Sáb 10.03.2007
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CINE › GUSTAVO SANTAOLALLA, ESTRELLA DE MAR

Master-class sobre el éxito

› Por M. B.
Desde Mar del Plata

Puso sus manos en el cemento fresco. Le sacaron fotos en la Rambla, como sólo en Mar del Plata puede suceder. Recibió a una veintena de canales de TV en media hora de “conferencia de prensa”. Y el público de la “Clase Magistral” del XXII Festival Internacional de Cine de Mar del Plata lo aplaudió antes de que dijera una sola palabra. La consagración se disfruta mejor si viene de afuera. Ayer fue el día en que Gustavo Santaolalla compartió panteón con las celebrities del cine argentino; también ayer la senadora Cristina Kirchner, al entregarle por la noche el Astor a la trayectoria (también fueron galardonados Mario Monicelli y Lita Stantic) dijo de él que es “la representación de un país que triunfa”; ayer fue el día en que el músico, productor y empresario bodeguero se convirtió en estrella de cine.

Y entonces “Gustavo, bravo, Gustavo” se sentó en la mesa y se puso a hablar de lo que habla una estrella de cine: de sus Oscar ganados en dos años consecutivos, marca histórica para la industria del cine argentino que conoció el oro de costado (o más bien de fondo): por la música de un hombre pulpo. El clip que pasaron minutos antes del comienzo lo mostraba peludo: el hiperactivo Santaolalla acompañaba a “mi hermano” León Gieco en su recorrido de Ushuaia a La Quiaca como músico y productor; su paso fundamental por Arco Iris, una tapa del Expreso Imaginario con barba y pelo largo, y un salto en tiempo y formato, con imágenes que ilustraban su presente, las bandas de sonido de “sus” películas. “Bravo, Gustavo” cerraba el clip con la frase que lo inmortalizará en el tercer mundo: “Para todos los latinos”... “Sabía que la música había conectado con la gente”, fue una de las primeras frases que emitió, para referirse al éxito con Babel. El músico se refirió a un concepto: “Cambiamos el molde donde habitualmente ganaban formatos orquestales; que el año pasado ganara Secreto en la montaña fue una apuesta fuerte, porque es sumamente minimalista”. Luego vino un relato pormenorizado sobre la noche post Oscar, donde lo fueron a visitar Spike Lee, Elvis Costello y Steven Spielberg. Las estrellas son así. Aunque ésta brilla distinto: “No puedo hacer algo que no me guste, o que no sienta”, dijo, cuando le preguntaron sobre los “proyectos millonarios” que habría rechazado.

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