7-The Destroyed Room

Sonic Youth Geffen/Universal

La Juventud Sónica cierra su contrato con una major hurgando en su pasado “paralelo” de los últimos trece años (la mitad de la carrera de la banda): temas para películas, improvisaciones instrumentales, algún tema dejado afuera de un disco. Nada de cohesión, entonces: guitarras exploradoras de siempre, experimentos electrónicos y folk extraterrestre. Imperdible la versión sin editar de “The Diamond Sea”, veinticinco minutos de idas y vueltas en un océano de noise psicodélico. R. C.

6-Intemperie

Iván Noble. Sony/BMG

Pasan los años, quedan los artistas: Iván Noble sigue sonando a muchacho que quiere parecer del conurbano, sólo que sin la llama protectora del rock, ahora que hace rato pasó los 30. Con esas metáforas lanzadas que dan un poco de vergüencita ajena (“los pezones del destino que se quedan sin leche”, por ejemplo), hay que reconocer que Noble supo hacer del vicio una virtud, y a esta altura lo suyo es una marca registrada. Con invitados como Adriana Varela, Roberto Pettinato y Mariano Otero, el disco suena muy prolijo. K. M.

6-Gauchos modernos

Javier Sánchez. Epsa

Con resultados disímiles, Javier Sánchez hace el ejercicio de transformar en canciones tangos como “Nostalgias”, “Uno” o “Soledad”, de Gardel y Le Pera. Pero donde gana vuelo es en las letras propias, en las que puede describir los márgenes de la ciudad actual sin caer en el lamento social, como en “Calle rincón”. Sus composiciones son tomadas por gente como Baglietto (con quien comparte una forma de cantar parecida). Los invitados tienen orígenes variados: Daniel Drexler, Fernando Barrientos y Aníbal Arias, entre otros. K. M.

7-MTV Unplugged

Korn. EMI

Ya no se puede confiar en nadie, diría un viejo heavy. Pero el ñü metal tiene otros códigos. Que Korn haya reprimido sus decibeles innatos en un unplugged no será tema de diván para metaleros del siglo XXI. El grupo de Jonathan Davis se adaptó bastante bien al formato institucionalizado por MTV, apagando sus guitarras y potenciando su costado percusivo. Queda por ver qué de nuevo tiene para ofrecer Korn, más allá de sus historias de frustración y furia melancólica que son su sello de fábrica. F. D.