Para George Bush y Donald Rumsfeld, se trata de un canal de noticias de neto corte antiestadounidense, que actúa a menudo como portavoz y propagandista al servicio del enemigo público Nº 1: Osama bin Laden y la red terrorista Al Qaida. Para muchos otros, en cambio, fue el único medio que rompió con el cerco informativo formado por la CNN, Fox News, BBC o CBS, dando cuenta al mundo, a través de su pantalla, de la real dimensión de sangre y muerte que produjo la injustificada invasión estadounidense a Irak. Esta noche, a las 24, HBO estrenará Control Room (“Sala de control”), un documental que centra su mirada sobre el funcionamiento de Al Jazeera, la cadena de noticias que diariamente es vista por más de 40 millones de televidentes árabes. Realizado por la documentalista estadounidense Jeahne Noujaim, el trabajo –que en el 2004 se presentó en el Bafici porteño– posa su cámara en la manera en que los periodistas de todo el mundo cubrieron la guerra en Irak, comparando el tratamiento informativo que las cadenas de noticias occidentales y árabes le dieron a un conflicto que aún hoy permanece latente.
“No puede haber guerra sin propaganda”, apunta en el documental el productor general de Al Jazeera, frase que funciona como disparador de un trabajo cuyo foco gira en torno del CentCom, la central desde la cual el ejército estadounidense (des)informaba a la prensa de todo el planeta las noticias en el frente bélico. Basándose en entrevistas y en las discusiones que surgieron durante el conflicto entre los distintos corresponsales de guerra acreditados en Irak, el mayor atractivo del documental descansa en que sin tomar posición alguna, logra transmitir al espectador el importante rol social y político que cumple la prensa en todo conflicto bélico. Sin desdeñar su aspecto crítico, el trabajo de Noujaim hecha por tierra –con sutileza y sentido documental– muchas de las opiniones descalificadoras acerca de Al Jazeera que los funcionarios de gobierno se esmeraron en desplegar en Estados Unidos. Al punto tal que el lanzamiento de Control Room en Nueva York fue seguido por tanto público, que la distribuidora del film –Magnolia Pictures– anunció un relanzamiento a nivel nacional para el próximo mes. Un documental que muestra sin manipulación que cuando las armas intervienen en la realidad, la verdad deja de ser un fin periodístico para convertirse en una palabra vacua, cruzada de intereses políticos y comerciales, que no hace más que preguntarse si la imparcialidad de los medios existe en tiempos de guerra.