Las lecturas son múltiples. Hay quienes pueden pensar que la creación del programa fue producto de una premonición. Otros, tal vez, pueden ver en su irrupción en la pantalla chica local la consecuencia de una política activa en materia científica que se vislumbraba como posible. No faltan, de cualquier manera, aquellos que pueden pensarlo como una simple expresión de deseo hecho programa de televisión. Lo que es seguro es que Científicos industria argentina fue pionero en la idea de pensar, difundir y plantear masivamente la relevancia de las ciencias en el siglo XXI. En medio de una sociedad que se derrumbaba social y aspiracionalmente, allá por mayo de 2003, el ciclo conducido por Adrián Paenza tuvo la prepotencia (¿osadía?) de iluminar el trabajo silencioso de un sector que había sido desterrado de la discusión social. Once años después de aquella suerte de “grito en el desierto” que significó Científicos..., inicia hoy, a las 11.30, un nuevo ciclo en la pantalla de Canal 7, en un contexto totalmente diferente para la tarea científica.

La política científica estatal implementada desde el estreno del ciclo producido por El Oso Producciones claramente excede la promoción a Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación alcanzada hace un lustro. El mayor presupuesto del PBI destinado a la ciencia y la implementación del plan Raíces, que permitió que más de mil científicos diseminados por el mundo pudieran retornar a la Argentina para ejercer su vocación, pusieron al país en un contexto mucho más propicio para la investigación. El estreno de la temporada Nº 12 de Científicos... viene acompañado por una serie de renovaciones que, por suerte, mantienen la presencia de Paenza en el rol del conductor. “La posibilidad de que Científicos... esté al aire, de manera ininterrumpida, durante tanto tiempo, no sólo es un hito para quienes durante años estuvieron relegados en la consideración estatal”, subraya a Página/12 Paenza. “También representa un hecho relevante para la misma televisión, donde resulta excepcional que haya programas con tanta vigencia. ¿Cuántos ciclos hay hoy en la TV abierta que tienen 12 años al aire? No debe haber muchos. Y que encima el que lo logre sea un programa cultural-educativo, que pasó dos años por una pantalla privada como Telefe, y que tiene secciones de nanotecnología, paleontología o química es un sueño que nunca imaginamos”, confiesa el periodista, matemático y mayor divulgador científico del país.

Entre las novedades, el programa analizará el tema de actualidad más importante de la semana, desde una óptica científica. El periodista especializado Martín de Ambrosio se encargará de recorrer laboratorios, institutos y universidades para conocer la visión de los investigadores sobre temas cotidianos. Esa no será la única noticia que trae Científicos.... “La ciencia no es aséptica, ya que dentro del mundo del conocimiento hay diferentes posiciones sobre cuestiones que preocupan al público en general. Por eso produjimos una serie de programas especiales dedicados a profundizar la información sobre asuntos controvertidos, que dividen las aguas en el universo científico. El formato será el de debates, no para buscar ganadores y perdedores, no para enfrentar a personas; sino para tratar de entender cuáles son las diferentes miradas que existen sobre un determinado tema”, explicó Claudio Martínez, productor del programa y de Alterados por Pi, que Paenza también conduce en Canal Encuentro desde hace siete temporadas. Incluso, en su afán de continuar mostrando a los científicos como seres “de carne y hueso”, el ciclo incluirá una sección ficcional de humor, a cargo de Pablo Fusco.

–¿Cuáles son las causas de la vigencia de un programa cuya temática, a priori, poco tenía de televisivo?

Adrián Paenza: –El atractivo es que supo volver cotidiano lo que parecía complejo e inentendible para el gran público. La imagen del científico loco, con los pelos parados, fue desmitificada. La ciencia ahora no sólo es reconocida: también la sociedad comprende su importancia en su vida diaria. La gente comprendió en estos años que todo lo que utiliza para su vida tiene alguna aplicación científica. El acercamiento entre el ciudadano común y la ciencia es revolucionario.

Claudio Martínez: –Este programa no hubiera sido posible si no se hubiesen producido dos hechos en paralelo. Por un lado, la recuperación de una activa política estatal en materia científica, poniendo en valor un área que los sucesivos gobiernos anteriores habían descuidado sensiblemente. A su vez, la experiencia de Científicos... no hubiera sido lo que es hoy sin la recuperación que el kirchnerismo hizo de la TV pública. Recuerdo que durante las primeras temporadas teníamos que grabar y hacer todo el programa fuera de este canal enorme y con grandes profesionales, porque técnicamente estaba retrasadísimo. Hoy, Canal 7 vuelve a encabezar la renovación tecnológica en el país como cuando comenzó la TV en la década del ’50, lo que nos permite hacerlo íntegramente dentro de la emisora. Una decisión que, además, fue acompañada por la creación de una cantidad de señales que revalorizaron lo público, como IncaaTV, Pakapaka o TecTV.

–¿Qué significa, histórica y socialmente, que el trabajo científico se haya acercado al ciudadano común?

A. P.: –Estoy convencido de que el conocimiento es poder. A mayor conocimiento, más preparados estamos para defender nuestros derechos y enfrentar los problemas con los que nos topamos. Antes el conocimiento estaba en manos de una elite que lo administraba endogámicamente. Por eso es valorable que el Estado fomente y apoye a las ciencias en todas sus manifestaciones. Hay un dato que es claro: el 98 por ciento de los trabajos de investigación realizados por científicos argentinos que se publican en revistas especializadas homologadas en el mundo corresponden a profesionales que trabajan en organismos estatales.