TELEVISION › LA CURIOSA PREMISA DE BAD MILO!
La película que se estrenará en I.Sat en octubre presenta a un hombre que expulsa un demonio por un lugar algo incómodo. El director y el productor cuentan cómo nació semejante proyecto.
› Por Javier Aguirre
Tiene todos los papeles en regla para ser una de terror: espanta al mostrar a un atormentado muchacho poseído por un demonio y que logra expulsarlo... al hacer fuerza en el inodoro. El exorcismo a través del tracto intestinal es la propuesta de Bad Milo!, película de horror fantástico de 2013 –por momentos desesperante, trágicamente cómica, terrorífica y, sí, de trazo grueso– que tendrá su estreno en la TV local (el 8 de octubre en I.Sat). Por detrás de la escatología y la idea semisatánica, psicosomática e hipocondríaca de un demonio gastrointestinal, Bad Milo! tiene otras implicancias, la del hombre preñado, capaz de “dar a luz” a un ser que moraba, crecía y dolía en su vientre. Y más cuando surge un vínculo que, por momentos, parece de padre e hijo, entre el héroe y el fruto de su puja en los sanitarios, el pequeño y desagradable Milo. Desde el tono repulsivo de Alien (1979, con un parásito extraterrestre en la barriga de un astronauta), hasta el tono de comedia de Junior (1994, con Arnold Schwarzenegger y su bombo de nueve meses), la idea del varón capaz de quedar embarazado activa en el cine retorcidos circuitos de envidia, grotesco y pesadilla. Que inevitablemente remiten al mito urbano –o insular– del filipino Carlo y su falsa gravidez de 1992. Todo eso detona y salpica en Bad Milo! con un incómodo equilibrio que une humor y espanto: Página/12 entrevistó a sus creadores estadounidenses, el guionista y director Jacob Vaughn y el productor Gabriel Cowan.
–Los elementos hipocondríacos que subyacen en Bad Milo!, ¿forman parte de sus propios demonios personales?
G. C.: –Reírse de las cosas que no podemos controlar ayuda. El humor es clave para manejar el estrés. Estamos envueltos en nuestras actividades diarias, las pequeñas cosas tontas, el drama en el trabajo, en casa, en la política, en el barrio, en la salud. Puede llegar a ser abrumador, y el humor es la respuesta. Cuando las personas se ríen juntas, es una de las formas de compartir más intensas que tenemos como humanos.
J. V.: –Me interesa cómo la gente se ve envuelta por sus dramas psicológicos. Y pensé que, para contar una historia así, sería divertido contar con una marioneta.
–La idea central de Bad Milo!, un demonio expulsado por el trasero, ¿es una idea que aparece cuando uno está en el baño?
J. V.: –Era un momento en que yo no estaba comiendo alimentos saludables y tenía dolores de estómago. El estrés empeoraba las cosas. La idea que me vino a la cabeza fue que mis dolores de estómago se debían a que llevaba un gremlin dentro de mí... y que se había enojado. Pensé que sería divertido, y molesto para el espectador, que saliera por mi parte trasera. Nos pareció una idea loca.
G.C.: –El concepto era una especie de broma, pero Jacob se dio cuenta de que había algo más en esa idea. Como una analogía acerca de cómo manejamos el estrés en nuestra sociedad, cómo impacta en el cuerpo. Eso fue lo que me atrajo. Estamos tan sobrecargados de trabajo y luchamos tanto con el equilibrio entre el trabajo y el resto de la vida, que hemos creado pequeños monstruos dentro de nosotros. En Bad Milo!, el monstruo sale y mata a las personas que crean más estrés para Duncan, el personaje principal.
–¿Qué películas inspiraron Bad Milo!?
J. V.: –Es una especie de carta de amor a Gremlins y otras de mis películas favoritas de cuando era chico. También David Cronenberg fue una gran influencia.
G. C.: –Cuando era niño amaba Pesadilla, pero no fue hasta Scream (también de Wes Craven) que me di cuenta de lo que podría hacer la comedia en una película de terror. También Hitchcock: las más divertidas películas de Hitchcock son las que dan más miedo. Bad Milo! enhebra el humor y el horror de los 80s.
–¿Qué reacciones esperaban?
G. C.: –Esperábamos que la gente conectara con Duncan, su vida, sus problemas de trabajo y de familia, que entendiera por qué está tan estresado. Que el público entendiera que tenía que haber alguna forma de superar el estrés.
J. V.: –No estaba seguro de qué iba a pensar el público, pero la idea de una criatura que sale del culo de alguien me había hecho reír. Y si yo pensaba que era divertido, tal vez otras personas también, aunque no sé cuántos estarán preparados para reírse de estas cosas... La idea ya hace que mucha gente se incomode, lo que forma parte de la comedia.
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