TELEVISION › LAS REPERCUSIONES DE LA HUELGA DE GUIONISTAS
› Por Emanuel Respighi
Como el coronel en la obra de Gabriel García Márquez, Hollywood no tiene quien le escriba. Y el resto del globo, claro, padece las consecuencias de la huelga por tiempo indeterminado que desde el 5 de noviembre del año pasado están llevando a cabo los 12 mil escritores que integran el Sindicato de Guionistas norteamericanos (WGA). El paro de los escritores de cine y TV, que exigen con razones de peso –en este caso dólares– una actualización del beneficio económico que reciben por el uso de sus producciones en las nuevas plataformas de contenido –Internet, celulares, DVD–, mantiene paralizada la industria audiovisual estadounidense. Y nadie, mucho menos la TV latinoamericana, escapa a un fenómeno de influencia mundial, al punto de que las señales de TV paga de la región no tienen aún definidas sus grillas y muchas aceleraron sus producciones locales para suplir la ausencia de las series made in USA.
El comienzo del conflicto de consecuencias globales data del 31 de octubre pasado, fecha en que venció el convenio que el Sindicato de Guionistas tenía con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (Amptp). En su reclamo, los guionistas les exigen a los productores dinero percibido por los nuevos canales de distribución, como la venta de las series en DVD, Internet y celulares. Actualmente, los guionistas perciben cuatro centavos de dólar por cada DVD vendido, cifra que se estableció en 1985 para ayudar al entonces incipiente negocio. Considerando que en la actualidad los DVD representan buena parte de los ingresos, los guionistas solicitan que se duplique el canon que reciben. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, la huelga se puso en marcha hasta quién sabe cuándo, teniendo en cuenta que a los actores y directores también se les vence su contrato el 30 de junio. En Hollywood, especulan, la huelga será larga.
Los guionistas contaron con la adhesión pública de importantes personalidades del espectáculo. Susan Sarandon, Sean Penn y Woody Allen, por citar sólo tres de centenares, eligieron a la web como plataforma para adherirse a la huelga y realizaron cortos en blanco y negro en los que aparecen
enmudecidos (www.speechlesswi thoutwriters.com). Teniendo en cuenta que la industria de Hollywood representa el 7 por ciento de la economía estadounidense, no sorprendió a nadie que los candidatos presidenciales Barack Obama y Hillary Clinton decidan hacer declaraciones públicas a favor de los guionistas. Incluso, amén de que los candidatos demócratas hayan recibido importantes contribuciones económicas del sector: según informó el Center of Responsive Politics, Obama percibió 2,07 millones de dólares hasta octubre y Clinton acaparó 2,14 millones.
Como antecedente, el último paro producido data de 1988 y, con una duración de 22 semanas, le significó a la industria una pérdida estimada en 500 millones de dólares. Dos décadas más tarde, los expertos estiman que la repercusión monetaria sería mucho más impactante ante la globalización audiovisual. De acuerdo con los cálculos del WGA, el costo de sus reclamos para los majors roza los 220 millones de dólares, repartidos en tres años: cifra que los guionistas dicen que representa menos del 1 por ciento de los ingresos anuales que los estudios facturan por la venta de series de TV y películas en DVD.
Encrucijada
El impacto de la huelga tuvo, tiene y tendrá una fuerte repercusión en la TV estadounidense, con levantamientos de programas antes de tiempo, producciones de series interrumpidas y proyectos inconclusos que se traducen en pérdidas millonarias. En la industria calculan que la producción de Los Angeles ha bajado un 52 por ciento, lo que genera una pérdida de alrededor de 160 millones de dólares a la semana. En efecto, Warner Bros acaba de anunciar que prescindirá de mil empleados, aunque con la promesa de reincorporarlos en cuanto concluya la huelga. Aunque otros estudios como Disney, Sony, DreamWorks y Fox negaron la posibilidad de seguir el mismo camino, nadie descarta que se presente como una alternativa con el paso del tiempo. Claro que en una industria global como la televisiva, una huelga como la actual produce consecuencias transnacionales. Si bien en la TV abierta argentina los efectos del paro serán menores –debido a que los canales emiten con más de un año de retraso series y películas estadounidenses–, distinta es la suerte del cable. Por lo pronto, señales regionales como Warner, Sony, Fox o Universal ya sienten el conflicto en sus programaciones, las cuales se ven afectadas por no poder contar con las series que tenían planificadas en sus grillas, sea porque se suspendieron o porque vieron cercenadas su duración.
