TELEVISION › SE ENTREGARON LOS PREMIOS TATO A LA PRODUCCION 2015
Organizados por la Cámara Argentina de Productores Independientes de Televisión y definidos por el voto de dos mil profesionales y periodistas, los Tato ofrecen una faceta bien diferente a los Martín Fierro: menos populares, pero más representativos.
› Por Emanuel Respighi
Más allá de las siempre encendidas discusiones acerca de la conformación de algunas ternas (como la de Programa de Espectáculos), o sobre la difusa distinción entre ciertas categorías (¿cuál es la diferencia entre Magazine y Ciclo de Interés General?), la sensación que quedó sobrevolando tras la ceremonia de entrega de los Premios Tato fue la de justicia. Al menos esa idea es la que surge cuando se repasa que Historia de un clan, la ficción de Telefe, fue el programa más premiado de la quinta edición, alzándose con un total de 12 estatuillas, incluida la de Mejor Programa del Año. Si a este merecido reconocimiento se le suma que la interpretación de Arquímedes Puccio de Alejandro Awada le valió al actor la estatuilla de actor protagónico, o que Luis Ortega se impuso como mejor director, nadie duda de que en la noche del miércoles la arbitrariedad que alcanza a toda distinción se conjugó con el merecimiento, en el premio que entrega la Cámara Argentina de Productores Independientes de Televisión (Capit).
Luego de un año en que por diversas razones el premio no se entregó, los Tato recobraron la idea de ser una distinción que va camino a convertirse en la más representativa de la TV argentina. No sólo porque el jurado que elige a lo mejor de la pantalla chica local está conformado por cerca de dos mil profesionales y periodistas del medio, sino también porque en el repaso de sus 45 ternas se percibe el reconocimiento a rubros que otros premios se obstinan en no tener en cuenta, como lo son arte en ficción y no ficción, fotografía, edición y vestuario, por citar algunos casos. Una amplia e integral lista de áreas televisivas evaluadas que persigue la idea de reconocer a todos los profesionales del medio, más que seleccionar los rubros en función de la fiesta transmitida por TV. El miércoles, en La Rural, las principales figuras de la industria televisiva local apoyaron con su presencia a un premio que no tiene la popularidad de los Martín Fierro pero que parece tener una representatividad mayor.
Como se preveía, Historia de un clan fue la gran ganadora de la noche. La ficción producida por Underground, seleccionada de un concurso de fomento a la ficción del Incaa y el Ministerio de Planificación, se llevó una docena de estatuillas. Luis Ortega, que le imprimió un particular sello de autor a la historia basada en el clan Puccio, fue elegido como mejor director, a la vez que junto a Pablo Ramos y Javier Van de Couter también se alzó con la estatuilla al guión original. Uno de los momentos más aplaudidos de la noche fue cuando se reconoció a Alejandro Awada como el Mejor actor protagónico, gracias a su perturbadora interpretación de Arquímedes. El actor dio la nota de color cuando –sin disimular su alegría– “obligó” al Chino Darín y a Joaquín Furriel, sus compañeros de terna, a subir al escenario para recibir el premio, demostrando que a su capacidad actoral no le falta humildad ni mucho menos autenticidad. Nazareno Casero y Verónica Llinás también ganaron como actores de reparto por sus papeles en la serie. Además, Historia de un clan fue elegido como Unitario y se llevó los premios a Producción, Edición en ficción (Guille Gatti y Fabricio Rodríguez), Dirección de Fotografía en Ficción (Sergio Dotta e Historia de un clan), Vestuario en ficción (Andrea Duarte) y Arte en ficción (Julia Freid).
Entre los programas, ShowMatch fue otro de los ciclos que cosechó buena cantidad de premios, llevándose un total de seis estatuillas, imponiéndose en el rubro Big Show y en las categorías técnicas en no ficción. Peter Capusotto y sus videos fue elegido como programa humorístico, Martín “Campi” Campilongo como humorista, Fútbol para todos como programa deportivo y Resto del mundo como cultural (?). En espectáculos, el ganador de una terna que confundió programas de chimentos con ciclos de espectáculos fue Bendita TV, el ciclo de Canal 9 que está más cercano al archivo. Al subir al escenario, Beto Casella aprovechó la atención de los presentes para darle rienda suelta al discurso más crítico de la noche. “A los periodistas que debajo del rótulo de periodismo político están dedicándose a generar odio, déjennos descansar un tiempo. Vuelvan al periodismo porque el periodismo los extraña, para ir cerrando un poquito la grieta. Porque, no hay que hacernos los distraídos, los medios de comunicación también formamos parte de eso”, subrayó, antes de celebrar que “se están yendo los extorsionadores también disfrazados de periodistas, que esgrimen sobres marrones en cámara diciendo ‘si yo muestro esto te arruino a la familia’”.
Los que tuvieron poco para festejar fueron dos de las ficciones que más expectativas habían generado antes de su estreno. Signos, la producción de Pol-ka protagonizdaa por Julio Chávez, llegó al Salón Ocre de La Rural con 10 nominaciones y se fue de la fiesta con las manos vacías. Por su parte, a Entre caníbales, la ficción de Juan José Campanella, le pasó algo parecido: de las nueve nominaciones que tenía, apenas se impuso en cortina musical, gracias a la música y letra de Gustavo Cerati para el tema homónimo. El ciclo de América, Intratables, fue otro de los programas que se fue con una sonrisa, teniendo en cuenta que Santiago Del Moro fue elegido como conductor del año y el programa fue votado como el mejor periodístico de un 2015 en el que el debate político copó la pantalla. Un reconocimiento de la industria que marca el momento que atraviesa el ejercicio del periodismo televisivo en la actualidad, más cercano a los impulsos que a la reflexión.
En el recuento general entre los canales, Telefe fue la señal que más Tato se llevó, con un total de 19 estatuillas. Por su parte, El Trece ganó 12 premios, mientras que la TV Pública y América obtuvieron cuatro cada uno, cerrando la lista Canal 9 con uno. Reconocimiento organizado por la industria, no hubo pantalla de TV abierta que se fuera con las manos vacías. Adrián Suar, Tomás Yankelevich, Susana Giménez, Mirtha Legrand y los elencos de las ficciones nominadas estuvieron presentes. Las ausencias más notorias fueron las de Marcelo Tinelli y Juan José Campanella, pese a que ambos estaban nominados. La ceremonia, que fue conducida por Marley, transcurrió con más momentos de tedio que de atracción, dada la numerosa cantidad de categorías (aun cuando algunos se entregaron por fuera de la transmisión), discursos de agradecimiento autoreferenciales y las casi nulas producciones artísticas pensadas para matizar el sinfín de nominados y premiados. De cualquier manera, los 14,7 puntos de promedio en las más de tres horas de ceremonia le sirvieron a la transmisión para ser el programa más visto del día.
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