Jue 15.02.2007
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CINE › “ARDIENTE SEDUCCION”, DEL CANADIENSE CLEMENT VIRGO

Valentín se pone cachondo

› Por Diego Brodersen

Hay un trasfondo interesante en el planteo de Ardiente seducción, título cachondo que no responde fielmente al más sofisticado “Yace conmigo” del inglés original: la idea de narrar el descubrimiento del amor a partir del sexo, y no al reverso más cercano a la moral y las buenas costumbres cinematográficas. Pero el realizador Clément Virgo se dedica sistemáticamente a destruir cualquier posibilidad de que ese planteo cobre vida en pantalla. La historia de la joven Leila y sus encontronazos sexuales y emocionales, entonces, se ven sometidos a la imperiosa necesidad de provocar al espectador con una serie de escenas sexuales (muchas y bastante francas, al menos para los estándares del mainstream), pero sin animarse a ponerlas en un contexto que escape de la adocenada puesta en escena softcore. En otras palabras: el sexo duro y mecánico practicado por profesionales que se deja ver en la pantalla del televisor de Leila se siente, irónicamente, más real y jugoso que el que viven los personajes. Así dispuestos los cuerpos, la primera mitad de Ardiente seducción no es más que una versión de cine-arte del viejo –y a esta altura santificado– cine para valijeros, el mismo que puede sufrirse todas las noches en alguna señal de cable sin codificar.

Hablando de cuerpos, no ayuda el hecho de que todos y cada uno de los actores del film parezcan tomados de un casting de modelos: Leila es Lauren Lee Smith, una belleza canadiense con proporciones de pasarela –es decir, de escaso peso específico al uso–, mientras que David, el muchacho que sin proponérselo le permitirá abrir las puertas del amor, está interpretado por Eric Balfour, quien no estaría fuera de lugar en una publicidad de ropa interior masculina, con sus músculos trabajados y su pecho depilado; y así con el resto de los personajes secundarios. Este detalle, lejos de resultar menor o responder a una reacción quisquillosa, apunta en la misma dirección que el planteo visual y narrativo general de la película. Los encuadres, la iluminación, el diseño de producción y el uso de recursos estilísticos como los ralentis o la voz en off (que por momentos recuerda a las letras de Madonna en su período Erotica) no hacen más que desnudar la esencia de crasa explotación recubierta por una capa de “seriedad” que provea al espectador de una excusa ante el espectáculo voyeurista. En ese sentido, Ardiente... es una película de sexo culposa y, por esa misma razón, ajena a la idea del disfrute.

Pero el realizador también intenta desarrollar una investigación psicológica sobre una joven mujer y su búsqueda de algún lazo afectivo que le permita algún anclaje existencial. No es casual que el relato adose a la historia central pequeños apuntes sobre la separación de los padres de Leila luego de muchos años de matrimonio. La segunda parte de Ardiente seducción deja de ser tan ardiente, mientras la necesidad sentimental va ganando terreno –o bien complementando– las urgencias genitales. En ese terreno el film también hace agua, embarcado como está en una simplificación emocional que transforma a los personajes en simples monigotes, cuyas respuestas a los estímulos parecen grabadas en el código genético del guión. No es de extrañar, entonces, que ante la imposibilidad de resolver esta dualidad esquizoide, los últimos minutos de la película se abandonen sin vergüenza a los transitados clichés de la comedia romántica. San Valentín, agradecido.

5-ARDIENTE SEDUCCION

Lie With Me, Canadá, 2005

Dirección: Clément Virgo.

Guión: Tamara Berger y Clement Virgo.

Fotografía: Barry Stone.

Montaje: Susan Maggi.

Música: Byron Wong.

Intérpretes: Lauren Lee Smith, Eric Balfour, Polly Shannon, Mayko Nguyen, Michael Facciolo.

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