Mientras la definición acerca de la norma de TV digital que optará el país se posterga por tiempo indeterminado, DirecTV encabeza la revolución televisiva con el lanzamiento de dos nuevos modelos de decodificadores de última generación. Apoyándose en su plataforma digital, el único sistema de TV satelital del país hará realidad la televisión del futuro con la llegada –hacia septiembre– de DirecTV+ (Plus), un servicio que les brindará a los clientes la posibilidad de ver la programación que quieran cuando quieran. La prestación, similar a la que desde hace años se ofrece en Estados Unidos a través de sistemas como Tivo o DVR, cambiará los usos y costumbres frente al televisor para siempre: permitirá a los clientes utilizar funciones de televisión de avanzada, tales como grabación, pausado y rebobinado de programación en vivo. Y lo que es más importante: todas funciones que se aglutinarán en la memoria digital del nuevo decodificador sin necesidad de recurrir a videocaseteras de ningún tipo. Con motivo de la cercanía del Mundial de Fútbol Alemania 2006, DirecTV lanzó este mes un nuevo decodificador que sirve como paso previo para la llegada de DirecTV+ (Plus). El L-10 –tal el nombre del nuevo aparato– permite, entre otras cosas, navegar por la guía de programación en pantalla mientras se disfruta de la programación a través de una “ventana” y posibilita programar el decodificador para mostrar en la pantalla del televisor las llamadas telefónicas entrantes, en una suerte de servicio de Caller ID televisivo. Estas novedades, además, van acompañadas de la exclusividad que el sistema de TV paga posee en la transmisión en vivo y en directo de los 64 partidos del Mundial, en formato widescreen (16:9 de pantalla, al estilo cinematográfico) y mediante un sistema interactivo multicámara (provisto de información adicional), que permiten a los suscriptores manejar a su antojo la dirección de las cámaras de los encuentros (pantalla mosaico, mostrar la cancha en su totalidad, exhibir sólo el campo de uno de los dos equipos, etcétera).

Sin embargo, el plato fuerte llegará en septiembre, a través del arribo del decodificador inteligente L-15, que permitirá ver televisión en vivo y en directo como si se estuviese viendo un DVD o un VHS. ¿Cómo funciona? El decodificador tiene la función primaria de grabar en un disco rígido hasta –aproximadamente– 80 horas de TV, lo que posibilitará a los espectadores no sólo detener una emisión en directo y seguir viéndola después desde el punto en que se la dejó, sino también empezar a ver una película 20 minutos después del comienzo de emisión. Pero, además de grabar la programación sin necesidad de recurrir a los viejos VHS, el decodificador tiene un dispositivo que permite “bloquear” (borrar) los anuncios publicitarios si el televidente así lo requiere. Una seria amenaza para la tanda comercial tal como se la conoce hoy en día.

El decodificador, que ya se encuentra operando en Estados Unidos –país en el que sistemas de este tipo funcionan en alrededor de 8 millones de hogares–, cambiará radicalmente la manera convencional de ver televisión, eliminando las publicidades y permitiendo a los televidentes armar su propia programación. “La intención de DirecTV es ofrecer con este nuevo decodificador una amplia gama de servicios, siempre con el objetivo de situar a la empresa en la vanguardia televisiva. Se trata de un servicio que, si bien será premium (tendrá un costo adicional), reformula la vieja relación entre los televidentes y la televisión”, le adelantó a Página/12 Alejandro Zunda Cornell, vicepresidente de marketing, ventas y programación de DirecTV Argentina y Uruguay. DirecTV+ (Plus), que el año pasado fue lanzado a modo de prueba en Brasil y México, tiene cargado en el decodificador un servicio de “grabación inteligente predictiva” que, en función de los hábitos de programación de cada hogar, graba automáticamente y sin necesidad de programarlo manualmente, los ciclos favoritos que son vistos semana tras semana por los televidentes. Para que nadie se pierda nada de lo que pasa en el paralelo y extraño mundo televisivo.