“Este será uno de los discos más importantes de mi carrera.” Con esas palabras, Manu Chao se refirió en París al disco que grabó en Buenos Aires en el último mes de 2007 junto a un grupo de pacientes del Hospital Neuropsiquiátrico José Borda. El cantante francoespañol contó al diario Le Monde su “flechazo” por los colifatos: “Me emocionaron desde el primer momento en que los escuché, gracias a una grabación. Fue un flechazo; ahora son mis amigos”, explicó. Pese a la barrera del idioma, “me gustaría que todo el mundo los escuchase”, agregó el músico, que ya introdujo a sus nuevos compañeros de viaje en la canción “Rainin’ in paradize” de su más reciente disco, La Radiolina, y en su correspondiente videoclip, rodado por el cineasta Emir Kusturica. “He aprendido mucho de ellos, tienen una lucidez alucinante que les permite sintetizar en tres palabras los problemas de la vida, el amor o la política, y hacer poesía en estado puro”, resaltó el ex integrante de Mano Negra. “Además hay una enorme tolerancia entre ellos, cada uno acepta la locura del otro... la frontera de la locura sólo existe cuando hay dolor.” El álbum, que se lanzará antes de mediados de este año, está formado por canciones y crónicas de radio La Colifata a las que Manu agregó la música. El objetivo es que sirva de fuente de ingresos económicos para sus protagonistas, “que no necesitan caridad sino autonomía económica”, según explicó en la entrevista. Manu Chao descubrió a sus nuevos compañeros de canciones gracias a la radio La Colifata, promovida desde 1991 por el psicólogo Alfredo Olivera para dar a sus usuarios la posibilidad de “volver a ser protagonistas de sus palabras” y entrar en contacto con la sociedad mientras trabajan por su mejoría clínica, contra la exclusión y contra el estigma social de la locura: La Colifata fue la primera emisora en el mundo hecha por internos de un hospital psiquiátrico.