Mar 22.07.2014
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PLASTICA › LA GALERíA DE ARTE CELEBRA SUS NOVENTA AñOS

Van Riel, la tercera generación

Desde su fundación en 1924, cuando albergaba lo consagrado y lo nuevo, marcando luego hitos en la segunda mitad del siglo XX, hasta su presente, la galería Van Riel está entrelazada con la historia del arte argentino.

› Por Fabián Lebenglik

Hace noventa años, el 7 de junio de 1924, Frans van Riel, un inmigrante italiano nacido en Roma en 1879, abrió la primera galería de arte construida para ese propósito en la Argentina. Van Riel había llegado en 1906 y luego de establecerse trabajó en el diario La Prensa como ilustrador. Más tarde abrió en Viamonte y Florida un salón de fotografía.

En 1918 fundó la revista Augusta, especializada en arte. Y en el ’24 abrió la galería en Florida 659, que con el tiempo se convirtió –en la práctica– en un centro cultural donde lo consagrado y lo nuevo tenían lugar.

Tras la muerte repentina del fundador, en 1950, la galería quedó en manos de Frans van Riel hijo, quien la dirigió durante más de cuatro décadas. En 1980 la sede se mudó a Talcahuano 1257 y se incorpora a la labor su mujer, Kichi. Bajo la dirección de Frans van Riel hijo se gestaron y exhibieron muchos de los proyectos artísticos más audaces de la segunda mitad del siglo XX en nuestro país.

Hace cerca de una década, Van Riel hijo le pasó la posta a la tercera generación, su hija Gabriela, quien se hizo completamente cargo de la gestión en 2007, y ahora, durante 2014, presenta una programación especial con motivo de los noventa años de la galería.

–¿Cómo era una galería de arte en los años ’50, ’60, ’70 y cómo es ahora?

–Mis padres siempre recordaban las charlas profundas y prolongadas entre los artistas, algún crítico y ellos, en el escritorio de la calle Florida. Además, recuerdo perfectamente la amistad que unía a mi viejo con Aldo Paparella, Juan Del Prete, Líbero Badii, León Ferrari, Yuyo Noé y muchos otros. No digo que ahora no ocurra, pero evidentemente la urgencia vertiginosa de estos tiempos y la diversidad multiplicada de lugares para exhibir obras a veces atentan contra la posibilidad de establecer cierto tipo de vínculos que seguramente eran tan fructíferos y enriquecedores. Lo positivo de hoy, en cambio, es que justamente se ha perdido cierto temor que existía, debido a la solemnidad que inspiraba al público no especializado entrar a una galería o espacio artístico, como si estuvieran en algún lugar sacro. Por suerte esa brecha se achicó y ya los espacios de arte son visitados por todo tipo de público, sobre todo los museos y centros culturales, y ni hablar de las ferias de arte, que año tras año acrecientan su público.

–¿Cuáles fueron los hitos en la historia de la galería?

–En 1935 hubo una muestra en Asociación Amigos de Arte, que se llamó Siete artistas modernos, que eran nada menos que Spilimbergo, Basaldúa, Berni, Pettoruti, Butler, Gómez Cornet y Aquiles Badi. En 1937 se hizo la primera muestra individual, de Juan Del Prete. En 1938 se presentaron muestras individuales de Figari, Soldi y Urruchúa. En 1948, el primer salón Nuevas Realidades, arte abstracto-concreto-no figurativo. Más adelante, en el año 1952, se hace la muestra de Alfredo Hlito, Batle Planas y Clorindo Testa. En el ’57, siete pintores abstractos del grupo Boa: Macció, Peluffo, Borda, Chab, Testa, Robirosa y Sakai. En 1959, la primera muestra del Movimiento Informalista: Barilari, Kemble, Maza, Pucciarelli, Greco, Towas, Wells, Sakai. En el mismo año, individuales de Berni, Paparella y Gambartes. En el ’60, Luis Felipe Noé. En el año 1966 se hizo la emblemática muestra Homenaje a Vietnam, donde León Ferrari presentó su ahora célebre obra La Civilización Occidental y Cristiana (Cristo crucificado en un avión de combate norteamericano). En 1969, tres pintores uruguayos: Barradas, Figari, Torres García...

–¿Cómo fue tu propia historia de haber crecido en la cotidianidad de una galería de arte, entre los artistas y sus obras?

–Naturalmente, todo lo que viví desde la infancia marcó en mí un rumbo inevitable. Pero nunca impuesto desde el lugar de continuar con un legado como deber moral: mis padres jamás fomentaron esa idea. Al contrario, sobre todo mi madre, que durante tantos años trabajó al lado de mi padre viviendo, muchas veces, situaciones de dificultad económica y momentos de gran incertidumbre. Pero a mí este mundo del arte me apasionó siempre y continuando con este legado es donde me encuentro más feliz y coherente conmigo misma.

–¿Cómo viviste el cierre de la sede originaria en Florida y los cambios hasta hacerte cargo de la gestión?

–El cierre de Florida me impactó mucho emocionalmente, no podía creer que esa historia se terminara ahí. Por eso, a pesar de que era una adolescente, llena de otras inquietudes, cuando continuamos con la galería en Talcahuano, cada vez que podía iba incorporándome a la labor de la galería. Al principio colaborando con las tareas más sencillas, hasta que en el año 1998 organizo mi primera muestra importante, que fue la de Sergio Avello. No es que comience ahí mi gestión exactamente, pero sí que esta muestra marcó un momento histórico de apertura hacia una línea de trabajo más contemporánea en la galería. Recién en el año 2007 me hago cargo absolutamente de la dirección de la galería, en el nuevo espacio de Juncal 790.

–¿Cómo festejan los noventa años de la galería?

–Estamos llevando adelante un proyecto muy interesante: “Contrapuntos entre históricos y contemporáneos de la galería Van Riel”, un ciclo de muestras que estamos presentando desde mayo en la feria arteBA, hasta fin de año. Son seis grupos de artistas, históricos y contemporáneos, que funcionan como conjunto; en cada caso o grupo varía el motivo de la “filiación”, el diálogo o el contrapunto: puede ser por similitud temática, estructura formal, modo de trabajo, admiración o antagonismo. Algunos de los artistas “históricos” del proyecto son Yuyo Noé, Alfredo Hlito, Kenneth Kemble, Roberto Aisenberg, Víctor Grippo, Aldo Paparella y León Ferrari, entre otros. La idea también es publicar un libro a fin de año, con todo lo que se hecho en el año para la celebración. Del 12 de junio al 11 de julio estuvimos presentando a Aldo Paparella, Irene Banchero y Marta Parga. Del 17 de julio al 15 de agosto a Carmen Pérez-Cecilia Biagini; Alfredo Hlito-Alejandro Corujeira. La tercera muestra del ciclo va desde el 21 de agosto al 19 de septiembre, con Cristina Schiavi-Juan Del Prete, Yente o Sergio Avello. Susana Saravia, Kenneth Kemble. La cuarta muestra: del 25 de septiembre al 24 de octubre, con Ernesto Riveiro-Eduardo Stupía y Juan Astica-Yuyo Noé. La quinta exposición será desde el 30 de octubre al 29 de noviembre, con Roberto Elía-León Ferrari y Kirin-Víctor Grippo. Y la exposición final será del 4 de diciembre al 19 de diciembre con Egar Murillo-Delia Cancela. Esta muestra va a continuar durante los primeras dos semanas de marzo de 2015.

(La exposición actual del ciclo es Carmen Pérez-Cecilia Biagini; Alfredo Hlito-Alejandro Corujeira, y sigue hasta el 15 de agosto, en Juncal 790.)

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