A fin de año (que es cuando fueron publicadas) siempre aparecen montones de recopilaciones con la idea fija de que vayan a parar entre los paquetes debajo del arbolito. Pero algunas tienen más particularidades que otras... Curtain Call, por ejemplo, reúne los mayores hits de Eminem, quien amenaza desde el título (“bajar el telón”) con ponerle fin a su carrera como el más polémico y pendenciero de los raperos, más allá de colores y razas. Además de hits enormes como My name is, Stan y Without me, en los que se puede apreciar el afilado flow del platinado Marshall Mathers (¿hay que aclarar que se llama así?) y la siempre inteligente mirada del productor Dr. Dre, el CD trae un par de temas inéditos y la versión de Stan junto a Elton John, que blanqueó un poco la imagen homofóbica del rapero. Y no hay que creer que Em vaya a bajar de verdad la persiana para que este compilado funcione: las canciones hablan por sí solas.
Algo parecido sucede con Private Investigations, el primer disco (doble) en juntar canciones de Dire Straits con las que su ex líder Mark Knopfler ha producido como solista. Claro que no se le puede pedir demasiada cohesión al CD: el cantante y guitarrista ha intentado caminos diversos tras la separación de la banda, que de por sí tenía un sonido único y distintivo. La compilación está hecha en orden cronológico y con obvia mayoría de canciones de Dire Straits. La perlita es All the roadrunning, un dueto de Knopfler con Emmylou Harris que sirve como adelanto del disco que publicarán durante este año.
Rarities, por su parte, trae tomas alternativas, en vivo, remixes y lados b de canciones de los Rolling Stones en el período 1971-2003. Para los fanáticos (esos que puntualizan varios errores en el librito del CD) no hay demasiadas cosas que sean raras de verdad, porque todo el material ha circulado en discos oficiales y bootlegs. Pero si uno no está dentro de ese grupo de mentes afiebradas, hay disfrute de lo más variado: desde una versión dance de Miss you hasta el bluserísimo Manish boy de Muddy Waters (a quien los Stones le deben su nombre) en vivo en 1977. Para seguir alimentando la fiebre por lo que sucederá en River, en febrero.