8-Amistad

Sued-Domínguez-Mandelman-Oberson. BlueArt, 2008

El título podría parecer naïf, si no fuera porque la música respira precisamente esa clase de liviandad, esa facilidad para que las ideas se deslicen unas en otras, que sólo sucede cuando quienes tocan son amigos. Dos saxos, contrabajo y batería, sin sostén armónico –a la manera de Ornette o de Mulligan– y con amplia libertad para el contrapunto, parten de temas propios para encontrar un lenguaje personal, que habla de la primavera por la que atraviesa el jazz argentino en general pero, también, de estos talentos en particular. D. F.

9-Real emotional trash

Stephen Malkmus & The Jicks. Matador/Ultrapop

El camino que siguió Stephen Malkmus desde la disolución de Pavement ha sido por lo menos curioso, con discos que apuntaron tanto a la gema pop de tres minutos con letras sin sentido hasta el rock progresivo más complicado... con letras sin sentido. Ahora su voz nasal se interna por caminos de psicodelia que lo proyectan como un viejo hippie, al punto de que nadie se sorprendería si “Dragonfly pie” hubiera sido firmada por Color Humano o Pescado Rabioso, dos de las bandas argentinas preferidas de Malkmus. R.C.

8-Greatest hits

Morrissey. Universal

Los fans dirán que falta éste o tal otro tema, alguno protestará diciendo que hay demasiadas recopilaciones de Morrissey; la discográfica se defenderá diciendo que están las canciones que entraron al chart inglés: más allá de cualquier discusión, este “grandes éxitos” de la carrera solista del Moz se sostiene por la calidad del artista en cuestión. El viejo truco de incluir dos temas nuevos se cumple a rajatabla, pero lo positivo es que no palidecen al lado de clásicos de la talla de “Suedehead” o “Everyday is like Sunday”. R. C.

7-The Bedlam in Goliath

The Mars Volta. Universal

La agrupación liderada por Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala acredita guarismos parejos a la hora de definir su arte como “genial” o como un “delirio”. Defensores y detractores tendrán nuevos elementos ratificatorios a partir de The Bedlam in Goliath. A la voracidad caótica de su música suelen sumarle un cripticismo que en este cuarto CD se traduce en citas bíblicas y alusiones cargadas de oscuridad hermética. El virtuosismo y la imaginación siguen intactos. Pero en Frances The Mute la locura lucía más simpática. F. D.