9-LAS HIERBAS SALVAJES,

de Alain Resnais. Con André Dussolier, Sabine Azéma y E. Devos.

2009, 104 min. Transeuropa.

En francés, a las hierbas salvajes se las llama “hierbas locas”. El juego de palabras elegido por Alain Resnais es inmejorable. A los ¡88 años! y consumando su largo viaje de la gravedad a la comedia, el legendario realizador de Hiroshima mon amour se despacha con una locura como de Tex Avery. Por puro azar, un sesentón casado y con hijos (André Dussolier, histórico de la troupe Resnais) traba contacto con una dentista y aviadora amateur (Sabine Azéma, musa y esposa del realizador). Da comienzo allí uno de esos amours fous hechos a puro capricho, agitación y cambios de marcha, que el cine parecía haber olvidado para siempre. Más que una película, Las hierbas salvajes es la declaración de libertad absoluta de un viejoven volador.

8-EXCURSIONES,

de Ezequiel Acuña. Con Alberto Rojas Apel, Matías Castelli y M. Juncadella. 2009, 80 min. SBP

La película de alguien que sabe lo que quiere y lo hace de modo inmejorable, Excursiones reúne a los protagonistas de uno de los primeros cortos de Ezequiel Acuña (Rocío, que acompaña esta edición). Tras diez años sin verse, Marcos (Matías Castelli) llama a su ¿amigo? Martín (Alberto Rojas Apel, coguionista de todas las películas de Acuña) para que lo ayude a escribir el guión de un unipersonal. Como corresponde a una comedia, ninguno de los dos da la impresión de ser muy brillante, virtuoso o admirable. Que la suma de recelos, precauciones y ajustes de cuentas entre ambos dé como resultado una película desternillante es un milagro compartido por el realizador y sus actores. Entre ellos, la sublime Martina Juncadella.

7-CINCO MINUTOS DE GLORIA,

de Oliver Hirschbiegel. Con Liam Neeson y James Nesbitt.

2009, 89 min. AVH.

En los años ’70, en Irlanda, un militante protestante ejecutó a sangre fría a un miembro del IRA. Cinco minutos de gloria imagina un encuentro entre aquél (condenado a prisión y liberado, doce años más tarde) y el hermano menor de la víctima, treinta y pico de años después. El encuentro es en verdad impulsado por un programa de televisión. Pero como ninguno de ambos está dispuesto a prestarse a lo que podría llamarse “frivolización de la reconciliación”, terminarán enfrentándose a brazo desnudo, lejos de las cámaras. Ciertas torpezas del realizador alemán Oliver Hirschbiegel (el de La caída) no arruinan una lúcida reflexión sobre la violencia política, las máscaras de ambos lados, la falsedad de las reconciliaciones express.