A Lily Allen, una de las primeras artistas en hacerse famosas a través de la red social myspace, no le gusta nada el intercambio de archivos vía Internet. En su blog, la cantante inglesa –que este sábado presentará su segundo disco It’s Not Me, It’s You en el Luna Park, donde ya estuvo hace dos años– despotricó contra algunos colegas que hace poco manifestaron que no se podía criminalizar a quienes se pasan música a través de la red. “Creo que la piratería musical tiene un efecto peligroso en la música británica –escribió Allen–. Pero algunos artistas realmente ricos y exitosos, como Nick Mason, de Pink Floyd, y Ed O’Brien, de Radiohead, no parecen pensar lo mismo. Estos tipos de bandas enormes dicen que el intercambio de archivos musicales está bien. Es probable que esté bien para ellos, que agotan giras por estadios cubiertos y tienen las mayores colecciones de Ferraris del mundo. En cambio, para los nuevos talentos, el intercambio de archivos es un desastre y está haciendo más y más difícil que emerjan nuevos artistas.” La deslenguada vocalista de 24 años explicó que cuando uno empieza su carrera tiene una “enorme deuda con la compañía discográfica”, que el músico debe pagar “rompiéndose el culo trabajando”. “Cuando lográs que te contraten, todos esos hermosos videos y posters que promocionan tu disco tienen que ser pagados, y como artista, quien tiene que pagarlo sos vos –aseguró–. Acabo de saldar mis deudas con la compañía. Tuve la suerte de tener éxito y me las arreglé para devolver el dinero, pero no todos tienen esa estrella.” Según Allen, cuanto más difícil se haga que los artistas nuevos paguen esas deudas, menos talento novedoso se verá. “Y la música británica no será otra cosa que títeres pagados por (el perverso jurado de Britain Got Talent y American Idol) Simon Cowell.” Allen también aboga por que haya mejores modos de comprar música online. “Es una estupidez que los chicos no puedan comprar nada por Internet sin una tarjeta de crédito, lo que los fuerza a robarse la de mamá o a bajar ilegalmente. El intercambio no le hace bien a la música británica. Quiero que la gente trabaje en conjunto para usar las nuevas oportunidades digitales en apoyo a los artistas nuevos.”