VIDEO
9-Coraline y la puerta...,
de Henry Selick. Con las voces de Dakota Fanning y Teri Hatcher.
2009, 100 min. AVH.
El sentido de aventura, la idea del relato como viaje a lo desconocido, la propia producción de una película como ambas cosas: todo eso recupera Coraline y la puerta secreta, y desde ya que no sólo para los niños (de hecho, para los más chicos la cosa puede llegar a ponerse un poco demasiado siniestra). Basada en una novela gráfica de Neil Gaiman, la nueva maravilla stop-motion de Henry Selick (director de El extraño mundo de Jack) está protagonizada por una niña que, aburrida de sus aburridos padres (son periodistas: nada más aburrido), descubre, en la casona a la que acaba de mudarse, el pasaje a un mundo paralelo, versión cuento de hadas del mundo real. Claro que, ya se sabe, los cuentos de hadas suelen ser pesadillescos. Allí, lo maravilloso y lo siniestro se dan la mano. Como debe ser.
6-Una chica fácil
de Jane Weinstock. Con Marguerite Moreau, Brian O’Byrne y Naveen Andrews.
2003, 99 min. Transeuropa.
Durante más o menos la mitad de su metraje, esta película indie (que pasó, como corresponde, por el Festival de Sundance) recuerda, por su rara mezcla de excentricidad y cotidianidad, a las que la alemana Doris Dörrie filmaba en los ’80 y los ’90. Frustrada por sus relaciones pasajeras con una miríada de tipos de segunda, la protagonista (una chica de veintipico, que trabaja de inventar marcas con onda y se encama, en sueños, con Homero Simpson) decide someterse a un celibato autoimpuesto. En el medio conoce a dos tipos nuevos, ambos británicos: un poeta (Naveen Andrews, de Lost) y un conductor de talk show irlandés. Una chica fácil da la sensación de ir perdiendo el rumbo a medida que avanza, pierde frescura y se empantana en un drama de celos que puede llegar a tornarse exasperante.
8-El año siguiente,
de Isabelle Czajka. Con Anaïs Demoustier, Ariane Ascaride y Bernard Le Coq. 2006, 91 min. ZFilms.
La ópera prima de la realizadora francesa Isabelle Czajka pone a la adolescencia en el marco de la modernidad, y a la modernidad en el de una suma de no-lugares. Lo que le da valor es que nada de todo esto, que puede sonar a “mensaje” y retórica pesada, está planteado de ese modo sino en función de un relato concreto, físico y sensible. Con un padre enfermo y una madre con la que vive peleándose (Ariane Ascaride, conocida por las películas de Robert Guédiguian), cuando la protagonista sale del monoblock donde vive se ve rodeada de un paisaje de autopistas, grandes espacios vacíos, enormes salones de venta y gigantescos carteles de propaganda. Sequedad de tono, concisión expositiva y elocuencia visual redondean una ópera prima que aconseja prestarle atención, de aquí en más, a Mme. Czajka.
6-Río de Sangre
de Greg McLean. Con Radha Mitchell, Michael Vartan y Sam Worthington.
2007, 99 min. Plus Video.
Otra que, como Una chica fácil, va de mayor a menor. Al comienzo, el realizador Greg McLean (de quien se aquí se conoció El cazador de Wolf Creek, un psycho-thriller que no estaba mal) confirma que no hay como los australianos –país de bichos raros, si los hay– para manejar con fluidez lo que podría llamarse “terror natural”. Variante que va de La última ola a Terror a bordo, pasando por Largo fin de semana y Razorback. Aquí, los pasajeros y la guía de un tour fluvial (Radha Mitchell, protagonista de Melinda y Melinda) no tienen mejor idea que salir a pasear por una zona infestada de feroces cocodrilos. Terminan convertidos en carnada, y a la propia película le sucede algo parecido, siendo engullida por la más trillada mecánica alimentaria del subgénero “terror zoológico”.
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