8-Los senderos de la vida,

de Kim So Yong. Con Kim Hee Yeon, Kim Song Hee y Lee Ah Soo.

2008, 90 min. Transeuropa.

Ganadora de un premio en Berlín, competidora del Bafici el año pasado, la segunda película de la realizadora coreana Kim So Yong se inspira en una experiencia infantil. Deudas ilevantables obligan a una mujer a dejar Seúl con sus dos pequeñas hijas, migrando en busca de techo y comida. Pero deberá volver a partir, dejando a las niñas al cuidado de una tía poco hospitalaria. Es como si una novela de iniciación de Dickens se viera sometida al más minimalista de los tratamientos. Por más difíciles que sean las circunstancias, no hay aquí ni un solo golpe bajo, chantaje emocional o explotación miserabilista. Antes que eso, lo que interesa a la realizadora es observar cómo las niñas (maravillosas, ambas) sobrellevan las dificultades.

7-Flame y Citron,

de Ole Christian Madsen. Con Thure Lindhardt, Mads Mikkelsen y S. Stengade. 2008, 130 min. AVH.

A la manera de la holandesa Black Book, la evocación que este film danés hace de la resistencia al nazismo no romantiza nada. En la visión del realizador y coguionista Ole Christian Madsen, lo que sucede entre los miembros de un grupo armado es más propio del espionaje que de la épica. Antes que grandes gestas heroicas, lo que hay aquí es una red inextricable de lealtades dobles, de sospechas mutuas, de turbias maquinaciones de los superiores. Por justificado que esté, ejecutar a representantes de la nación ocupante, a colaboracionistas locales, nunca es pulcro. A partir de determinado momento, los más “fierreros” se vuelven adictos a la sangre y el riesgo. ¿Una película sobre los ’70 en Argentina? Oblicuamente, tal vez lo sea.