Los spinoffs son toda una tradición de la televisión norteamericana: basta que una fórmula sea exitosa para que a alguien se le ocurra que puede multiplicarse con leves retoques. El mejor ejemplo de esto, en la actualidad, es CSI, que emite AXN, que “dio a luz” a CSI Miami y más tarde a CSI New York. Pero además esa serie sobre medicina forense generó que otras giraran en torno de esa temática: Bones, que emite Fox, o NCIS, también de AXN, son buenos ejemplos. Y esta noche (a las 21) llega, a través de A&E, la secuela de este último programa: NCIS Los Angeles. Si en la original, que es número 1 en rating en Estados Unidos, el equipo del Servicio de Investigación Criminal de la Marina mezcla acción callejera con los nerds del laboratorio, en la nueva versión hay poco lugar para los guardapolvos y los tubos de ensayo.

La dupla central está conformada por los agentes G Callen, un experto en trabajo encubierto, y Sam Hanna, un ex SEAL musculoso y experto en vigilancia. Al primero lo encarna Chris O’Donnell (Perfume de mujer, Límite vertical), quien en los últimos años no había tenido papeles importantes en el cine y que recuperó protagonismo gracias a la serie; y su compañero es el rapero LL Cool J, una leyenda del hip-hop que ya conoce bien los estudios de filmación. A ellos los acompañan un psicólogo llamado Nate Getz (Peter Cambor) y la agente Kensi Blye (Daniela Ruah). Sin embargo, al menos en el primer episodio, buena parte de la pantalla se la roba la diminuta y veterana actriz Linda Hunt, quien es una especie de Q (el personaje que le proveía de tecnología de punta, autos y armas a James Bond) que luego de la acción persigue a los agentes para que rindan cuenta de sus gastos. Como en la NCIS original, siempre es un crimen vinculado con alguien de la Armada el que marca el comienzo de la operación: en el primer episodio, se trata del asesinato de un marine y el secuestro de su sobrina a manos de un cartel de drogas mexicano. El capítulo lleva por título “Identidad” y fue visto por casi 18 millones de personas en su debut en Estados Unidos.