De las cinematografías asiáticas es una de las menos conocidas en Occidente, pero concentra algunos nombres esenciales de las últimas décadas: es por eso que el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina, con la colaboración de la Oficina Comercial y Cultural de Taipei en Buenos Aires, han organizado un ciclo denominado “Cincuenta años de cine taiwanés”, que se llevará a cabo desde mañana y hasta el domingo 11 de marzo en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530).

El ciclo estará integrado por once films inéditos en la Argentina, en copias en 35mm enviadas especialmente por el Archivo Fílmico de Taipei, que dan cuenta de la evolución y el enorme empuje de una cinematografía virtualmente desconocida por fuera del mercado asiático. Se proyectarán clásicos del cine taiwanés, entre los cuales se destacan La posada del Dragón, el legendario film de King Hu, El hombre sandwich, largometraje que dio inicio al Nuevo Cine de Taiwan y que contó con la colaboración del realizador Hou Hsiao-hsien y Rebeldes del dios neón, la opera prima de Tsai Ming-liang. El programa se completa con el primer largometraje animado realizado en China y el debut cinematográfico en Hong Kong del reconocido director Li Hanxiang, ambos en copias conservadas por el Archivo Fílmico de Taipei.

Mañana se proyecta Dulce hogar (1961), de Zhong Yiou: esta comedia acerca de dos vecinos –y los problemas sentimentales de sus hijas– fue leída en el momento de su estreno como un sentido mensaje de armonía étnica, en el contexto de una sociedad que, a comienzos de los años ‘60, se encontraba asimilando la inmigración masiva de casi un millón de habitantes chinos. El miércoles va Nuestro vecino (1963): a través de la historia de una pequeña huérfana, hija de inmigrantes chinos y habitante de una de las zonas más pobres de Taiwan, el realizador Lee Hsing comunica a su audiencia la necesidad de construir un país mejor por medio del constante trabajo conjunto de todos los miembros de la comunidad.

El jueves 1º y el viernes 2 están dedicados a un plato fuerte, La posada del Dragón (1966): la primera película rodada en Taiwan por el director King Hu es una de las obras maestras del wuxia pian (film de artes marciales clásico), un relato de enorme lirismo atravesado por escenas de lucha de aliento épico. “Cuando era niño habré visto unas 200, 300 o más películas, pero de todas ellas la que recuerdo como especial es La posada del Dragón”, confesó el gran director taiwanés Tsai Ming-liang. “Es una realización de alta calidad, que elevó enormemente el nivel de las artes marciales en el cine. Por esa razón elegí La posada del Dragón como el film que puede verse en la sala de cine de mi película Goodbye, Dragon Inn”.

El sábado 3 se exhibe Adiós, querida (1970), de Pai Ching-jui, que prefigura claramente el Nuevo Cine de comienzos de la década siguiente, mientras que el domingo 4 va Ejecución en otoño (1972), de Lee Hsing, un film bello y lírico, una obra donde el paso de las estaciones del año va pautando metafóricamente las etapas de aprendizaje del protagonista. El ciclo se completa los días siguientes con La historia de mi madre (1973), de Sung Tsu-shou, y El hombre sandwich (1983), film colectivo que se transformó en una de las primeras expresiones del Nuevo Cine de Taiwan, la corriente que revolucionó el cine producido en la Isla y que permitió que toda una nueva generación de cineastas plasmara en pantalla sus reflexiones artísticas y políticas, entre ellos un joven, Hou Hsiao-hsien. El sábado 10 y domingo 11 la muestra cierra con Rebeldes del dios neón (1992), la legendaria opera prima de Tsai Ming-liang (el director de obras maestras como Vive l’amour y The Hole), protagonizada ya por su actor fetiche, Lee Kang-shen. Más información en www.teatrosanmartin.com.ar/cine