Un heroico espadachín, un anarquista ejecutado, una corajuda madre manchega y un fauno de origen mexicano se disputan hoy los XXI Premios Goya del cine español en una de las ediciones de más incierto pronóstico que se recuerdan. Incierto porque, a tenor del peso de los competidores y el igualado reparto de candidaturas, ninguno de los contendientes se destaca con claridad para hacerse con los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

Y es que este año lidian la mayor producción del cine español –Alatriste–, su máxima figura internacional –Pedro Almodóvar– y una representante del “efecto tequila” impuesto por el talento mexicano en las pantallas mundiales, El laberinto del fauno. Esta última coproducción llega a la gala de Madrid fortalecida tras el anuncio de las candidaturas al Oscar el pasado martes, en las que la película del mexicano Guillermo del Toro obtuvo seis nominaciones. Entre ellas la de mejor película en lengua extranjera, categoría de la que quedó afuera Volver, de Almodóvar.

El laberinto del fauno y Volver, que ya se midieron en Cannes y los Globos de Oro, vuelven a verse las caras, ahora con Alatriste como máximo rival por el Goya a la mejor película.

La película de Agustín Díaz Yanes, con Viggo Mortensen en la piel del espadachín del siglo XVII creado por el escritor Arturo Pérez-Reverte, contó con un presupuesto a la altura del éxito literario que la nutre: veinticuatro millones de euros, el más alto de la historia del cine español. Ese despliegue económico está respaldado por el de candidaturas en los Goya: Alatriste se sitúa a la cabeza, con quince, seguida de Volver, catorce, y El laberinto del fauno, trece.

Les sigue en el cuadro de honor, con once, la cuarta aspirante al Goya a la mejor película, Salvador, de Manuel Huerga. Centrado en el anarquista Salvador Puig Antich, último ejecutado durante el gobierno del general Francisco Franco (1939-1975), este filme parece eclipsado por sus contrincantes y su victoria sería toda una sorpresa. Lo mismo puede decirse de la categoría de mejor director, en la que Huerga parece abocado a ver cómo alzan el trofeo Almodóvar o Del Toro, que también se disputan el premio al mejor guión original, trabajo por el que el manchego se llevó la Palma en Cannes y el mexicano aspira a un Oscar.

Más previsible parece la categoría de mejor actriz protagonista, en la que Maribel Verdú (El laberinto del fauno), Marta Etura (AzulOscuroCasiNegro) y Silvia Abascal (La dama boba) parten en clara desventaja ante una rutilante Penélope Cruz premiada en Cannes y que ha marcado un hito con su candidatura a un Oscar por Volver. Se destaca también este año el aire internacional en el área de mejor interpretación masculina protagonista, en la que Daniel Brühl (Salvador), famoso por la película alemana Good Bye Lenin!, se mide con el rey Aragorn de El señor de los anillos Viggo Mortensen (Alatriste), un Juan Diego Botto (Vete de mí) ganador de la Concha de Oro en San Sebastián y a Sergi López (El laberinto del fauno).

Y aire internacional también, lógicamente, tiene el apartado de mejor película extranjera de habla hispana, que se dirimirá entre American visa, de Juan Carlos Valdivia (Bolivia); Las manos, de Alejandro Doria (Argentina); Soñar no cuesta nada, de Rodrigo Triana (Colombia) y En la cama, de Matías Bize (Chile). La creciente presencia latinoamericana en las pantallas españolas queda patente en otras muchas candidaturas, como la de los directores artísticos mexicanos Salvador Parra (Volver) y Eugenio Caballero (El laberinto del fauno).

La concurrencia argentina tampoco es moco de pavo, con el productor y director rosarino Juan Pablo Buscarini en espera de recoger premio a la mejor película de animación por la coproducción El Ratón Pérez, y el rockero Andrés Calamaro por la canción “Bienvenido a casa”, de la película del mismo título. Sin embargo, el mayor brillo desde el Cono Sur viene de la mano de los actores, con Leonardo Sbaraglia (Salvador) y Juan Diego Botto (Vete de mí) pugnando por el trofeo a la mejor interpretación masculina de reparto. Asimismo, se destaca la casi irónica candidatura como mejor actor revelación de todo un veterano como el montevideano Walter Vidarte, al que poco puede quedar por demostrar con casi ochenta producciones de cine y televisión e innumerables obras teatrales a sus espaldas.