9-Mussorgsky, Chopin, etc.

Sergio Tiempo EMI, 2006

Amadrinado por Martha Argerich, Sergio Tiempo es una de las personalidades más interesantes del piano actual. Sus versiones siempre van más allá de la perfección técnica y la pulcritud –que las tiene– y muestran miradas individuales y enriquecedoras. Aquí seduce con el costado más electrizante de Cuadros de una exposición, de Mussorgsky, con tres Nocturnos Op. 9 de Chopin y una fantástica lectura de Gaspard de la nuit de Ravel, donde el trabajo con las cualidades del timbre y las posibilidades de ataque son asombrosos. D. F.

8-Cruces

Fernando Tarrés BAU, 2006

Tarrés es, además de un productor incansable y un permanente gestor de proyectos ligados a las músicas creativas, un compositor y guitarrista con un enfoque de gran coherencia. En Cruces, con un grupo de lujo (Ernesto Jodos en piano, Rodrigo Domínguez en saxo tenor y clarinete, Jerónimo Carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería), desarrolla una estética en que el jazz y elementos de folklores sudamericanos se enriquecen mutuamente. La concepción del disco como unidad ya comienza con su excelente y original presentación. D. F.

7-Comunidad

Rodolfo Mederos DBN

Pensado como punto de partida de un tríptico que integrarán los CD Intimidad (obras interpretadas por su trío) y Soledad (bandoneón solista), Comunidad expresa, con los bríos de una orquesta típica, el momento actual de Mederos. No debe buscarse aquí al músico que incomodaba con su Generación Cero, sino al arrepentido que pretende, con un dejo de melancolía, recuperar la perspectiva histórica del tango. Lo intenta con temas propios y versiones de clásicos. La calidad interpretativa es el principal reaseguro de este nuevo-viejo camino. F. D.

7-No tan distinta

Gabriela Torres Epsa

En el terreno de las “evoluciones” cabe anotar que No tan distinta propone mayor audacia autoral que Vení, el anterior disco de Gabriela Torres. Cierta indefinición estilística, no obstante, amenaza a veces con diluir su fisonomía compositiva. Gabriela Torres neutraliza ese aparente desfasaje con un eclecticismo ya naturalizado: para seguir su derrotero hay que acostumbrarse a escuchar milongas, bossa nova, tambores rioplatenses. Y actitud interpretativa rockera. Según los gustos, el cóctel puede desconcertar o resultar más que interesante. F. D.