, Sam Elliott, Rob Lowe, William H. Macy, J. K. Simmons y Robert Duvall.
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