CINE › “ARIZONA SUR”, DE MIGUEL ANGEL ROCCA Y DANIEL PENSA
› Por Horacio Bernades
Nazareno Casero y su partenaire atraviesan la Patagonia a bordo de un destartalado Rastrojero. Dada la diferencia de edad, al comienzo uno supone que son padre e hijo, o tío y sobrino, pero resultan ser hermanos. Tampoco es fácil saber de dónde a dónde viajan, ni si se trata del mismo viaje o varios distintos, y si lo que buscan es a su padre, a otro hombre o ambas cosas sucesivamente. El generalizado desconcierto en que el espectador de Arizona Sur queda sumido de entrada deviene de la propia estructura de la película, atomizada hasta tal punto que da la sensación de que un ventarrón arrastró las tarjetas en las que suele escribirse cada secuencia, perdiéndose para siempre el orden en el que alguna vez habrán estado.
Opera prima de Daniel Pensa y Miguel Angel Rocca, se intuye que ese caos narrativo es deliberado. El problema es que no está justificado, ni tampoco bien resuelto. Se supone que el personaje de Nazareno Casero, llamado Remo, reconstruye fragmentos de su vida en medio del desierto, pero no hay motivo para que esos hechos se le presenten así desordenados. Tampoco parece haber razón para meter en semejante berenjenal al espectador. Intentando reorganizar la película, se podría arriesgar que algunas de las cosas que suceden, o parecen suceder, son las siguientes. Cierto defecto en los pies demostraría que Remo es hijo de un tal Giacomo Eneas Surlenghi, que alguna vez estuvo metido en la industria italiana de cine porno y luego vino a parar a la Argentina, embarazando a cuanta mujer se le cruzara. Pero mujeres mayores, solamente. Una de las cuales sería la mamá setentona de Remo (Beatriz Thibaudin).
Esa sería la razón de la búsqueda del padre por parte de Remo y su hermano Walter (pero también anda por allí un vendedor de enciclopedias, a quien se le atribuye el mismo embarazo). Hay a su vez una directora de escuela (Cristina Banegas, en una caricatura exasperante) que narra la historia de Surlenghi como si se tratara de un prócer, y una galería de secundarios que incluyen a unos matones de pueblo, una hippie de otra era (Marina Glezer), una gorda libidinosa y, por supuesto, el padre, a quien Remo encuentra finalmente (Alejandro Awada, declamando en italiano y a los gritos). El otro factor de desorientación que se introduce es de orden temporal. No sólo porque nunca se sabe del todo si las cosas suceden antes, durante o después, sino porque los personajes están vestidos como en los años ’30, aparece algún auto contemporáneo, la plata es la de ahora y hay referencias que indican que la acción transcurriría luego de fines de los ’60.
La fotografía es tan destacada como puede serlo la de un film publicitario; Nazareno Casero salva milagrosamente la ropa y los créditos de la película atribuyen el guión a Alan Pauls, lo cual tal vez sea el detalle más asombroso de la película.
4-ARIZONA SUR
Argentina, 2005.
Dirección: Miguel Angel Rocca y Daniel Pensa.
Guión: Alan Pauls.
Intérpretes: Nazareno Casero, Daniel Freire, Alejandro Awada, Cristina Banegas, Beatriz Thibaudin y Marina Glezer.
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