TELEVISION › ALEJANDRO FANTINO HABLA DE “FUGA A LA MEDIANOCHE”
El conductor, relator deportivo y empresario debutará hoy con un nuevo ciclo por América, dejando atrás su entrañable Mar de fondo. Pero además sigue con TVO, relata partidos de fútbol, conduce un programa de radio y produce espectáculos.
› Por Emanuel Respighi
Subiendo las escaleras de Dalí, la productora de contenidos que abrió en el 2002 junto a Ricardo Cohen, Alejandro Fantino cuenta que la decisión que tomó a fin de año pasado no fue nada fácil. De los 13 años que pasaron desde que decidió dejar su San Vicente natal para vivir en Buenos Aires, diez los pasó trabajando en TyC Sports, un canal que fue como su segunda casa. Romper ese vínculo laboral y afectivo, confiesa, fue más complejo de digerir teniendo en cuenta que el cambio de pantalla requería separarse de Mar de fondo, el programa de humor que condujo durante siete años ininterrumpidos por el canal de cable, un espacio que –dice– había dejado de ser un trabajo para convertirse en un placer pago. Sin embargo, el conductor, relator deportivo y empresario no sentirá tanto el vacío: es que hoy comienza Fuga a la medianoche (de lunes a viernes a las 24, por América), un programa que no sólo compartirá con Mar de fondo el día y horario de emisión sino también el espíritu lúdico y relajado que hizo de aquel ciclo un clásico de la medianoche catódica.
“Irme de un lugar en el que estuve una década no puede dejar de ser algo traumático”, comenta Fantino a Página/12. “Lo traumático es abandonar un espacio que yo construí con otra gente, desde Fabián Gianola hasta Anita Martínez, pasando por Gastón Recondo y Marcelo Palacios. Es triste abandonar tu locker, tu espacio. Pero mi productora y yo necesitábamos crecer. Es necesario cerrar puertas detrás para abrir ventanas delante”, explica, subrayando que su salida de TyC Sports tuvo que ver más con una cuestión comercial que artística. “Yo quería –detalla– que mi productora fuera la que produjera el programa y la gente de TyC Sports quería mantener el armado del programa bajo su tutela. Eso me pareció respetable, pero no coincidía con mis intereses. Entonces decidí armar este programa, que desde hacía años rondaba por mi cabeza.”
Suerte de Mar de fondo potenciado, Fuga a la medianoche conservará el estilo intimista, relajado y amistoso que Fantino le impone a cada una de sus incursiones televisivas. En esta nueva etapa, el ahora empresario multimedia (ver aparte) estará acompañado por Gillespi, que además de oficiar de co-conductor retomará dos creaciones que ya había presentado en el extinto Orsai a la medianoche: el apócrifo y disparatado periodista deportivo Aníbal Hugo y “Ojo de vidrio”, quien se encargará de hacerles absurdos reportajes a famosos. A su vez, el humorista Luis Rubio seguirá interpretando al fallido futbolista Eber Ludueña, al periodista colombiano Evaristo Hurtado y hará debutar a Endometro López Esteche, un gaucho muy particular. Además, Fuga a la medianoche contará con las participaciones especiales de Jean Pierre Noher, Eugenia Guerty, el mago Adrián Guerra, Cayetano y los periodistas Osvaldo Príncipi y Leonardo Farinella.
Sabiendo que su principal capital es el clima distendido y relajado que logra entablar con sus entrevistados, Fantino no sólo recibirá invitados a charlar en el piso del “estudio en construcción” (un galpón que a lo largo del ciclo irán decorando) sino que además presentará entrevistas que realizó a figuras del deporte y la cultura a bordo de una lancha, mientras pescan. “La naturaleza y la pesca –cuenta– hacen que el entrevistado se distienda y sea más auténtico que en el set de TV”, dice, adelantando que ya grabaron Antonio Carrizo y Norman Briski.
–Cada vez más trabajo. Pasa más tiempo en un estudio de TV que en su casa...
–Yo no le vendí mi vida ni mi alma a la televisión. Espero que de acá a diez años pueda dejar de trabajar y retirarme a disfrutar de la vida, pescando, rodeado de amigos y de mi familia. No tengo la necesidad de estar en la TV. Por eso hago radio y produzco teatro. No quiero ser un esclavo de la TV: quiero que la TV labure para mí. La TV tiene que ser un medio para llevar una buena vida. Abrí la productora para hacer lo que me gusta.
–Por eso siempre se rodea de amigos para trabajar...
–Claro. Igualmente, mi verdadero ser es el que está en casa con mi gente. Lo que me pasa es que en la tele soy natural; no compongo un personaje. Y eso la gente lo percibe. Soy de contar al aire casi todo lo que me pasa en la vida. Mi forma de conducir es muy natural.
–¿Esa faceta suya de tipo de pueblo fue la que le permitió llegar con mayor facilidad a la gente?
–Sí. Eso me lo valoran mucho. Es muy loco, porque ser natural no es algo que puedas planificarlo. O lo sos, o no lo sos. Creo que si en TV alguien quiere ser natural y no lo es, la gente percibe los hilos. La misma curiosidad que yo tengo al aire la tengo en mi vida.
–Algo que se distingue en usted es que encara los reportajes sin detenerse en la coyuntura, indagando en cuestiones cotidianas. Incluso, en ocasiones parecería no conocer la carrera del entrevistado. ¿Se trata de una estrategia, o realmente prefiere saber lo mínimo posible del entrevistado para hacer las preguntas que el espectador común haría?
–Voy a contar un secreto profesional: yo sé más de los entrevistados que lo que ellos mismos saben de sí mismos, porque me informo por otros medios. Juego a hacerme el mal informado, aun a riesgo de que parezca que no sé nada. Tengo que partir desde la base de que no todo el mundo conoce la vida de cada entrevistado. A mí me molesta cuando el entrevistador quiere demostrar una y otra vez que es tanto o más culto que el entrevistado, porque la entrevista pasa a ser una lucha de egos. No me gusta excluir a ningún sector. Y esto no es ser nivelador para abajo. Los tipos más valiosos son aquellos que pueden bajar al llano cuestiones complejas. Yo tengo que hacerme el boludo, como que no sé muchas cosas, para darle la oportunidad al entrevistado de contar un aspecto de su vida, y al público de conocer una faceta interesante. Mi estilo es ése: partir desde lo general para llegar a lo particular.
–O sea que detrás de su estilo informal hay un gran estudiante del género...
–Aunque no lo parezca, yo soy de nutrirme mucho. Leo bastante de técnicas de entrevistas y hasta hago traer material de afuera. Todo el tiempo intento investigar y aprender. Por ejemplo, volví a estudiar sociología y todo el mundo me preguntaba para qué volvía a estudiar si no lo necesitaba. Yo les decía que sí, que no sólo lo necesitaba sino que me hacía bien. De hecho, en Psicología 2, una de las partes de la materia era “Entrevista psicológica”, donde te daba pautas de la manera en que un psicólogo entrevista a sus pacientes. No sabés la cantidad de herramientas que saqué para mis entrevistas a un tipo en TV...
–Y a partir de las entrevistas que les hace a deportistas y artistas, ¿a qué conclusión llegó?
–Que los seres humanos estamos todos muy locos... (risas).
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