Jue 11.06.2009
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TELEVISION › OPRAH WINFREY, EN EL PEOR MOMENTO DE SU CARRERA

Abanderada de los mercachifles

Su imperio de negocios sufre los efectos de la crisis y perdió tres millones de espectadores. Pero el peor trago es la acusación de que les presta cámara y micrófono a charlatanes de la salud que presentan teorías al menos extravagantes.

› Por Guy Adams *

Desde Los Angeles

Hoy en el show de Oprah Winfrey: jerga, superstición y una dosis de curiosos consejos médicos a cargo de unos gurúes especialistas new age que seguramente no serían recomendados por su médico de cabecera. La conductora de talk show más influyente del mundo ha sido arrastrada al centro de un caliente debate, disparado por las acusaciones de que Winfrey está abusando de su legendaria influencia para ayudar a mercachifles que ofrecen tratamientos alternativos al cabo inefectivos, caros y peligrosos.

Oprah Winfrey, cuyos consejos sobre moda, literatura y en rigor casi todo lo demás son tomados como la voz de Dios por decenas de millones de estadounidenses, fue forzada la semana pasada a hablar sobre las críticas a los médicos y “expertos de salud” que predican desde su sofá de billones de dólares. En una larga nota de tapa titulada Crazy talk: Oprah, wacky cures, and you (“Charla loca: Oprah, las curas excéntricas y usted”), la revista Newsweek hizo una disección de las credenciales de los panelistas preferidos de Winfrey, acusándola de fallar a la hora de hacer una diferencia entre los profesionales médicos en regla y los impostores que emiten opiniones que son simplemente “borbotones de sinsentido”. El artículo de seis mil palabras alega que los invitados han ofrecido cuestionables apoyos a nuevas técnicas de cirugía plástica poco o nada efectivas, terapias de hormonas no probadas y peligrosas “curas” para el cáncer.

Entre los nombrados está la actriz Suzanne Sommers, de 62 años, a quien se le permitió en enero cantar loas a sesenta suplementos dietarios distintos, junto a varias “hormonas bioidénticas”, que ella toma cada día para luchar contra el envejecimiento. La mayoría no tienen beneficios probados. También se menciona a la actriz y pareja del comediante Jim Carrey Jenny McCarthy, que aprovechó una reciente aparición en el programa para asegurar que la vacuna triple causó el autismo de su hijo. A pesar de la abrumadora evidencia científica que prueba que no existe semejante vínculo, la nota de Newsweek señala que los comentarios de McCarthy fueron pronunciados y pasaron sin que nadie los desafiara. El episodio más bizarro de todos tuvo lugar cuando Winfrey permitió a un médico llamado Christiane Northrup alegar que –también en contradicción con casi todas las evidencias científicas– “en muchas mujeres, la disfunción de la tiroides se desarrolla a causa de un bloqueo de energía en la región de la garganta, tras toda una vida de ‘tragar’ palabras que les cuesta pronunciar”.

El jueves pasado, en medio de una creciente controversia, Winfrey envió un comunicado al programa de televisión Entertainment Tonight. Allí evitó contradecir cualquiera de las preocupaciones esgrimidas en el artículo de la revista; en lugar de ello, alegó que su público es lo suficientemente educado para tomar sus propias decisiones sobre el cuidado de la salud. “Durante veintitrés años, mi show ha presentado cientos de temas que reflejan la experiencia humana, incluyendo el consejo médico de los doctores e historias personales sobre la salud que han llevado a conversaciones entre miembros de nuestra audiencia y proveedores de cuidado de salud –dice la declaración escrita–. Confío en los televidentes y sé que son inteligentes y saben discernir lo suficiente para buscar otras opiniones médicas y determinar qué es lo mejor para ellos.”

Esa línea argumental no hará mucho por enfriar el enojo de los expertos científicos. La “marca” personal de Winfrey se apoya firmemente en su habilidad para inspirar confianza y hacer blanco en el corazón, la mente y la billetera del americano promedio. “Era hora de que una de las jugadoras de los grandes media puntualizara que ha estado promoviendo terapias falsas”, dijo P. Z. Myers, un prominente comentarista científico y profesor asociado de la Universidad de Minnesota. A pesar del “mensaje de autoestima positiva dirigido a las mujeres” de Winfrey, Myers describe las teorías que disparan algunos de sus invitados como “material para crédulos”.

La controversia llega en un mal momento para Winfrey, cuyo imperio de negocios viene sufriendo los efectos de la actual crisis financiera. La circulación de su revista, O, cayó un diez por ciento, mientras que su programa vespertino está atrayendo unos seis millones de televidentes, contra los nueve millones que cosechaba en 2004. Aunque Harpo, su negocio en Chicago, mantiene una alta rentabilidad (el año pasado consiguió beneficios de alrededor de 275 millones), algunos analistas no pueden dejar de preguntarse si, a los 55, Winfrey podrá seguir así por siempre. En otro signo de los tiempos por venir, la revista Forbes anunció la semana pasada que, por primera vez en los últimos años, ha destronado a Winfrey del primer lugar en su “Power List” de las celebridades más influyentes, ahora ocupado por Angelina Jolie. “Oprah es aún la mayor ganadora en términos económicos, pero si se trata de fama, Angelina Jolie es sin lugar a dudas la mujer más famosa del planeta”, señaló Macey Rose, editora senior de la revista.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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