TELEVISION › LA CADENA QATARí COMPRó EL CANAL CURRENT TV, DE AL GORE
Hace tiempo que la señal noticiosa, premiada y elogiada por su labor, intenta ingresar al mercado estadounidense sin éxito. La compra de una cadena que tiene acceso a 40 millones de hogares abre nuevos caminos, pero las cosas no le serán fáciles.
› Por Nikhil Kumar *
En 2008 Al Gore, vicepresidente de Estados Unidos en el mandato de Bill Clinton y cruzado contra el calentamiento global, planteó una pregunta durante una conferencia sobre la energía en Washington. Refiriéndose a fuentes renovables de energía como la potencia solar, interrogó: “¿Qué pasaría si usáramos combustibles que no fueran caros, que no causaran polución y que estuvieran abundantemente disponibles en nuestro propio país?”. A la luz de la decisión de Gore de vender su canal televisivo Current TV a la cadena qatarí Al Jazeera, una respuesta posible es que les haría perder el sueño a sus nuevos amigos en Doha, que consiguen su dinero vendiendo combustibles fósiles al mundo. Su éxito los ha hecho muy, muy ricos, a la vez que le ha dado a Qatar la más grande huella de carbono per cápita del mundo.
Esta “verdad incómoda” fue omitida en el mail que anunció el acuerdo, enviado al equipo de Current TV el miércoles por el socio de Al Gore en el proyecto televisivo, Joel Hyatt. “Como ustedes seguramente saben, Al Jazeera es financiada por el gobierno de Qatar, que es el aliado más cercano de Estados Unidos en la región del Golfo, el país donde Estados Unidos tiene sus bases para las operaciones de la fuerza aérea en Medio Oriente”, explicó, de acuerdo con una copia del mail obtenida por el diario The Wall Street Journal. Lo que el mensaje olvida mencionar es el negocio de petróleo y gas, que se llevó más de la mitad del Producto Bruto Interno de Qatar en 2010 según las estimaciones del Banco Nacional de Qatar.
Al Gore viene haciendo campaña desde hace tiempo contra el daño ambiental que producen los combustibles fósiles, y en ese proceso ganó un Premio Nobel. Ahora experimenta sus beneficios económicos de primera mano, luego de que los qataríes pagaran una suma estimada en 500 millones de dólares por Current TV. Dando por exacta la información de que Gore posee un 20 por ciento de la cadena, el ex vicepresidente embolsará alrededor de 100 millones de dólares por la venta, una saludable ganancia con respecto a los 60 millones que Gore y sus socios pagaron por el canal en 2004. Mientras convierte a Gore en una persona más rica, el acuerdo le abre a Al Jazeera un camino para ampliar su alcance en Estados Unidos. A pesar de su record de premios y elogios por su cobertura internacional, especialmente durante la Primavera Arabe, la cadena ha afrontado una verdadera cuesta arriba en la tarea de convencer a los estadounidenses de que es una legítima organización de noticias, y no una herramienta de propaganda para los estados petroleros del Golfo o los militantes islamistas.
Con libre acceso a los fondos qataríes, Al Jazeera construyó una envidiable cadena de representaciones en todo el mundo. Fundada en los ’90 como un canal solo en lenguaje árabe, la cadena obtuvo la atención mundial durante la guerra de Estados Unidos contra Afganistán e Irak, enfrentando las críticas de políticos estadounidenses por emitir mensajes de Al Qaida. En 2004, Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos, calificó la cobertura de la cadena de las muertes civiles en Irak “viciosa, inexacta e imperdonable” (más tarde cambió de opinión cuando, en el momento en que estaba promoviendo su libro, dijo que Al Jazeera podría ser “una importante vía de comunicación en el mundo”). La versión angloparlante llegó en 2006, cuando el canal en inglés de 24 horas fue lanzado, emitiendo a todo el mundo desde su base en Doha.
Pero todo el dinero del mundo no ha sido suficiente –al menos hasta ahora– en la mayor cancha televisiva del mundo, los Estados Unidos, donde la cadena ha tenido que luchar para extenderse más allá de un puñado de ciudades grandes. Actualmente transmite para solo 4,7 millones de hogares: así, a pesar de su alcance global y sus cinco oficinas en Estados Unidos, sigue bloqueado en la puerta de un enorme y lucrativo mercado televisivo. Current TV, que tiene una distribución más amplia, puede finalmente darle su pase de entrada, permitiendo competir al fin con rivales de peso como CNN, Fox y MSNBC. El canal tomó forma cuando Gore y Hyatt le compraron a la francesa Vivendi una pequeña emisora de cable llamada Newsworld International, y la renombraron. La nueva emisora pasó largamente inadvertida hasta hace un par de años, cuando fue reformulada como una competidora más liberal de MSNBC, la principal cadena de esa orientación en las noticias generadas por la televisión de Estados Unidos.
Keith Olbermann, conductor principal del programa de MSNBC Countdown, estaba en el corazón del proyecto para reforzar a Current TV. Pero los planes fracasaron cuando fue despedido apenas un año después de haber firmado un contrato de 50 millones de dólares por cinco años. Para reemplazarlo, Gore y Hyatt tentaron a Eliot Spitzer, el ex gobernador de Nueva York que fue en algún momento considerado como serio contendiente en la carrera por la Casa Blanca... hasta que se produjeron escandalosas revelaciones sobre sus vínculos con un oneroso servicio de acompañantes femeninas. En 2009, la cadena misma se convirtió en el foco de las noticias cuando dos de sus periodistas fueron arrestados en Corea del Norte por entrar ilegalmente al país. Fue necesaria una visita a Pyongyang del ex jefe de Gore, Bill Clinton, para que fueran perdonados.
Aunque los conductores de alto perfil y la atención de los medios efectivamente elevaron los ratings de Current TV, los números permanecen relativamente bajos, con su promedio diario limitado –según las estimaciones de analistas– a menos de 50 mil espectadores. Sí tuvo más éxito en asegurarse distribuidores: hasta hace poco era emitida en alrededor de 60 de los 100 millones de hogares estadounidenses suscriptos a servicios de cable y satélite. Al Jazeera planea aprovechar esta base doblando su equipo en Estados Unidos a más de 300 personas y cambiando la marca: la nueva cadena, a ser lanzada durante este año, tendrá su base central en Nueva York y se llamará Al Jazeera America.
Pero los desafíos permanecen. En la ola de la venta, uno de los distribuidores de Current TV decidió abandonar al equipo, limitando el alcance a 40 millones de hogares. El miércoles, Time Warner Cable anunció que no seguirá ofreciendo el canal en su paquete, y que lo removerá “lo antes posible” (de hecho, Time Warner ya estaba considerando eliminar a Current TV por sus bajos ratings). Y queda la nada menor batalla de convencer a los estadounidenses de ver el nuevo canal. “Cuando se trata de Al Jazeera, hay una importante carga de paranoia”, le dijo a la agencia Reuters Robert Thompson, profesor de la cátedra de Televisión y Cultura Popular en la Universidad de Siracusa, refiriéndose a los problemas de imagen de la cadena en los Estados Unidos. El acuerdo ya les dejó su beneficio a Al Gore y sus socios. Que signifique también un beneficio para Al Jazeera es algo que todavía está por verse.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux