DISCOS › ZII E ZIE, LO NUEVO DE CAETANO VELOSO
El músico afinó la fórmula de Cê –un trío de guitarra, bajo y batería–, pero le dio a sus canciones un aura más “brasileña”.
› Por Karina Micheletto
Transambas, anuncia, describe, su nuevo CD Caetano Veloso, a un costadito de la portada, en letra chica. Transrock, completa el arte de la contratapa del CD. Habría que hablar de TransCaetano, tratándose la suya de una forma fundante de la música popular brasileña, aunque el rótulo –como casi todos en música– sigue siendo insuficiente. Zii e zie (en italiano Tíos y tías) viene a dejar bien plantado a Caetano Veloso en esta nueva etapa que parece haber definido tras años de trabajo con su arreglador Jacques Morelenbaum, apostando el todo estético a la generación que lo precede, a la que confió el rumbo de su sello exquisito.
Al igual que en Cê, su disco anterior, publicado en 2006, hay una marca sonora potente, y es la de la producción musical de Moreno Veloso y de Pedro Sá, a quien Caetano también describe como su hijo. Una línea de continuidad estética que parece definir una suerte de opción post-Jacques Morelenbaum, que no es en absoluto repetición, sino más bien la afinación de un concepto. Está, en principio, ese trío de guitarra, bajo y batería, con los mismos integrantes (Sá, Ricardo Días Gomes y Marcelo Callado), que ahora absorbió el nombre de aquel disco, y se presenta como bandaCê. Está ese despojo deliberadamente subrayado, esas guitarras crudas, ese espíritu minimalista con el que se mixturan géneros y se cruzan lenguajes musicales, definitivamente alejado de la sofisticación detallista de los arreglos de Morelenbaum.
Si Cê le había servido al bahiano para retomar su antigua pulsión rockera, esta vez el aura brasileña impregna más el disco. Las letras pintan postales urbanas contemporáneas de Río de Janeiro (el dealer de la favela de “Perdeu”, el famoso a lo Big Brother en “Falso Leblon”, el barrio de Lapa, “cool y popular” –una suerte de San Telmo carioca, salvando todas las distancias–, un manifiesto liviano sobre “La base de Guantánamo”, nuevas formas de admirar a una mujer que sigue pasando por una playa (“A cor amarela”). También un tema que quedó afuera de las doce canciones reglamentarias del disco anterior, “Diferentemente”, o una vieja canción re-hecha, “Incompatibilidade de gênios”, de Joao Bosco y Aldir Blanc, con un pedido de divorcio a un abogado.
Una última apuesta de futuro del bahiano tuvo que ver ya no con lo estrictamente musical, sino con la forma de producción de Zii e zie. El año pasado, tras una serie inicial de shows en Río de Janeiro, donde presentaba su Obra en progreso, el bahiano abrió un blog para ir tirando las nuevas versiones, comentarios y opiniones múltiples (www.obraemprogresso.com.br). El disco apareció tras un ida y vuelta que incluyó la opinión del público sobre los temas por venir. Así, Caetano usó la red para sostener los últimos tiempos del disco. No para vender su CD desde allí, ofrecer fragmentos de temas, ni ninguna de esas formas que no terminan de cuajar del todo, sino para un intercambio que terminó influyendo en el contenido, y en su país le redituó como novedosa forma de promoción.
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