TELEVISION › RODAJE DE LA PRIMERA FICCIóN DEL CANAL ENCUENTRO
La serie explorará el mundo adolescente con la intención de no caer en la estigmatización a los jóvenes que se impone desde algunos medios ni en los edulcorados universos de las criaturas televisivas surgidas en la factoría Cris Morena.
› Por Emanuel Respighi
Un grupo de adolescentes, como cualquier otro, se agolpa alrededor del Pabellón Nº25 de la ex Escuela de Mecánica de la Armada. A los ojos del observador desprevenido, esos chicos bien podrían ser estudiantes secundarios en una salida escolar por ese espacio que fue de muerte durante la dictadura militar y que hoy se reconvirtió en un lugar para recordar el pasado reciente y darles vida a nuevos-viejos sueños. Sin embargo, al acercarse al lugar, las cámaras y las luces montadas para la ocasión demuestran que todo es parte de un set. Y que ese pabellón, que alguna vez fue el casino de oficiales de la ESMA, es ahora la Escuela Nº27 Islas Malvinas, el establecimiento educativo donde transcurrirá buena parte de la primera ficción que Canal Encuentro se encuentra rodando. Aun sin título definido, el programa que verá la luz en octubre en el canal perteneciente al Ministerio de Educación explorará el mundo adolescente con la intención de no caer en la estigmatización a los jóvenes que se impone desde algunos medios ni en los edulcorados universos de las criaturas televisivas surgidas en la factoría Cris Morena.
Integrada a una grilla de programación a base de series documentales, periodísticas y de docuficción, la ficción que se encuentra en pleno rodaje marcará el debut en el género del canal que supo combinar contenidos educativos y culturales con el entretenimiento como ningún otro. Si bien es cierto que Encuentro había producido las películas Revolución El cruce de los Andes y Belgrano, hasta este proyecto nunca antes había incursionado en la producción propia de una serie de ficción. Producido por Mulata Films, la productora ganadora de la licitación pública, el programa apuntará a captar la atención del público adolescente. Por eso, la trama buscará interpelar solapadamente a los jóvenes con temáticas en las que se puedan reconocer, como la discriminación, la deserción escolar, el compromiso social, la sexualidad, los conflictos con la autoridad o la idea de futuro, entre otros.
“No es que teníamos la necesidad de incluir ficción en el canal y por eso llegamos hasta aquí, ése no fue el origen”, aclara Verónica Fiorito, directora de Encuentro. “En realidad, la necesidad de continuar ofreciéndoles contenido atractivo a los jóvenes fue la que nos llevó a pensar en un formato de ficción, en el cual se puedan sentir identificados a través de personajes y problemáticas reconocibles, sin la mediación moralizante de un adulto o un especialista”, detalla. “Incluso, que los capítulos tengan una duración de 15 minutos también tiene que ver con adaptarnos a su manera de relacionarse con la cultura, los medios y el entretenimiento, tan fragmentada por la lógica que impone el mundo digital. La idea es que se estrene en el canal pero que la ficción siga circulando a través de la web”, subraya Fiorito.
Alrededor de un colegio secundario del conurbano, la historia cuenta la cotidianidad de un grupo de ocho compañeros y amigos de cuarto año. En ese espacio de encuentros y desencuentros de todo tipo, cada uno de los ocho capítulos abordará el punto de vista de un personaje, como una manera de acercarse a su historia y comprender así sus actitudes para con el grupo y con la diaria escolar. Los capítulos se emitirán desde octubre a partir de las 20, dentro de la franja de programación diaria que el canal les tiene destinado a los jóvenes.
La ficción cuenta con un elenco de jóvenes actores, algunos conocidos a los ojos de los televidentes y otros que debutarán en la pantalla. Entre las mujeres, Ailín Salas interpreta a Mariana, una chica que por la separación de sus padres debe abandonar su Aluminé natal para intentar integrarse a la realidad anónima del conurbano; Vera Spinetta se pone en la piel de Estefi, una chica con un compromiso social que no siempre encuentra eco en compañeros, autoridades y padres; Dalma Maradona es Natu, una adolescente que descubre su sexualidad y se hace cargo de ella por más consecuencias que tenga, y Martina Juncadella es Carla, una conflictuada chica que debe lidiar con la ausencia de su madre y una relación enfermiza con su novio.
Los protagonistas masculinos son Julián Serrano, que como Luca oculta sus miedos e inseguridades en una soberbia que no es otra cosa que un mecanismo de defensa; Nicolás Condito es Chifle, el obsesionado del grupo con perder la virginidad; Nicolás Goldschmidt interpreta a Nacho, el personaje que ante una complicada situación económica familiar se plantea la posibilidad de dejar el colegio, y Emanero es Federico, el chico que pelea contra todo y todos con tal de perseguir su sueño: ser músico.
“Para nosotros, que todavía somos chicos, participar de una ficción que intenta hablarles a adolescentes de nuestra edad no representa un proyecto más”, le explica Salas a Página/12. “Si algunos chicos logran sentirse reflejados en lo que ven, el objetivo estaría cumplido por partida doble”, remarca la actriz que en este 2012 alcanzó reconocimiento de crítica y público a través de su actuación en el programa En terapia y en la película Abrir puertas y ventanas. Por su parte, Maradona tiene expectativas con que la serie atraiga a los adolescentes. “Creo que es un programa que tiene una búsqueda diferente a otras más comerciales, a las que algunas vez vi y nunca me terminaron de convencer por la manera en que mostraban ciertos mundos y adolescentes”, señala. “Sin pretender ser reales, porque no existe una única realidad, el programa propone una mirada más directa y desprejuiciada sobre y para los adolescentes, y eso está bueno”, subraya Spinetta.
El desafío no es fácil. No existen guionistas de 18 años y la adolescencia cambia a cada rato. “La idea es que no sientan que hay una bajada de línea, por eso es que antes de comenzar con el rodaje nos juntamos con los ocho protagonistas para repasar los guiones y adaptarlos a su realidad, su lenguaje y sus códigos, que no son los mismos que los que tuvimos los que hoy pasamos los 30”, explica Luciana Roude, productora de Mulata. “Por ejemplo, en ese repaso había una escena en la que mostrábamos a los chicos pegando afiches para anunciar una fiesta. Y todos los chicos se empezaron a reír. No entendíamos nada. Hasta que nos dijeron que ellos convocan a fiestas por Facebook o mensajes de texto. En ese instante nos dimos cuenta de que estábamos viejos y de que efectivamente los tiempos cambiaron mucho”, reconoce la productora.
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