“Escuchamos con los ojos y respondemos con las manos”, sintetiza Stupía la obra que los cuatro artistas presentan en La Rural.
Imagen: Roberto Graziano.

“Escuchamos con los ojos y respondemos con las manos.” La frase de Eduardo Stupía es bella y útil en la misma medida, porque crear en conjunto y sin acuerdo previo podría significar el caos, de ignorarse los aportes del otro. Para la realización de un mural en su stand de ArteBA, Página/12 reunió a ocho manos que responden bien en soledad, al tiempo que entienden el sentido de la creación colectiva. Stupía, León Ferrari, Luis Felipe “Yuyo” Noé y Miguel Rep comenzaron trabajando en la sede de este diario para continuar en la feria, a la vista del público. Hoy, desde las 19 y hasta las 21, pondrán fin a esta obra que es la manifestación de la libertad a la que invita el lienzo. Así lo grafica Rep: “Llegó Yuyo con una propuesta de manchas azules que cambia uno de los paneles. Si aparece un capricho en un sector hay que encapricharse en otro”.

Este es el tercer año en que este diario convoca a artistas para que realicen un mural. En las ediciones anteriores participaron los mismos, excepto Stupía, que reemplazó a Adolfo Nigro. “Dibujar en vivo con estos maestros es una oportunidad extraordinaria”, celebra el debutante, que en estos momentos expone en la Galería Mara. El, como sus compañeros, aceptó la propuesta por afinidad artística y “la camaradería” que los une. También por el desafío que implica. “Es inusual dibujar a ocho manos. Necesariamente heterogéneo, el mural tiene que ser congruente.” La criatura de 5,20 metros de ancho por 2,60 de alto y cuatro paneles recibirá nombre al momento de su consumación.

Stupía define el trabajo como un “experimento semántico y expresivo”, porque cada intervención puede modificar su cauce. “Se está rellenando”, festeja un Noé antes preocupado “por orquestar el embrollo” inicial, en el que predominaban manchas y signos gráficos ofreciendo un pronóstico abstracto. Al cierre de esta edición, la obra incorporaba la presencia figurativa de la ciudad y sus edificaciones. Es evidente, en este sentido, el sello Rep. “Me sale naturalmente: veo una mancha y me remite a una ‘ciudad’, desliza el dibujante, ocupado, por su tendencia narrativa, en rastrear ‘la anécdota’ detrás del trabajo de sus colegas. No obstante, enseguida aclara que lo fundamental es que “no haya un estilo por sobre los otros”.

“Yo cierro porque soy más gráfico”, se define. Es que aun cuando pretende ser una armonía de los cuatro artistas, es posible distinguir zonas autorales. Rep define la esencia de sus líneas, con las que también suele trabajar Ferrari. “La mancha es más expresiva y gestual. La línea contiene, piensa. Aparece como las hebras: la araña sabe lo que hace.” Por su parte, Stupía reconoce su participación en “la precisión gráfica y la aparición de perspectivas escénicas con ciertas alusiones representativas”. Noé y Ferrari se distinguen por su marcado temperamento pictórico, expresivo. El diálogo entre las diferentes improntas se produce en el lienzo, porque los artistas apenas conversan. “Paramos para que no sea caótico”, cuenta Stupía. “En el primer mural aparecía el conflicto con el campo porque León se sentó y empezó a escribir la Carta Abierta. Eso nos gobernó”, recuerda Rep. Y en la edición pasada, Ferrari lo “culpaba” por haber generado una suerte de historieta.

El juego que comporta la convivencia de tantas manos en el plato se completa con la presencia del público. “Está muy atento a cómo trabajamos. Le gusta mucho ‘la cocina’”, cuenta Stupía. “La muchedumbre completa el mural. Uno siente que está en una cancha, aunque sin vuvuzela. Se nos abalanzan como groupies”, bromea Rep. En Noé se da un fenómeno curioso: pese a tantos años en el arte, reconoce sentir vergüenza cuando lo están mirando. “Hice tantos papelones que ya estoy más allá del bien y del mal”, afirma, entre risas. “Lo que pasa es que corrijo, doy vueltas. Y ésas son cosas privadas”, argumenta.

La presencia del público da una razón más para pensar en el mural como “una experiencia comunitaria y no como obra de arte institucionalizada”, en palabras de Stupía. Por un lado, porque “se siente el peso del ojo ajeno”, esboza Rep. Y por el otro, porque es un trabajo que, coinciden los artistas, no podría tener lugar si no fuesen amigos o al menos compañeros que se respetan. “En el arte un diálogo es establecer una relación de confianza, como en la vida”, reflexiona Stupía. Para Rep, es una “cuestión de entrega”: “Somos cuatro aliados, sabemos que si metemos mano sobre otra, nadie se enojará”, desliza. Noé manifiesta su postura con un adelanto: el de una exposición con Stupía de obras hechas “a medias”, que se llamará Me arruinaste el dibujo. Finalmente, Ferrari no ahorra elogios para sus compañeros. “Estoy encantado de trabajar en grupo, me gustó mucho la idea. Lamento que no esté Nigro. Pero Stupía es muy bueno”, recalca.

Cuando la obra llegue a su fin, no entrará en contradicción con el nombre del stand, “Obra en construcción”. Porque no tiene que ver, solamente, con el trabajo in situ. Para Stupía, “toda pintura tiene un antes, pero también un después. Una vez concluida anuncia el comienzo de otra”. Y según Rep, “estos murales nunca se acaban. Son un juego de cuatro bestias que se termina sólo con el exilio. O con la muerte”.

* ArteBA permanecerá abierta hasta el martes de 13 a 22 en La Rural, Av. Santa Fe 4201.

Entrevistas: María Daniela Yaccar.