En Las venas abiertas de América Latina, esa obra maestra publicada por primera vez en 1971, Eduardo Galeano describió y analizó con fina sensibilidad la compleja historia de América latina. En el ensayo historiográfico, que debería ser de lectura escolar obligatoria en los países de la región, el escritor uruguayo repasa en crónicas cómo la Europa colonizadora condicionó el desarrollo de Latinoamérica, a partir del permanente saqueo de sus distintos recursos naturales. Aunque en los últimos años la región supo abroquelarse políticamente como nunca antes, el estigma que signa a los países de este lado del mundo respecto de los imperios continúa vigente, tomando formas diferentes a las de antaño, pero sojuzgando a los más desprotegidos. En esas problemáticas que aún condicionan el presente y el futuro de América latina hace foco Huellas, la serie documental que Infinito estrena hoy a las 21.

Filmada en alta definición con calidad cinematográfica, bien puede pensarse a Huellas como el documento audiovisual de los diez problemas –a razón de uno por capítulo– que aquejan a la América latina contemporánea. La serie, producida por Infinito, basa cada episodio en testimonios de cada una de las partes que rodean a las diversas temáticas. La rigurosidad periodística documental, en Huellas, se complementa con una mirada regional local, alejada de la visión externa que suelen tener muchos de los ciclos que las grandes cadenas de TV realizan sobre Latinoamérica, a menudo surgidas bajo el calor de algún tipo de coyuntura violenta. En esta producción, la investigación periodística se combina con la sensibilidad necesaria para que los televidentes comprendan y se identifiquen con lo que el programa muestra.

“Me pareció un proyecto interesante y acepté gustoso la invitación, ya que es una buena oportunidad para hablar de temas importantes sobre Latinoamérica, temas de los que se habla hoy muy poco en televisión”, señaló el actor y productor mexicano Diego Luna, que se encarga de la narración en off de la serie. A lo largo de diez capítulos, en los que se destaca una interesante posproducción y fotografía, Huellas consigue darles voz a los que no suelen tener la oportunidad de expresarse, aproximándose a cada tema sin descuidar el contexto histórico en el que se desarrolla.

La serie comienza hoy con “Esclavitud Siglo XXI”, que centra su atención en una de las problemáticas más preocupantes y desgarradoras de la actualidad: la trata de mujeres en la región. Crítico respecto de las instituciones –gubernamentales, políticas, policiales, judiciales y empresariales– que suelen mirar para otro lado, el capítulo analiza el fenómeno de la esclavitud sexual y el tráfico de mujeres y niños para su explotación laboral, recorriendo cada una de las etapas de un negocio que crece bajo el inexplicable vacío legal que signa a muchas de las democracias latinoamericanas. La doble moral de los sectores de poder de cada sociedad es también motivo de análisis, subrayando las causas de la trata, que deja sin futuro a millones de niñas, como un problema cultural-económico complejo, más que una mera cuestión legal.

Manteniendo la estética y la narrativa reflexiva, la serie se completa con otras nueve investigaciones de fuerte impacto social por estas tierras, que cada miércoles se podrán seguir por la otrora señal paranormal. “Desplazados” dirige el foco de la cámara sobre los cientos de miles de personas que buscan escapar de la pobreza y la marginalidad en busca de un futuro mejor –preferentemente en Estados Unidos– y las dificultades por las que tienen que atravesar para conseguirlo. En las semanas siguientes tendrán lugar “Superpoblación” (sobre el problema de vivienda y salud dignas en al región); “Saqueo minero” (acerca del problema ambiental y de salud de la explotación minera a cielo abierto); “La ruta de la efedrina”; “Gripe Porcina: pandemia o invento de la ciencia”; “El mundo contra el Amazonas: la deforestación más grande del planeta”; “Petróleo: el oro negro venezolano”; “Armas climáticas” y “El negocio del fútbol”. Una propuesta televisiva que ahonda en las huellas más dramáticas de la América latina profunda y que invita a los televidentes a replantearse su sentido de pertenencia latinoamericana.