La inédita incertidumbre que atraviesan las programaciones de los canales de TV paga llevó a planificar “operativos de emergencia”. Así, tanto en Fox como en Universal, por ejemplo, le admitieron a Página/12 que están manejando dos programaciones diferentes para el año: una grilla optimista y otra pesimista respecto de la huelga. “Por suerte –puntualiza Emiliano Saccone, VP Senior de Marketing y entretenimiento de Fox Latin American Channels–, Universal, Fox, FX, Sci-Fi o Fox Life no se conforman sólo con series, sino también con películas y producción original en la región, que verán incrementado el lugar que ocupan en las programaciones. Como el conflicto parece que se va a extender por largo tiempo, en Fox incrementamos la producción original: a la segunda temporada de Tiempo final se le sumará la miniserie Calibre 9: San Pablo que produciremos en Brasil y otros proyectos que se estrenarán a lo largo del año.” Desde Laptv, Richard Rohrbach, VP de adquisiciones y programación de Movie City, Cinecanal, CityVibe y CityMix, cuenta que los canales de TV paga que más sienten la huelga son los de series estrenos del abono básico. “Warner, Sony, Universal, son canales que van detrás de las series. En cambio, como las series representan menos del 20 por ciento de nuestra programación, y encima son series ya grabadas como Dexter u Over there, no nos afecta tanto. Recién nos puede complicar el panorama si por alguna razón la huelga dura más de seis meses, ya que vamos a comenzar a sentir el vacío de películas estreno, debido a que Movie City es la ventana televisiva de los films estrenados entre 6 y 12 meses antes en el cine”, explica el directivo en diálogo con Página/12. De igual manera, Rohrbach adelantó que están negociando la posibilidad de que los canales de Laptv puedan emitir las series originales que Fox produce en la región. “Por lo pronto, ya cerramos una segunda pasada de Tiempo final para The Film Zone para principios de 2009”, adelanta.
Pero no todos los efectos de la huelga de guionistas son negativos para la industria de este lado del continente. También el conflicto representa una oportunidad histórica que se le abre a la industria audiovisual latinoamericana para demostrar que puede posicionarse como una opción, incluso, para Hollywood. Toda crisis, se sabe, brinda oportunidades. Y la TV puede utilizar la huelga como trampolín para desembarcar masivamente en el mercado estadounidense, con producciones que están al nivel de calidad de la pantalla chica más potente del mundo. ¿Posibilidad cierta o utopía latinoamericana? “Los canales norteamericanos están pensando cómo los afecta la huelga y viendo las posibilidades que tienen para conformar sus programaciones: si bien no es descabellado pensar que en esa búsqueda de modelo alternativo figuren producciones latinoamericanas, sí lo considero prematuro –explica Saccone–. Se están buscando variables, como tratar de producir series por fuera de Estados Unidos, pero más que en América latina los ojos están puesto en Canadá o Inglaterra. Aunque así como ABC le compró Betty, la fea a RCN y la NBC Sin tetas no hay paraíso a Caracol –ambos canales colombianos– no es imposible pensar que no sólo compren formatos latinoamericanos sino también producción, en mercados en los que la ecuación costo-eficiencia pueda ser mejor que en Estados Unidos. El interrogante es saber si América latina tiene un estándar de calidad propicio para la TV estadounidense”, se pregunta Saccone.
Más entusiasta, Rohrbach considera viable la posibilidad de que la industria televisiva y cinematográfica de América latina puede sacar provecho de la huelga de guionistas. “Hay varias cosas que están pasando en la TV de EE.UU. que favorecen la chance de que la TV de América latina extienda su presencia en aquel país con más fortaleza: hay una explosión de canales y programas en español; hay otros tantos programas en inglés cuyos formatos son latinoamericanos; y la huelga hace que las cadenas busquen contenido en otras partes”, detalla. Y prosigue: “Puede ser que Hollywood abra sus ojos hacia otras áreas. La industria tiene que seguir produciendo y el negocio, facturando. Y América latina es una alternativa. Menor a la de Europa, pero una alternativa al fin.”
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